Adina Chelminsky

Aprendiz de brujo

Adina Chelminsky

31 Ago, 2012

Chicas, ¿superpoderosas?

Ser emprendedor es difícil. Ser emprendedora es aún más.

Odio los artículos de negocios en los que se hace una diferencia entre hombres y mujeres (el día que se deje de escribir de estos temas en términos de género, o existan programas especialmente dedicados, es cuando vamos a alcanzar la verdadera igualdad), pero es innegable que en el mundo de los negocios en general, y en el del emprendedurismo en particular, el cromosoma 23 sigue marcando diferencias importantes.

No es coincidencia que el número de mujeres que emprenden en un negocio propio (y que tienen éxito en ese negocio) sea mucho menor que el de los varones.

Éste no es un tema particular de México ni de los países del tercer mundo, en prácticamente todas las economías existe un mayor índice de emprendedores hombres y una mayor tasa de éxito de sus empresas.

La diferencia se acentúa aún más cuando hablamos de mujeres con hijos, con pareja o no.

Las razones de esta disproporcionalidad están muy documentadas.

Tienen que ver, en una parte importante, con factores económicos; por ejemplo, mayor existencia de créditos para empresas comandadas por hombres, pero también, y en un campo mucho menos analizado, con factores extra-económicos (yo los llamaría sicosociales, pero suena un poco dominguero): las luchas en diferentes campos que las mujeres tenemos que librar al abrir un nuevo negocio.

De cierta manera, las mujeres tenemos que pagar un precio personal más alto a la hora de emprender, un precio que de antemano no estamos dispuestas a pagar (y por ende no iniciamos siquiera el proceso) o que, a la mitad del camino, nos damos cuenta que nos está siendo demasiado caro.

Odio las apologías y las excusas femeninas, pero es un hecho que a la hora de iniciar un nuevo negocio, en donde los sacrificios de tiempo, dinero y esfuerzo siempre van más allá de lo presupuestado, las mujeres enfrentamos retos particulares.

El primero es la falta, a todos los niveles de la sociedad, desde la organización en el hogar hasta las políticas de gobierno, de un sistema de soporte que permita a las mujeres salir a trabajar a la par que los hombres.

Contadas con los dedos de la mano son las familias en donde las responsabilidades domésticas se reparten de la misma manera entre hombres y mujeres.

En la mayor parte de las familias, la mujer sigue siendo la responsable de hacer o coordinar para algunas pocas, las actividades diarias de los hijos y la casa.

En la mayor parte de los hogares una emergencia fuera del horario laboral pactado (tener que trabajar horas extra, por ejemplo) es imposible. Contadas, también con las manos, las empresas que permiten el acomodo de responsabilidades domésticas para mujeres Y hombres (que siguen siendo la otra mitad responsable de la manutención de los hijos en todos los niveles).

Contadas, aún más, las políticas laborales que apoyen a la mujer trabajadora del día de hoy. Es innegable que esta falta de una estructura de apoyo, a todos los niveles, complica la organización y disponibilidad de tiempo.

Como mujer, mucho más fácil, organizarse en un trabajo de horarios fijos y conocidos que en uno en donde las exigencias de tiempo no están bajo nuestro control.

El segundo punto, y mucho más difícil de analizar, son los límites mentales que nosotras mismas nos ponemos (sí, ya sé que la Internacional Feminista va a pedir mi excomunión). El techo de cristal muchas veces está sostenido por nuestras propias manos. Por tabúes que nosotras mismas manejamos y que nos da miedo o no sabemos cómo romper, por miedo a la crítica y/o a no cumplir las expectativas de quién sabe qué panel de expertos.

México es el país desarrollado en donde menos mujeres casadas trabajan fuera del hogar.

Una “realidad alternativa” que poco a poco empata menos con la “realidad real” de hogares en donde se necesita, sin excepción, de dos ingresos para poder no sólo prosperar, sino salir a flote.

El emprendedurismo debería ser una opción para más mujeres. ¿Alguna sugerencia de lo que se puede hacer para volverlo una opción cada vez más viable y asequible?

adinachel@gmail.com

@AdinaChel