Todos hablan de él, pero ¿qué es el famoso abismo fiscal?

En las últimas semanas hemos escuchado y leído que todos están preocupados por el abismo fiscal de Estados Unidos. Los mercados están cautelosos ante su llegada, Barack Obama y el republicano Joh Boehner, líder de la Cámara de Representantes de EU, platican sobre él, y hasta al Secretario de Hacienda le tocaron preguntas sobre qué le pasaría a México. ¿Y tú, sabes qué es el abismo fiscal?

Cuando la economía de Estados Unidos se empezó a ir a pique en la más reciente crisis económica, el gobierno de George W. Bush ideó una serie de recortes de impuestos y aumento en el gasto del gobierno para estimular la economía. Este programa expira junto con el 2012, por lo que una vez iniciado el próximo año los estadounidenses pagarán más impuestos y el gobierno gastará menos.

Así que, el "abismo fiscal" es nada menos que la entrada en vigor de una serie de impuestos y recortes al gasto público por una suma de 600,000 millones de dólares. La oficina de presupuesto del Congreso ha advertido que caer por el abismo provocaría una recesión y la pérdida de cerca de dos millones de empleos.

¿Y por qué este problema? ¡Porque la economía de Estados Unidos no se ha recuperado! En el gobierno de Bush se pensó que extender el programa hasta finales del 2012 sería suficiente. Pero, la economía de Estados Unidos no ha tenido la recuperación que se pensaba, es por eso que el fantasma de otra recesión la amenaza. Ahí radica el problema del abismo.

Actualmente los estadounidenses pagan 2.5 billones de dólares en impuestos, mientras que el gobierno gasta 3.3 billones, dejando un déficit de 800,000 millones de dólares. De caer en el abismo el déficit se reduciría a 300,000 millones.

¿Por qué no se ponen de acuerdo? Obama y su opositor Boehner coinciden en una cosa: reducir el déficit del gobierno, pero no al ritmo que el abismo fiscal plantea, sino a un nivel de 600,000 millones de dólares; sin poner en riesgo la recuperación. Sin embargo, las diferencias se dan sobre cómo cerrar la brecha.

Por un lado, Obama propone elevar los impuestos a 2.7 billones de dólares, principalmente mendiante el aumento de impuestos a la población más rica y dejando casi sin cambios lo que paga la clase media. Además, de que no quiere reducir el gasto del gobierno. Por otra parte, Boehner quiere aumentar la recaudación a 2.6 billones, pero siendo parejo con todos; mientras que el gobierno debería recortar sus erogaciones a 3.2 billones de dólares.

¿Hay otras opciones? Sí, hay dos opciones más que se barajean. La primera, propuesta por Mitt Romney en la elección presidencial es restringir las deducciones de impuestos a 25,000 dólares, con lo que se incrementaría la recaudación de impuestos. Mientras que la otra opción, es un plan de reducción de déficit propuesto por Erskine Bowles y Alan Simpson, miembros de la Comisión de Responsabilidad Fiscal de Obama.

¿Y qué plan es más conveniente? Ese es el debate, y depende en buena medida de la posición política, además de los intereses y compromisos de cada grupo. Lo que sí sabemos es que cada una de estas cuatro opciones afectaría de manera diferente a los estadounidenses. El Wahsington Post en una gráfica resume bien los incrementos de los impuestos que cada decil de la población paga: