Concentración en el mercado de las telecomunicaciones: Paradigmas

En una economía, los recursos que se tienen para producir y consumir son escasos, es por ello que se vuelve relevante la forma en la que éstos son asignados. Así, existe una gran diferencia en cuestión de precio y cantidad si la producción de un bien o servicio se realiza en un mercado con pocas empresas o en uno con muchas firmas.

Por un lado, el monopolio se define como la estructura de mercado con mayor concentración, pues existe sólo un oferente del bien. Dado que es el único productor en esta industria, tiene incentivos para establecer un precio alto y vender este producto a pocas personas para maximizar sus beneficios. Bajo este sistema, el monopolista carece de estímulos para ofrecer bienes de calidad, para mejorar procesos productivos  y reducir costos, para ser transparente; de cualquier manera, los consumidores seguirán comprando el bien en esa empresa pues no tienen otra opción.

Ahora bien, supongamos que ese mismo bien se produce en un mercado con muchos oferentes. En ese caso si una empresa pone un precio alto, nadie le comprará, ya que todos los consumidores serán atraídos por las demás empresas que lo venden a un precio menor. De esta manera, en un mercado con baja concentración, se genera un mayor bienestar para la sociedad en su conjunto, pues, en equilibrio, serán intercambiados más bienes a un precio menor.

Para contextualizar la relevancia del tema en cuestión, la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) de 2010 estimó que, en México, el 30% del consumo de los hogares se destina a mercados con problemas de concentración y que, en estas industrias, los hogares gastan alrededor de 40% más que si hubiera competencia. Sin embargo, lo más crítico es que los mercados altamente concentrados afectan en mayor medida a la población más pobre, puesto que el decil con menores ingresos destina alrededor del 42% de su ingreso a mercados con escasa competencia.

De lo anterior se desprende la importancia de la competencia en los mercados. En lo particular, me propongo analizar la industria de las telecomunicaciones. Con este fin la dividiré en dos secciones: telefonía fija y móvil. Para ello, es importante introducir un concepto: el Índice de Herfindahl Hirschman (IHH). Este índice sirve para medir la concentración en un mercado y se calcula como la suma del cuadrado de las participaciones de mercado de las empresas, en términos matemáticos, donde n es el número de empresas de la industria y si el porcentaje de mercado que le corresponde a la empresa número i. Mientras más cercano se encuentra a cero el IHH, entonces el mercado tendrá una baja concentración; por el contrario, si se halla próximo a uno, será un mercado próximo a un monopolio. La Comisión Federal de Competencia (CFC) considera que un mercado tiene problemas de concentración si el IHH rebasa los 0.2 puntos.

Telefonía Fija

En el siguiente gráfico se exhibe cómo ha variado el IHH en los últimos años. Para 2004, fue de 0.859; en tanto que 5 años después bajó a 0.724. Es decir, una reducción en 15.72%. De continuar esta tendencia, ¡tendrían que pasar más de 40 años para que la industria dejara de ser considerada como altamente concentrada!

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Aunado a ello, el principal operador de telefonía en este rubro, Telmex, tenía para el 2009 el 84.8% de las líneas del mercado; mientras que su competidor más cercano, Axtel/Avantel, tenía un 4.4%. ¡TELMEX tiene 20 veces más líneas que su competidor más cercano!

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Telefonía Móvil

Si bien el mercado de telefonía móvil no se encuentra tan concentrado como el de telefonía fija, cabe destacar que, en promedio, el IHH se encuentra en un nivel mayor al doble de lo permitido. Además, este mercado no presenta una clara tendencia a la baja, de 2004 a 2005 el IHH subió, alcanzando un nivel de 0.616. Tras dicho año, la concentración disminuyó pero no de manera significativa. Si observamos los datos en el período representado, el IHH decreció en 6.18%. De preservarse este comportamiento, ¡tomaríamos más de 80 años en transitar a un mercado con baja concentración!

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En la industria de telefonía móvil existen cuatro principales operadores, siendo el más grande de ellos Telcel, empresa que para el 2009 tenía el 72.5% de las líneas totales. En otras palabras, la empresa dominante tiene 3.7 veces más líneas que Movistar, su competidor más cercano; 16.1 veces más líneas que Iusacell/Unefon y 20.7 veces más líneas que Nextel, el competidor más débil.

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A pesar de lo oscuro que pueda parecer el panorama descrito, existe una serie de políticas públicas que pueden llevarse a cabo con tal de acelerar el proceso de desconcentración de mercado en este sector. Las políticas que propondré a continuación tienen como finalidad regular el mercado de los insumos, más que el mercado del bien final. De esta manera, se propone que existan condiciones favorables para la entrada de nuevos participantes, de tal manera que se eliminen las barreras naturales a la entrada existentes. 

Evidentemente, también deben considerarse los privilegios que tienen las grandes compañías, pues mientras no se establezcan reglas de juego más equitativas para todos los competidores, entonces cualquier política para promover la competencia tendrá una eficacia menor a la esperada y será una amenaza no creíble para los grandes operadores.

La primera política que propongo es la Licitación de un par de Hilos de Fibra Óptica, con ella se pune a disposición de los competidores la infraestructura de la CFE que había permanecido ociosa y, de esta manera, se genera una mayor oferta de capacidad que permita soportar el crecimiento del mercado de telecomunicaciones en los próximos años. La segunda, se refiere a la Asignación del Espectro Radioeléctrico, el cual es un insumo primordial para la provisión del servicio de telefonía móvil, por lo que la escasez de este insumo representaría una barrera a la entrada de nuevos competidores. 

Si estas licitaciones no fueran supervisadas por la CFC, entonces podríamos caer en escenarios de un gobierno patrimonialista, en donde los insumos serían asignados de manera discrecional, basándose en compadrazgos o favores políticos y económicos. Así, se desincentivaría la inversión y la entrada de nuevos agentes. 

Como conclusión, no puedo más que hacer énfasis en los altos niveles de concentración que se observan en estos mercados y los efectos que éstos tienen en el bienestar de los consumidores, ya que en México estos servicios son comprados a precios mayores con respecto a otros países. Para muestra, el servicio de internet de banda ancha y el de telefonía fija de negocios ofrecidos en México son los más caros de toda la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).