David Páramo

Análisis superior

David Páramo

28 Sep, 2012

Cuestionamientos

Cuando en el equipo de transición de Enrique Peña Nieto piensa en redirigir a la banca de desarrollo para ocupar un lugar preponderante, es necesario realizar algunas preguntas.

¿Hay sectores que, por sus características, no estén siendo suficientemente atendidos por los más de 40 bancos comerciales que operan en el país? La realidad, pura y llana, es que parecería que un sector que requiere condiciones especiales que no pueda ofrecer la fuerte competencia en la banca, que crece en todos los rubros de crédito no requiere operaciones bancarias, sino programas directos de financiamiento como pueden ser capital semilla o de riesgo.

¿Con qué criterios operaría esta banca de desarrollo? Uno de los caminos podría ser volver a las formas del pasado en las que se pensaba que si “la rentabilidad social” (cualquier cosa que sea) justificaba que se perdiera dinero, lo que propició lo mismo fraudes que desperdicio de recursos del erario.

Si de lo que se trata es de que, como parte de una política industrial o agrícola, se subsidien o fomenten actividades económicas, pues entonces se deberían destinar recursos también como subsidios directos y transparentes.

El camino que se ha seguido durante los sexenios panistas ha sido como un complemento a las operaciones de la banca privada; en ese sentido, vale la pena preguntarse cuál es su utilidad.

Por poner un ejemplo, los dos principales acreedores de Mexicana de Aviación son Banorte-Ixe y Bancomext. Independientemente de que la institución de fomento entró cuando ya había indicios de que la administración de Gastón Azcárraga no podría cumplir con sus compromisos, puesto que el modelo de negocios era ruinoso, la gran diferencia entre uno y otro es que el dirigido por Alejandro Valenzuela tiene mayores posibilidades de tomar pérdidas y eventualmente negociar, mientras que el encabezado por Héctor Rangel está maniatado, entre otras cosas, por la Ley de Responsabilidad de los Servidores Públicos.

Parecería que no se requiere tener una banca de fomento y que bien podría irse pensando en su desaparición, puesto que la realidad del sistema financiero mexicano es de gran competencia y efectividad desde el sector privado, la manera de fortalecer sectores no es a través del sistema bancario sino de canalizaciones directas.

Avances

Hasta el cierre de esta columna se habían dado algunos pasos importantes dentro de la reforma laboral. Se aprobó la regulación de las empresas de outsourcing.

Aquí es necesario hacer algunas precisiones. Esta figura de subcontratación no se está “legalizando”, como han dicho algunos, pues se trata de empresas de servicios que siempre han existido dentro del marco de la ley y que se usa por una gran cantidad de patrones.

Sólo bastaría ver las imágenes de ayer del accidente de Martí Batres para saber que los trabajadores de Kasper, encargados de la limpieza de la Cámara de Diputados, son una empresa de outsourcing.

Lo que aprobaron los legisladores fue la regulación de una figura de la que se había abusado. Con capitales muy pequeños, algunos patrones constituían estas empresas para conculcar protección social a los trabajadores en una forma total y absolutamente deshonesta de disminuir costos.

Ahora los trabajadores de este tipo de compañías tienen acceso a la seguridad social, ya sea por la empresa en la que trabajan o por la que contrató a sus servicios.

También se aprobaron los contratos por horas, que ya se estaban usando en la práctica, especialmente en restaurantes de comida rápida y algunos similares. Es una mentira vil y burda que se vayan a pagar entre siete y ocho pesos por hora, pues el salario será libre.

Esa mentira fue inventada, como muchas otras, por aquellos que por interés político y complicidad con los líderes sindicales (que no los trabajadores) que son la fuerza de esa fracción política.

Exitosa

Si bien es cierto que van muy pocos días desde que inició el proceso de precalificación para obtener un segundo crédito financiado por el Infonavit, la realidad es que en el organismo que encabeza Víctor Manuel Borrás ya pueden estar hablando de un éxito.

Para algunos tomó demasiado tiempo entre que se acordó hacer este cambio y el lunes, en que comenzó a implementarse esta posibilidad; sin embargo, hay que destacar que se tuvo que realizar una remodelación integral de los sistemas y protocolos de operación del Infonavit. Haberlo hecho antes hubiera sido un error, puesto que los sistemas no estaban a punto.

Error

El principio bajo el que supuestamente la juez suplente de Felipe Consuelo, Edith Alarcón, decidió mantener a Gerardo Badín como interventor del Concurso Mercantil de Mexicana de Aviación es que haber cambiado a la persona hubiera implicado mayores retrasos.

¿De verdad? Qué más atraso puede haber si la Ley Federal de Concursos Mercantiles establece que el tiempo máximo de un procedimiento de este tipo es de un año y en este caso se ha ampliado por interpretaciones exóticas de Consuelo, que fueron permitidas por Griselda Nieblas, presidente del Ifecom.

Es evidente que Badín tiene un pésimo ambiente entre los acreedores que no confían en él, puesto que ven a una persona que se ha servido del cargo cobrando muy jugosas facturas con cuenta a la base de mantenimiento, MRO, así como que no ha cumplido prácticamente ninguna de las promesas que les ha hecho.

Es difícil suponer que con cualquier otro administrador el proceso no se alargue más de los 25 meses por los que ya ronda.

Desde hace tiempo es claro que se tiene que recurrir a la quiebra y tratar de vender las partes de un negocio en marcha para evitar que se sigan deteriorando los activos.

Hay quienes opinan que el mantenimiento de Badín poco tiene que ver con sus pobres resultados, sino muchísimo más con el hecho de que nadie le quiere entrar a ese asunto que está podrido.