David Páramo

Análisis superior

David Páramo

15 Oct, 2012

Inversionistas zombis

Es claro que hay un muy reducido grupo de personas que se benefician de la indefinición en el concurso mercantil de Mexicana de Aviación, entre las que se cuentan tipos como Gerardo Badín, Fernando Perfecto y Miguel Ángel Yúdico.

Ellos, por extrañas razones que pasan por el ego, el directo beneficio económico y expectativas de ganancias, se han dedicado a inflar durante dos años a inversionistas zombis.

Los nombres, que deberían ser borrados de cualquier oración donde se incluya la palabra inversionista, y sus muy lamentables historias resultan una real vergüenza para la comunidad empresarial y para la historia de la aviación.

Estos mismos oscuros personajes ahora tratan de revivir a “inversionistas” para mantener una situación que no únicamente ha dañado a los acreedores, al sector financiero por las sombras tenebrosas que han sembrado sobre la Ley de Concursos Mercantiles, sino lamentablemente a los trabajadores que durante dos años los han tenido en el limbo.

Quienes tienen créditos hipotecarios, por ejemplo, no han podido usar la prórroga del Infonavit, en su caso, o los seguros de desempleo. Más allá, los han mantenido en una plena y total inseguridad jurídica que les impide hacer uso de sus legítimos derechos en aras de una absurda promesa en la que hace muchos meses dejaron de creer, puesto que la realidad se ha dado a la tarea de mostrarles una y otra vez cuán equivocados estaban cuando siguieron promesas equivocadas, las cuales no tenían ninguna base en el mundo real.

Después de meses de robar el tiempo con absurdos y mentiras de Med Atlántica y el hocicón de Christian Cadenas, quien no tenía empacho en dar entrevistas a todos los ingenuos hablando de inversiones multimillonarias, cuando no tenía ni en qué caerse muerto, la juez Edith Alarcón decidió eliminarlo legalmente, como hace mucho tiempo sus actos ya lo habían descalificado.

Esta semana, que debería estarse dando la quiebra que permitiría dar plazos ciertos al fin de la pesadilla y que los trabajadores fueran liquidados en términos de la ley, hay quienes están impuestos a revivir al fantasma de Iván Barona.

Mentiroso

Este hombre, que se presenta como empresario minero, ya ha dicho sus mentiras sobre la línea aérea. En algún momento dijo que la operación sería fondeada por un tal Mikhael Shamis, sobre quien pesan sospechas de que estaría involucrado en operaciones ilegales en Canadá. De hecho, su salida del negocio tuvo que ver con las objeciones de la Secretaría de Hacienda sobre este tipo.

Cuando se cayó este teatrito trató de poner sus minas como una suerte de garantía; sin embargo, aun cuando no alcanzaban para cubrir una operación que ronda los 250 a 300 millones de dólares, tampoco lo hizo de una manera formal. Fue algo así como un intento de probar que sí tenía dinero, pero que jamás lo comprometería en una transacción como coyotear una línea aérea, como es su verdadera intención.

Luego trató, en una extraña operación, de mostrar una supuesta carta de la Reserva Federal de Estados Unidos (sí, como si el Banco de México extendiera un documento similar para un inversionista extranjero), según la cual este hombre tendría capacidad financiera suficiente.

Hay quienes dicen que atrás de este tipo podría estar la familia Saba. No debe olvidarse que perdieron la operación en contra de Gastón Azcárraga en un episodio definitivamente muy cerrado.

Aquí es necesario hacer algunas precisiones. Dentro de esta familia, quien estaba atrás de la transacción era Moisés Saba (quien descansa en paz) que, luego de perder, declaró públicamente que había terminado ganando, pues los requerimientos de capital serían tantos que la línea aérea no tendría viabilidad.

Como recordará, la operación cerró muy por debajo de los 300 millones de dólares y se trataba no sólo de un negocio en marcha, sino de la aerolínea dominante en el mercado mexicano en aquel momento.

Reiteramos, lo que se requiere es que la juez decrete la quiebra de Mexicana de Aviación para así dar seguridad jurídica a trabajadores y acreedores.

Dudas

A muchos, especialmente en el gremio de los notarios, sorprendió lo que califican como la rápida aprobación en el Senado de la República de las leyes en contra del lavado de dinero.

Quizá estaban confiados en que esta ley, aprobada hace dos largos años por los diputados, no sería autorizada, con lo cual no sólo seguiría creciendo el poder económico de narcotraficantes y otros delincuentes organizados, sino también de otras formas de evadir el cumplimiento de leyes, especialmente las fiscales por parte de empresarios y grandes profesionistas independientes, quienes tienen estrategias muy exóticas del manejo de efectivo para pagar menos impuestos.

De hecho, es de esperarse que entre la publicación en el Diario Oficial de la Federación y su entrada en vigor se registren algunas distorsiones del mercado. Por ejemplo, es de esperarse que las agencias de vehículos, joyerías, inmobiliarias y demás empresas de este tipo incrementen sus ventas durante el periodo de transición.

Después se generarán figuras extrañas como que disminuirá el número de personas que estrenen vehículos, que los comprarán con menos de mil kilómetros o que comenzará a comprarse una gran cantidad de casas de costos menores a los 500 mil pesos.

Sea como sea, la lucha en contra del dinero de la delincuencia organizada y de quienes se sienten “vivos” dándole la vuelta al cumplimiento de sus obligaciones necesariamente pasaba por un cambio de ley que, de entrada, generará una gran cantidad de información, es decir, pistas para seguir el dinero que, al final del día, es el fin último de los que delinquen.

Transparencia

Vale la pena seguir muy de cerca el debate que se está formando sobre la información que deben dar los organismos autónomos a la sociedad, así como la transparencia en su toma de decisiones.

El proceso, que necesariamente pasa por el cambio en la ley, implicaría que comisiones y otros órganos autónomos hagan públicas las minutas de su trabajo, como ya lo hace el Banco de México.