Maricarmen Cortés

Desde el piso de remates

Maricarmen Cortés

11 Dic, 2012

Austeridad y reforma educativa, dos buenas noticias

Siguen las noticias alentadoras. Por un lado, el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, presentó ayer la propuesta de programa de austeridad para toda la administración púbica y, por el otro lado, el presidente Enrique Peña Nieto presentó su propuesta de reforma educativa.

Por lo que respecta al programa de austeridad, incluye una medida más populista que efectiva que es reducir en 5% el salario de los mandos altos en el gobierno. Desde luego este 5% palidece frente a la propuesta de Andrés Manuel López Obrador de bajar en 50% los sueldos de los altos funcionarios públicos.

Es una medida que a muchos les gustará por su impacto político, aunque realmente no será importante en el gasto público, ya que el propio Videgaray estimó un ahorro de dos mil millones de pesos.

El mayor ahorro se dará tras el diagnóstico que tendrán que presentar todas las dependencias y entidades gubernamentales, que deberán entregar a la SHCP a más tardar el 30 de abril prósiguiendo los lineamientos que establezca la Secretaría de Hacienda y que se publicarán a más tardar el 30 enero.

El objetivo es, por un lado, una mayor y saludable transparencia en el gasto corriente, eliminar puestos que hoy están duplicados y limitar la contratación excesiva a través de asesores y asistentes personales mediante honorarios.

El compromiso es eliminar también las plazas de mandos medios y superiores que no tengan justificación y las de servicio civil de carrera que no hayan realizado el examen correspondiente.

Primera reforma estructural de Peña Nieto

A sólo una semana de su toma de posesión, el presidente Enrique Peña Nieto presentó ayer su primera propuesta de reforma estructural y lo hizo con la figura del Pacto Político ante los dirigente del PRI, PAN y PRD, y con la notoria ausencia de la ¿eterna? dirigente del SNTE, Elba Esther Gordillo, a quien al parecer ahora sí le llegó su Waterloo.

Peña Nieto estableció claramente que uno de los objetivos es terminar con los privilegios de algunos maestros que no tienen nivel de preparación para estar en un salón de clases. Su propuesta contempla reformar al artículo 3º de la Constitución, crear el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, el Servicio Profesional Docente y el Censo de maestros y escuelas.

CNBV, mañana nombramiento

Entre los nombramientos que aún no se han dado conocer está el de Jaime González  Aguadé, ex director general de la CFE, como presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de  Valores.

La razón del retraso en el relevo en la CNBV se debe a que Babatz viajó a la reunión del Financial Stability Board de las Américas, que se realizó en Bermudas, pero regresa hoy y seguramente mañana se realizará el anuncio oficial.

Babatz cerró su gestión con un abierto enfrentamiento no sólo con el sector financiero, sino incluso con el hoy canciller José Antonio Meade, por empeñarse en publicar las nuevas reglas de prácticas de venta de valores, sino las de Basilea III sin escuchar ni mucho menos ceder a las peticiones de esperar al cambio de gobierno.

Optimismo de ABM

Por cierto que ayer, tanto Jaime Ruiz Sacristán, presidente de la ABM, como los vicepresidentes Luis Robles, de BBVA; Luis Niño de Rivera, de Banco Azteca, y Héctor Grisi, de Crédit Suisse, se mostraron optimistas no sólo en torno al crecimiento económico en 2013 y la consecuente reactivación del crédito, sino en lograr un acuerdo en enero con Luis Videgaray, secretario de Hacienda, y con González Aguadé, en torno tanto a Basilea III como a las reglas de prácticas de valores.

Lo que quieren los banqueros en el caso de Basilea III y que Babatz se negó en forma tajante a modificar es que las obligaciones o notas de capital que emitan y que se conocen en inglés como CoCos de aquí a 2017, sí se consideran como capital básico sin el requisito de que coticen en la BMV.

En cuanto a las prácticas comerciales de venta, los intermediarios piden eliminar los topes que fijó Babatz en cuanto a la colocación de una emisión entre los propios clientes de un banco o de una casa de bolsa y que –como en Estados Unidos– aplique una barrera entre las áreas de promoción y la de colocación de instrumentos hasta el día del pricing.