Reforma laboral, ya

Finalmente ayer quedó aprobada en comisiones del Senado la iniciativa de reforma laboral enviada como preferente por el presidente de la República, Felipe Calderón, y votada a favor por la Cámara de Diputados.

Como se anticipaba desde el fin de semana pasado, las comisiones de Trabajo y Estudios Legislativos terminarían en un empate, como sucedió después de tres rondas de votación, por lo que los eventuales cambios se discutirán en el pleno.

El empate se dio porque el PRI tiene seis lugares en esas dos comisiones (entre ellos el presidente de la Comisión y los diputados  Isaías González, Armando Neyra, Humberto Mayans, Raúl Cervantes y Miguel Ángel Chico); y la alianza entre PAN y PRD (Javier Lozano, Octavio Pedroza, Raúl Gracia, Sonia Mendoza, Alejandra Barrales y Zoé Alejandro  Robledo) cuentan con el mismo número.

Con el empate obviamente gana la posición del partido que llegará al gobierno a partir del primero de diciembre, puesto que difícilmente el pleno cambiará la votación.

La causa del PAN y el PRD es, sin lugar a dudas, la correcta, puesto que la transparencia y la rendición de cuentas se hacen necesarias cuando se ven excesos de líderes sindicales como Elba Esther Gordillo, Carlos Romero Deschamps o Francisco Hernández Juárez, quienes bajo las más diversas artimañas se eternizan en los puestos acumulando ganancias personales que resultan indignas, si se consideran los niveles de vida de sus trabajadores.

Es necesario tomar lo que se está dando en la discusión legislativa y que, sin lugar a ninguna duda, es un éxito. Por primera vez en cuatro décadas se hacen una serie de reformas a las leyes laborales que, sin lugar a ninguna duda, mejorarán las condiciones de vida de los trabajadores.

Seamos claros, en el mundo perfecto el pleno debería lograr el cambio en temas como la transparencia y rendición de cuentas de los líderes sindicales; sin embargo, en este país es necesario reconocer que el costo de seguir en esta lucha podría ser verdaderamente alto, si se considera que al volver a la Cámara de Diputados se podría rompería el principio de preferente y, por lo tanto, se podría caer en el riesgo de seguir acumulando años en el calendario sin mover una de las leyes más anacrónicas de México.

Errores

Hay quienes se preguntan cómo llegó a la presidencia de la Bolsa Mexicana de Valores Luis Téllez.

Muchos pensaban que llegaría Jonathan Davis, un ex servidor público quien, sin lugar a dudas, tenía un mejor perfil, puesto que desde la Comisión Nacional Bancaria y de Valores tenía mucho mayor contacto con las formas y necesidades del mercado mexicano de valores.

Ciertamente, se trató de una sorpresa el nombramiento de Téllez, puesto que el perfil no era del todo claro, ya que jamás estuvo en contacto directo, como servidor público, con el mercado de valores.

Tenía una buena reputación como secretario de Energía que, sin lugar a duda, sorprendió cuando fue secretario de Comunicaciones y Transportes durante este sexenio, puesto que fueron muchos más los escándalos que los resultados en una gestión que rápidamente terminó cuando fue nombrado en su lugar Juan Molinar
Horcasitas, quien a su vez fue sustituido por el actual titular de la dependencia,
Dionisio Pérez-Jácome.

Así las cosas, son muchos quienes se preguntan sobre lo que estuvo a través de este nombramiento. Sin embargo, a estas alturas resulta francamente ocioso perderse en esta discusión, sino hacer un análisis de lo que ha sido su gestión.

Los problemas van más allá de los inaceptables errores de BullTick y MoNet que, si lugar a duda, tienen su origen en fallas de operación y criterio.

La primera es una intermediaria que opera internacionalmente, pero que tiene base en Miami y por lo tanto es regulada por la SEC.

La segunda, que tuvo un costo superior a los 150 millones de dólares, se trata de un sistema probado en el mundo, es decir, tiene una certificación internacional. La falla se dio, como confesaron en un fallido intento por minimizar el conflicto, por problemas de instrumentación y fallas de cálculo.

Pretextos

Se ponen como pretexto el crecimiento de las operaciones, incluida la colocación de Santander, como si el sistema hubiera sido para un mercado que no iba a crecer.

Vamos, se trata de un absurdo o del reconocimiento de una visión muy miope.

Durante mucho tiempo se dijo que la BMV promovía la colocación de los bancos mexicanos en el mercado para dar transparencia.

La institución encabezada en México por Marcos Martínez lo hizo siguiendo directrices internacionales y no porque viera oportunidades en el terreno nacional. Los hechos demuestran que el mercado está poco preparado para recibir este tipo de transacciones.

La BMV tiene un gravísimo rezago con respecto a lo que debería ser como vehículo para el financiamiento de empresas y promotor del ahorro interno.

No es lo que debiera para sus dueños y participantes. Jamás se ha tratado de un asunto personal, sino de fallas personales.

Fraudes

Está creciendo el número de fraudes que se cometen utilizando a los bancos como gancho.

Supuestas organizaciones de premios, beneficios o robando el nombre de operadoras de tarjetas de crédito o instituciones citan a los clientes en diversos puntos de las ciudades bajo el argumento de que ganaron un premio cuando, en realidad, se trata de una forma vil de engaño.

Es importante que la Asociación de Bancos de México, presidida por Jaime Ruiz Sacristán, haga una campaña de información en la cual adviertan a sus usuarios que estos métodos no son los utilizados por este gremio o los operadores de tarjetas, puesto que se trata de presiones indebidas para realizar compras que rayan en el fraude.