Otra vez el debate fiscal en la agenda legislativa

La nueva administración se encuentra en una encrucijada, entre plantear reformas políticas o la tributaria para detonar el potencial de crecimiento
Economía -
La nueva administración, que asumirá el liderazgo del país, se encuentra en una encrucijada, entre plantear primero reformas políticas o la tributaria para detonar el potencial de crecimiento que podría llegar a 6%. Foto: Archivo
La nueva administración, que asumirá el liderazgo del país, se encuentra en una encrucijada, entre plantear primero reformas políticas o la tributaria para detonar el potencial de crecimiento que podría llegar a 6%. Foto: Archivo

CIUDAD DE MÉXICO, 29 de agosto.- La estrategia definida por el equipo del candidato ganador de las elecciones, Enrique Peña Nieto, y los legisladores electos de la coalición PRI-PVEM para presentar e impulsar la aprobación de algunas reformas políticas antes que las económicas ante el Congreso de la Unión, generó opiniones encontradas entre analistas políticos y de economía.

Hay quienes consideran un acierto la intención de presentar primero el paquete de reformas en materia de transparencia y combate a la corrupción, y de posponer para un mejor momento las económicas, específicamente la hacendaria, energética y laboral.

Otros criticaron severamente esta decisión, por considerar que el aplazamiento de las tres últimas colocaría al país en una situación de mayor vulnerabilidad, dado que no está exenta de choques externos, ante la recesión de Europa y el menor dinamismo de los Estados Unidos.

Tras sostener una reunión de trabajo con senadores electos del PRI en Chihuahua, Luis Videgaray, coordinador de Políticas Públicas de Enrique Peña Nieto, afirmó que las reformas hacendaria, laboral y energética se presentarán ante el Congreso hasta 2013.

Sin embargo, el coordinador de los senadores electos del PAN, Ernesto Cordero, dijo ayer en una entrevista radiofónica que la generalización del IVA, la eliminación del IETU y la disminución del ISR deben ser posibles de cara a la LXII Legislatura del Congreso de la Unión.

“Creo que no podemos poner en riesgo esto, debilitar nuestra base tributaria. No podemos debilitar lo que recaudamos como impuestos”, dijo el ex secretario de Hacienda, y agregó que “hay que ser responsables y entender que eso no se puede en este momento”.

Hay prioridades

El secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), José Ángel Gurría, calificó de “injusta” la interpretación de quienes critican el orden de las prioridades reformistas de Enrique Peña Nieto.

Desde su punto de vista, es “apropiado, necesario e indispensable” que el candidato ganador responda con un proyecto de ley contra la corrupción a la preocupación social que existe en México sobre el tema.

Explicó que las reformas en materia fiscal, laboral y de energía son muy importantes, pero requieren más tiempo para su negociación y asegurar su aprobación, sin que ello signifique su olvido.

“Estos temas son importantes, quizá más importantes que urgentes”, dijo Gurría en un juego de palabras.

El presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Gerardo Gutiérrez Candiani, dijo esperar que en el primer periodo ordinario de la LXII Legislatura se sienten las bases para construir los grandes acuerdos que se requieren para la aprobación de las reformas económicas.

“No se puede arriesgar a presentar reformas económicas que no estén previamente consensuadas”, dijo Gutiérrez, para quien están dadas las condiciones para que los grupos parlamentarios construyan acuerdos y aprueben las reformas que necesita el país.

Riesgos de contagio

Los que no aprueban el aplazamiento de la reforma fiscal, energética y laboral, señalan que se condena al país a mantener bajos niveles de competitividad, escasa generación de empleo y un crecimiento económico inercial que podría detenerse e incluso revertirse en cualquier momento, si se agrava la situación internacional.

Analistas indican que quizá la decisión más grave fue posponer la reforma hacendaria integral, porque es ésta la que resolvería los problemas estructurales de las finanzas públicas, las cuales dependen excesivamente de los ingresos petroleros, pero además suministraría los ingresos necesarios para que el candidato ganador de las elecciones financie proyectos de campaña.

