El compromiso de ser aval

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Jaime Hernández

Sr. Páramo, mi hermano me pide ser su aval para que pueda rentar un departamento, pero quiero saber qué implica serlo y en qué consiste, aunque quiero mucho a mi hermano, no deseo que me ponga en un problema económico y posteriormente tener una deuda que ni siquiera sea mía.

Respuesta:

Ser aval es una forma de garantía, ya que se compromete a responder por los compromisos de otra persona, en caso de haber algún problema o incumplimiento.

Al ser aval de tu hermano te estás comprometiendo a responder por las obligaciones de otro; conlleva algunos riesgos que es necesario que examines antes de aceptar ese compromiso.

Toma en cuenta que al ser aval, de cierto modo, participas de la deuda de otro, puesto que se comprometen bienes como garantía en caso de no cumplir con las obligaciones en plazos establecidos; en algunos casos, cuando conocemos muy bien a la persona que nos solicita el favor y estamos seguros de que tiene la capacidad y disposición de cumplir con sus obligaciones, en ocasiones se acepta sin pensar en lo que están accediendo a hacer y algunas veces pueden llevarse sorpresas desagradables, por lo que es una decisión que debe meditarse con cuidado.

Antes de aceptar ser aval, debes plantearte si esta persona tiene un buen historial crediticio, si es responsable, si es formal, si cumple sus promesas (de todo tipo), etcétera, informarte sobre el tipo de deuda que piensa adquirir, porque de cierto modo serás “codeudor”.

Debes cerciorarte de entender todos los términos y condiciones implicados en el contrato de deuda. Es necesario involucrarse en la operación como si fuera propia. Es muy importante tomar en cuenta la relación que se tiene con la persona que solicita el favor. Debes pensar si se trata de una relación antigua y duradera o simplemente de un conocimiento aislado o pasajero.

Si ya eres aval, es fundamental estar siempre bien informado sobre el progreso del pago y la disminución de la deuda, y asegurarte que se está cumpliendo con lo acordado. La comunicación en estos casos es muy importante.

No es sencillo renunciar a ser aval, puesto que al aceptar serlo se está de acuerdo con un contrato de deuda con todas las cláusulas especificadas. Además, las tres partes: acreedor, deudor y aval, deben estar de acuerdo en caso de cualquier modificación al contrato original. Lo que sucede en algunos casos es que el aval puede liquidar la deuda de quien le pidió el favor, con la finalidad de que sus bienes no sean perturbados y cobrársela de manera externa.

Nadie puede ponerte como aval sin que estés enterado; este tipo de contratos se firma personalmente. Al momento de que se paga totalmente la deuda, entonces se
extingue esa obligación.

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