Maricarmen Cortés

Desde el piso de remates

Maricarmen Cortés

29 Nov, 2012

Molestia de intermediarios contra CNBV

En plena fiebre de regulacionitis creativus aguda que afectó al presidente Calderón y su gabinete al final de su sexenio, ayer se publicaron en el Diario Oficial –pese a la intensa y fallida negociación de los intermediarios financieros– las nuevas reglas de capitalización para la banca, mejor conocidas como Basilea III, y la Circular para las prácticas de ventas de valores que tienen aún más molesto y preocupado al sector por las implicaciones que tendrá en el costo de operación de las casas de bolsa.

La Asociación Mexicana de Intermediarios Bursátiles y la Asociación de Bancos de México intentaron convencer a Guillermo Babatz, presidente de la CNBV, que detuviera la publicación de las nuevas reglas para venta de valores, pero fracasaron en su intento, porque Babatz se empeñó en que estuvieran listas antes de que terminara su gestión, de la misma manera en que Agustín Carstens, gobernador del Banco de México, y José Antonio Meade, secretario de Hacienda, no dieron su brazo a torcer en cuanto a suavizar las reglas de Basilea III que se aplicarán en México antes que en ningún otro país del mundo, y son más estrictas que en Estados Unidos y Europa.

En lo que se refiere a la venta de valores, lo que se espera es convencer a Luis Videgaray, quien seguramente será el próximo secretario de Hacienda, de que las reglas no entren en vigor en septiembre próximo y que se flexibilicen.

Entre las preocupaciones del sector bursátil, además del costo que implica, porque tendrán que modificar sus sistemas administrativos para abrir los perfiles detallados de cada cliente, está el riesgo de que se genere un fenómeno de desintermediación en beneficio de los brokers o intermediarios de Estados Unidos donde es muy fácil abrir una cuenta de inversión, incluso desde 100 dólares. Se quejan también de que se favorecerá a los asesores independientes, quienes podrán manejar cuentas de clientes en forma directa y sin estar sujetos a la misma regulación que las casas de bolsa.

Están molestos también porque la CNBV sataniza a las casas de bolsa, al señalar que la falta de un perfil de sus clientes y de límites en las colocaciones de valores han propiciado conflictos de intereses, y un “alto impacto en el patrimonio” de los clientes ante escenarios de estrés en los mercados.

Clientes sofisticados

La CNBV divide a los clientes en sofisticados y no sofisticados, aunque en realidad son los ricos y no ricos.

Un cliente sofisticado es quien tiene en promedio en los últimos 12 meses inversiones por un monto mínimo de tres millones de UDIS, o sea más de 14 millones de pesos o ingresos brutos anuales de por lo menos un millón de UDIS.

Los intermediarios asumirán que sus clientes no son sofisticados, salvo que acrediten lo contrario.

Lo que exige la CNBV es que se establezcan estrategias de inversión para cada cliente, con una justificación de por qué resultan “razonables” las recomendaciones de inversión. Se deberá entregar a los clientes la justificación precisando las clases o categorías de los valores que podrán adquirir y hasta los porcentajes máximos de inversión por cada categoría. Y si recomiendan un instrumento que esté fuera de la estrategia de inversión o composición de la cartera deberán elaborar otra justificación.

Desde luego en mercados de alta volatilidad donde el timing en las decisiones de inversión es básico, las cartitas de “justificación” resultan burocráticas, por lo que las opciones para los clientes no sofisticados serán sólo sociedades de inversión.

Se establecen mayores controles tanto para las cuentas discrecionales, ahora servicios de ejecución, y se obligará a las cuentas a llevar registros durante cinco años de las grabaciones y órdenes precisas de los clientes.

En cuanto a los servicios de inversión asesorados, el problema es el perfil del cliente que debe no sólo incluir la evaluación de su situación financiera, sino sus objetivos de inversión y sus conocimientos y experiencia en materia financiera.

Estarán obligadas también a realizar un perfil de cada instrumento financiero y a crear comité de análisis de los productos financieros que deberá aprobar la guía de servicios de inversión y los perfiles de inversión.