Maricarmen Cortés

Desde el piso de remates

Maricarmen Cortés

27 Nov, 2012

Lo bueno, lo malo y lo feo del sexenio de Calderón

A tres días de que concluya el sexenio de Felipe Calderón es obligado hacer un balance de estos seis años, que a escala internacional estuvieron sacudidos primero por la peor crisis financiera internacional y la recesión en Estados Unidos, que inició en 2008 con el mercado subprime y después por la crisis de la deuda en la zona euro, que está aún lejos de resolverse.

Estabilidad financiera

Entre lo bueno, sin lugar a dudas, hay que destacar la estabilidad financiera que no fue poca cosa en un entorno internacional tan difícil, pero con excepción de algunas decisiones populistas como congelar en 2009 los precios de los energéticos, en general Felipe Calderón y sus tres secretarios de Hacienda: Agustín Carstens, Ernesto Cordero y José Antonio Meade mantuvieron el timón firme y dejan el país con finanzas sanas y en rumbo de crecimiento. 

Entre los logros de Calderón sobresale su valiente decisión de desaparecer Luz y Fuerza del Centro, que costaba anualmente 40 mil millones de pesos, la reforma al sistema de pensiones del ISSSTE que deberá profundizarse el próximo sexenio e impulsar como iniciativas preferentes dos reformas que sin lugar a dudas se pueden considerar estructurales: la laboral  y la de contabilidad gubernamental.

En el ámbito social se avanzó en la cobertura de salud con el esquema de Seguro Popular y se reconoce internacionalmente a Oportunidades, con programas como Piso Firme y Rescate de Espacios Públicos, aunque no se abatieron los índices de pobreza, que afectan a 50% de la población porque la pobreza no terminará con programas sociales que sólo son un paliativo, sino con un crecimiento económico sostenido.

Se reposicionó a México –pese a la violencia– en el ámbito internacional gracias, en gran parte, a la presidencia del G2, porque fue la primera vez que recayó en un país en vías de desarrollo.

Se logró también la incorporación de México al TPP, aunque la negociación formal recaerá en el gobierno de Peña Nieto porque entra

Crecimiento de la violencia

Entre lo malo sobresale el crecimiento de la violencia y la impunidad con la que se cometen crímenes en todo el país, y que afectan al turismo y opacan la imagen del país.

La guerra contra la narcodelincuencia se volvió una obsesión de Calderón y se tradujo en un más de 50 mil muertos y en uno de los problemas más graves que heredará Enrique Peña Nieto.

Una de las graves secuelas de la narcoviolencia que tendrá que enfrentar el nuevo gobierno es el creciente número de viviendas abandonadas en el norte del país y que opacó el cierre del exitoso programa de vivienda.

Desde luego también hay que incluir entre lo malo que el crecimiento económico fue inferior a 2% promedio anual, porque en 2009 se registró una contracción del PIB de 6.2%, lo que se tradujo en que fue insuficiente el número de empleos creados que en promedio fue inferior a los 500 mil anuales.

Además, tanto las reformas energética como la hacendaria se quedaron a medias y no cumplieron con sus objetivos ni de fomentar más inversiones en el sector energético ni de facilitar el pago de impuestos que sigue siendo un viacrucis para los contribuyentes cautivos, ni mucho menos de ampliar la base.

Y desde luego están los múltiples litigios por temas pendientes en el sector de comunicaciones, que van desde la definición del aeropuerto alterno de la Ciudad de México hasta la falta de Reglamentos en la SCT y Cofetel.

Enfrentamientos con IP

Entre lo feo están los enfrentamientos con el sector privado que se dan en múltiples frentes.

Por un lado, la gran molestia del CCE contra la STPS por la desaparición de la zona B de salarios mínimos que se hará en forma abrupta, en lugar de gradual, como sería lo lógico.

Por otro lado, la industria automotriz, uno de los sectores de mayor inversión, está molesta tanto por la NOM ambiental de Semanarnat como por la modificación al Decreto Automotriz.

El sector agropecuario y el químico están furiosos por la desgravación arancelaria anunciada el viernes pasado y, por si fuera poco, el sector financiero está molesto con la SHCP y la CNBV por la insistencia de no retrasar la entrada en vigor de las reglas de Basilea III y de las nuevas normas para venta de valores.