Adina Chelminsky

Aprendiz de brujo

Adina Chelminsky

17 Ago, 2012

Vagaciones

Mientras lean esto estaré de vacaciones. Esta vez llevo en mi maleta siete cambios de ropa, zapatos cómodos, mis listas exhaustivas de qué visitar y un montón de culpa.

¿Debería haber salido de vacaciones?, ¿“abandonar” un negocio que apenas empieza… Y que sin mí no va a poder sobrevivir? (música de fondo de violines, por favor).

Me imagino que ésta es una pregunta común entre todos los que empezamos un negocio. ¿Debemos cambiar unos días de descanso en pro del bienestar del negocio?

La situación es, por lo menos en mi caso, confusa. El emprender un nuevo negocio tuvo en parte que ver con ser “dueña de mi propio tiempo” y no tenerme que adecuar a las políticas de vacaciones de una empresa.

Pero me está costando aún más trabajo desprenderme. Que quede claro, tengo socios y un equipo de trabajo que, estoy segura, pueden suplir la mayor parte de mis actividades de manera extraordinaria.

Pero aun así me siento mal de abandonar la oficina. Como ya he escrito en columnas previas, el delegar me cuesta trabajo.

A fin de cuentas, creo que mi temor por salir de vacaciones tiene más que ver con cuestiones de ego personal (el “no van a poder sobrevivir sin mí” es la aseveración más egocéntrica que hay) que con efectos reales en el desempeño del negocio.

Muchos expertos dicen que el tomar ciertos días de vacaciones es muchas veces justo lo que el emprendedor necesita para hacer un negocio próspero de largo plazo, por tres razones principales:

Que vengan los bomberos, que me estoy quemando (aunque no lo siento): En los primeros meses de cualquier negocio los ritmos son cardiacos y la presión enorme (¿mejorará esto con el tiempo?), lo que lleva a que muchos emprendedores se quemen física, intelectual y creativamente.

Este burnout es común en todas las etapas de la vida profesional; sin embargo, el emprendedor no lo percibe (aun cuando afecta su productividad, humor, energía…) por la misma adrenalina que le genera el negocio y/o por la necesidad de estar siempre pendiente.

Ser demandado por la familia: En muchos casos los primeros meses de un negocio implican que los horarios de trabajo no respetan tiempos personales y el foco de la energía y concentración no está en los asuntos personales. Esto puede crear resentimiento en la familia y un elevado nivel de culpabilidad por el manejo de prioridades (odio esa frase, pero es cierta y creo que nos afecta más a las mujeres). El tomarse unos días para reconectarse con la familia es importante para el bienestar del emprendedor y de todo el núcleo que lo rodea.

La temida palabra D… El salir de vacaciones presenta una increíble oportunidad para los emprendedores que ya tienen un equipo de trabajo de aprender a Delegar e instalar en la empresa los procedimientos a seguir, en caso de que alguien (no importa quién) no esté, sin que la situación se vaya al demonio.

Repito, muchas veces es cuestión de ego pensar que las cosas no funcionan si uno no está presente, pero aun así hay que diseñar el procedimiento a seguir para que todo funcione de la mejor manera posible.

Desde los detalles, como compartir claves de acceso o passwords, hasta las cosas importantes como el qué hacer en caso de que se presente una emergencia o situación extraordinaria.

Aun con todas estas razones a favor y trabajando a marcha forzada para dejar todos los pendientes listos y acomodados, tengo que confesar que no me está costando mucho trabajo y estoy plagada de dudas: ¿llevo o no mi computadora?, ¿trabajo desde el viaje?, ¿me conecto diario?, ¿me desconecto totalmente?, ¿atiendo pendientes?, ¿sólo emergencias?...

¿Alguien tiene algún consejo o experiencia que quiera compartir?

adinachel@gmail.com
@AdinaChel