El Fobaproa

Las mentiras sobre el rescate bancario mexicano, propaladas básicamente por Andrés Manuel López Obrador y sus seguidores, quienes no se cansan de torcer la verdad, impidieron que se viera en su verdadera magnitud.

Ciertamente la privatización bancaria estuvo mal hecha, puesto que se prefirieron las promesas de pago sobre la capacidad técnica; una indebida supervisión del sistema bancario que, sumada a la inexperiencia y en algunos casos corrupción de algunos, generó un crecimiento irresponsable del crédito.

No se salvó, como creyeron algunos, a los banqueros. Tan sólo uno de los bancos que fueron privatizados se ha logrado mantener en las manos que lo adquirieron del gobierno.

Se partió, en las críticas, de ignorar (con buena o mala fe) que la inmensa mayoría del dinero que prestan los bancos no les corresponde, sino que es propiedad de los depositantes y que, por lo tanto, los rescatados fueron ellos y, en general, todos los mexicanos.

Las críticas de un López Obrador que habla de la creación de bancos del gobierno, a pesar de que hay 42 privados y otras instituciones internacionales están en proceso de recibir autorización, es que la banca mexicana no está prestando suficientemente.

La penetración de los bancos mexicanos está creciendo sobre bases sólidas que no plantean riesgos para los depositantes ni para quienes toman créditos. De hecho, la preocupación del gremio que preside Jaime Ruiz Sacristán es cómo lograr una mayor inclusión financiera, es decir, que lleguen los servicios bancarios a cada vez más mexicanos.

De hecho, la fortaleza del sistema financiero mexicano y la comprobación de que se tomaron las medidas correctas comienzan por su gran fuerza que le ha permitido tolerar la crisis de Estados Unidos que comenzó con la quiebra de Leheman Brothers y los problemas que hoy atraviesa el sistema financiero español que ronda los 100 mil millones de euros.

No sólo se han aguantado los problemas sino que, mucho más importante, el esquema legal y regulatorio ha permitido que se aislen de la situación que viven en sus matrices.

Mientras que la banca en el mundo atraviesa un periodo tormentoso, en México goza de cabal salud entre otras razones gracias al Fobaproa.

Medallas

Hay una propensión de algunos funcionarios de tratarse de colgar medallas que no les corresponden. El proyecto de Convenio Marco de Interconexión que actualmente está analizando la Cofemer fue diseñado siempre bajo la batuta de Gonzalo
Martínez Pous.

Este hombre no sólo fue el presidente del comité consultivo de convergencia con el que se hizo el convenio marco bajo una propuesta elaborada por su oficina.

No se deje engañar por aquellos quienes con gran rapidez tratan de quedarse con el trabajo de otros para intentar mantener su posición personal. Este convenio, sin lugar a dudas, implica una gran disminución de los costos por la vía de una mayor y mejor competencia.

Aburren

La realidad es que los de Santander ya hartan con su promesa de que colocarán las acciones de Santander México en la Bolsa Mexicana de Valores. Desde diciembre del año pasado Emilio Botín y Marcos Martínez comenzaron a anunciar que durante 2012, sin importar las condiciones del mercado, realizarían la oferta.

Como le hemos señalado se trata de una política internacional, que poco tiene que ver con la intención de aumentar la transparencia en México o ayudar a capitalizar a la matriz española, sino con una política que en este país se encuentra sumamente retrasada.

Seamos claros, la intención de colocar las acciones en el mercado es buena; sin embargo, la han anunciado tantas veces sin que estén dando pasos firmes para llegar al mercado que preside Luis Téllez. Ya que hasta el propio presidente de la BMV consideró que este año no habría nuevas ofertas públicas.

Si van a colocar sus títulos que lo hagan y dejen de culpar a la inestabilidad del mercado, que en realidad no existe al menos en términos de México. En España los problemas sí son graves puesto que Moody’s acaba de rebajar la calificación de los bancos de aquel país a bonos chatarra.

Silencio

Si usted pregunta por qué Christian Cadenas y el locuaz juez Felipe Consuelo están tan callados, la primera respuesta lógica sería suponer que lo hacen porque el primero ya se dio cuenta que no tiene recursos para pagar, capacidad para conseguirlos ni tampoco le van a regalar lo que alguna vez fue Mexicana de Aviación y el segundo no quiere seguir arrastrando el prestigio del Poder Judicial.

Sin embargo, la realidad es otra. El cuento que están vendiendo a quienes todavía son suficientemente ingenuos como para creerles, es que están esperando a que pasen las elecciones, puesto que ya tienen apalabrados a los candidatos para que regresen a volar antes de septiembre. Otra mentira más que carece de cualquier verosimilitud inventada por el ex asociado con Gastón Azcárraga, quien es uno de los muy pocos que se beneficia con la situación.

Ansiedad

Luego de que el Infonavit anunciara que los derechohabientes podrían tener acceso a un segundo crédito, seleccionar si lo tomarían en pesos o, como es tradicionalmente, en veces salario mínimo y algunas otras normas de orden operativo, hay una gran ansiedad por esperar a que se terminen las reglas y los catálogos de operación para que entren en vigor.

De hecho, se esperaba que estuviera listo a finales del mes pasado o principio del próximo; sin embargo, parecería que el instituto que encabeza Víctor Borrás podría estar listo hasta la segunda quincena de julio o quizá más adelante. Sea como sea, hay una gran expectativa por parte de los derechohabientes del organismo tripartita.