David Páramo

Análisis superior

David Páramo

25 Sep, 2012

Tarea pendiente

Una de las primeras determinaciones que deberá tomar la administración de Enrique Peña Nieto en materia empresarial será definir el nuevo derrotero del Instituto Federal de Concursos Mercantiles.

Cuando se creó la Ley Federal de Concursos Mercantiles (LFCM) tuvo un impacto directo en todas las mediciones de competitividad de México, no sólo en las encuestas, sino en los estudios tangibles como el Doing Business.

El principal beneficio que se le veía era que daba plazos ciertos en caso de un Concurso Mercantil, para llegar a un acuerdo entre la empresa y acreedores preservando la fuente de empleo.

Se trataba de una reacción lógica a los incentivos que tenían las empresas para no cumplir con sus obligaciones financieras, pero manteniendo el negocio en marcha como señaladamente sucedió en el caso de Altos Hornos de México.

Durante la primera etapa del Ifecom, el organismo funcionó con una gran eficiencia; sin embargo, la llegada de Griselda
Nieblas
generó una gran cantidad de problemas que han minado no sólo en la confiabilidad en el instituto, sino en la propia ley.

La primera señal negativa vino con Aviacsa. Este Concurso Mercantil demostró que aun cuando existiera un convenio de acreedores eso no significaba, necesariamente, que la empresa podría volar.

De hecho, la familia Madero firmó el convenio y capitalizó a la empresa, que sigue sin poder volar.

Es importante tenerlo claro, puesto que muchos han tratado de insistir que el caso de Mexicana de Aviación resultó ser atípico por presencias altamente nefastas como la caterva de dizque inversionistas, el exótico Felipe Consuelo o hasta el increíblemente ratificado Gerardo Badín.

Sin embargo, no fue así, sino que intervinieron otros factores. Señaladamente destaca la posición de Nieblas y el inicio de “flexibilizaciones” a la ley. Estas interpretaciones, permitidas por la presidente del organismo, fueron minando las posibilidades de que funcionara.

La gota que ha derramado este vaso es el caso de Vitro, puesto que ha hecho que los acreedores se pregunten seriamente qué tan válidos son los concursos mercantiles en México y hasta qué punto cambiaron las cosas para que todo se mantuviera igual.

La realidad, pura y llana, es que hoy son más las voces que piden una reforma a la Ley Federal de Concursos Mercantiles para hacerla más parecida a las regulaciones que se aplican en Estados Unidos, donde las empresas mexicanas obtienen la mayoría de su financiamiento internacional.

Otros más consideran que resultaría mucho más eficiente cumplir con el actual ordenamiento, lo que sin lugar a dudas mejoraría con un cambio en la cabeza.

Como sea, los integrantes del equipo de transición de
Enrique Peña Nieto han mostrado gran claridad en cuanto a que se tienen que tomar medidas para contar con un esquema que disminuya el riesgo de impago, plantee tiempos ciertos de una manera efectiva en la solución de controversias y, además, permita mejorar la competitividad del país.

No

Incluso antes de que fuera entregado el dictamen sobre la reforma laboral los del PRD ya habían marcado su raya a través de su coordinador en la Cámara de Diputados, Silvano Aureoles, no aprobarán ninguna reforma laboral (¿ni la que ellos mandaron?) y lo mismo prometieron que tomarán la tribuna y que combatirán jurídicamente a la iniciativa preferente.

Con una gran cantidad de calificativos y ningún dato concreto dicen que la reforma no es progresiva, no genera la movilidad social y una gran cantidad de cosas, pero aseguran que, eso sí, “darán el debate de cara a la nación”.

Lo que fingen ignorar es que la obligación de los legisladores es debatir dentro del Congreso de la Unión. Tomando la tribuna no se da ningún debate de cara a la nación, sólo se causan daños a los mexicanos.

De hecho, están pidiendo días adicionales para analizar la reforma en lo que, evidentemente, se trata de una actitud mezquina de tratar de aplicar políticas de tortuga a través de las cuales pretenden dañar la primera ocasión en la que se utiliza la iniciativa preferente.

Una forma, aprobada por el propio Congreso como parte de la reforma política, a través de la cual se busca evitar a la congeladora legislativa.

Hace una semana Gerardo Gutiérrez Candiani, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, decía que se había reunido con el PRD tras la salida de Andrés Manuel López Obrador y que había llegado una nueva izquierda, moderna y comprometida con México.

Una de varias. O el líder empresarial vio lo que quería, lo engañaron o simple y sencillamente la luna de miel duró unas cuantas semanas.

Si bien es cierto que la iniciativa preferente enviada por Felipe Calderón debe resolverse esta semana (algunos lo dudan con eso del calendario legislativo), también hay otras que deberían incorporarse a una efectiva discusión.

Reich

Quienes no andan muy bien informados dicen que una de las razones por las que “renunció” Nicole Reich a Scotiabank tienen que ver con la fantasiosa e infundada acusación que hizo el acólito de Andrés Manuel López Obrador sobre una fantástica falsificación de un SPEI de ese banco.

Si esto fuera cierto, pues entonces ya habrían tenido que renunciar el presidente de Monex o hasta el gobernador del Banco de México.

La realidad, pura y llana, es que a Scotiabank México le estaba yendo fatal por la gran cantidad de ocurrencias que tenía su directora. Habrá que esperar que en el muy corto plazo llegue un funcionario canadiense con experiencia en América Latina.

Desinflada

Esta a punto de cruzarse la oferta accionaria de Santander. La realidad es que, como señalamos desde el primer momento en este espacio, no se trata de una manera de cumplir con las normas de Basilea III, sino una política fijada desde la matriz.

La oferta, que no es primaria, muy posiblemente quedará concentradísima entre fondos de pensiones y clientes vinculados a Santander.

Por cierto, tampoco mejora la información sobre este banco, puesto que desde los tiempos de Serfin estaban listados.