¿Es un grupo de autoayuda? Puede funcionar como eso para algunos, pero la idea principal de este espacio es darle protagonismo a esa parte que todo emprendedor teme enfrentar: el fracaso.
¿Cómo lidian con los tropiezos? ¿Qué errores pudieron corregirse o qué tanto estuvo fuera de su alcance? Pero sobre todo ¿qué aprendieron? Es lo que estas personas que emprendieron y fracasaron compartieron la noche del 4 de octubre en una azotea cualquiera del DF.
A pesar de que la reunión celebra la contraparte de los reconocimientos y los lugares elegantes donde se efectúan, la alegría y el buen humor dominaron el ambiente. No hubo formalismos, ni pódiums, en lugar de vino hubo cerveza y los reflectores estaban fuera de lugar, sólo un proyector ayudó a ilustrar las historias.
Tres guían la velada. La primera inició en Chiapas, nos llevó a España y de vuelta a México donde Pepe Villatoro creó una página web que publicaba artículos de opinión de cualquier mexicano, éstos podían ser votados y los mejores eran llevados a una revista física que vendían invidentes.
Cuestiones externas hicieron que la iniciativa llamada Revolución con Letras tuviera que ser desechada pero estar involucrado en ella llevó al emprendedor a su trabajo actual. “Hay que cagarla, la única manera que tenemos de aprender y de encontrarnos como personas es así”, asegura.
Su mayor aprendizaje: La necesidad de un equipo que te ayude y de mentores que te asesoren.
La segunda historia es de una persona educada en el ámbito científico y en la magia, afición que lo llevó a ganar en 2006 y 2008 el Premio Nacional de Magia, sin embargo, cuando en el 2010 intentó repetir la hazaña no lo logró. ¿Por qué? Olvidó la planeación y dejó todo en manos de la improvisación.
“No puedes dejar todo a la planeación, pero tampoco todo a la improvisación, debemos hacer cosas estructuradas en planeación pero adornadas con la improvisación”, asegura el ‘Mago Doc’.
La última historia inicia en España, se trasladó a Brasil, de regreso a España, luego en México y quizá… vuelva a España. Los tropiezos han sido parte importante de la vida de Laura, quién, tras darse cuenta que no estaba destinada a ser la reina de Inglaterra y luego de algunas fallas en su vida profesional como escenógrafa y en su vida personal con su pareja ha aprendido a asimilar mejor los fracasos y a disfrutar de la incertidumbre.
Con un tono acelerado y alegre destaca que “el fracaso te abre puertas, aprendes a no desear sino a disfrutar el ahora”.
En medio de la oscuridad, los aplausos y risas reconocieron estas charlas organizadas con el apoyo de HubDF y el colectivo We Are Todos, quienes repetirán la sesión cada jueves primero del mes.