Datos del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) muestran que Enrique Peña Nieto necesitará 800 mil millones de pesos adicionales cada año para crear el sistema universal de salud, la pensión alimentaria para adultos mayores, los seguros de vida y de desempleo temporal, las escuelas dignas de tiempo completo con computadoras e internet y ampliar la cobertura de la educación superior.

Para Héctor López Bello, profesor investigador de la Universidad Panamericana, la decisión del candidato ganador de las elecciones responde más a un interés político que a la necesidad económica del país, pues lo que está buscando es conciliar con la oposición que puso en duda su triunfo y legitimarse ante los electores que no votaron por él.

Por otra parte, las reformas de transparencia y anticorrupción que planea impulsar Peña Nieto en primer término ante el Congreso de la Unión, son más comprensibles y populares para la ciudadanía que las económicas, como la fiscal, la cual probablemente considere el cobro de más y nuevos impuestos o por lo menos la ampliación de los que ya existen a través de la eliminación de las exenciones y otros privilegios fiscales.

López Bello reconoció que las reformas políticas planteadas por Peña Nieto son imperativas para perfeccionar la vida democrática del país, pero “para solventar los problemas estructurales que tiene México. Se debió dar prioridad a las económicas”.

12 Propuestas

Qué debe cumplir el posible cambio

Para algunos analistas, si el PRI comienza por presentar una reforma hacendaria al Congreso que implique el incremento de impuestos, habría reacciones airadas de la oposición y de algunos otros grupos de presión de la sociedad, lo cual no sería conveniente desde el punto de vista político para el nuevo gobierno.

Sin embargo, para Gabriel Pérez del Peral, director de la Facultad de Economía de la Universidad Panamericana (UP), la reforma fiscal debe proponerse a pesar de las críticas.

“La reforma que el país necesita debe ampliar la base de contribuyentes a través de la generalización del impuesto al consumo para incrementar la recaudación, y con ello reducir la dependencia que tienen las finanzas públicas de los ingresos petroleros.”

Este modelo considera reducir de 16 a 12 por ciento la tasa de IVA, y aplicarla de manera homologada y general en todo el país, lo que implica eliminar la tasa fronteriza, así como la tasa cero y la exención de que gozan actualmente algunos productos y servicios.

Mediante esta fórmula, dijo, se combatiría la informalidad, se incrementaría la recaudación y se obtendrían los recursos necesarios para que el próximo presidente de la República financie los proyectos que ofreció durante su campaña política.

Adicionalmente, la Secretaría de Hacienda debe continuar con la política de eliminación del subsidio a las gasolinas, y el Servicio de Administración Tributaria (SAT) tiene que ser más eficiente en la recaudación de otros impuestos, apuntó el director de Economía de la UP.

Virgilio Bravo, catedrático del Tecnológico de Monterrey, dijo que además de generalizar el IVA y de eliminarse los regímenes especiales y las exenciones fiscales, la reforma hacendaria debe considerar también la reducción de la tasa del Impuesto Sobre la Renta (ISR) para fomentar la inversión y la generación de empleos en el país.

Los investigadores consultados por Excélsior coincidieron en que este modelo de reforma fiscal es el más adecuado para fortalecer y proteger las finanzas públicas del país de choques externos en el actual contexto económico internacional, y de cualquier cambio que pueda darse para bien o para mal en el mismo.

Lo posible

Para Bravo, las reformas que impulsará el PRI en primera instancia ante la próxima Legislatura son las políticamente posibles, más no las necesarias para el país.

“Es evidente que se necesita una reforma laboral, fiscal y energética. La votación no le da la mayoría suficiente al PRI como para lograr sus reformas políticas por sí solas”, apuntó el especialista.

Los riesgos de que no se apruebe una reforma fiscal a la brevedad posible, agregó, son que la economía mexicana mantenga en el mejor de los casos un crecimiento económico  inercial acompañado de presiones inflacionarias, volatilidad en mercados financieros y quizá una menor inversión.

Explicó que en las campañas políticas se ofrecen muchas cosas, pero en la política real se hacen otras y, a partir de esta premisa, expuso que Peña Nieto tiene el compromiso de cumplir sus promesas.

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