David Páramo

Análisis superior

David Páramo

19 Dic, 2012

Malas viviendas

Evidentemente se le puede cuestionar al director del Infonavit, Alejandro Murat, que haya hecho declaraciones que no le corresponden, puesto que el instituto es una empresa financiera que no tiene que ver con el reordenamiento territorial o directamente sobre el comportamiento que tienen los desarrolladores de vivienda.

El Infonavit tiene como misión dar créditos, solo o con la banca, para que los derechohabientes puedan tener acceso a la vivienda. Éste es su ámbito de competencia y no ningún otro.

Sin embargo, lo que no puede cuestionarse es la razón que tiene Murat en un tema que si bien no es necesariamente ámbito de la competencia del Infonavit, no únicamente le es más cercano, sino que en él también podría intervenir directamente. Se trata de la calidad de las viviendas.

Es innegable que se ha vivido un gran crecimiento en el sector inmobiliario durante los últimos años como resultado de la estabilidad económica, que ha permitido que organismos gubernamentales, tripartitos y el sector financiero puedan financiar un mayor número de viviendas y que haya una sana demanda por parte de la población.

Sin embargo, esta bonanza del crédito ha tenido aparejado el problema de que muchos desarrolladores de vivienda, señaladamente GEO, han disminuido la calidad del producto a su mínima expresión, en aras de obtener ganancias que no resultan justas.

La empresa que preside Luis Orvañanos se ha destacado por construir viviendas que presentan una gran cantidad de vicios ocultos derivados de la mala calidad de los materiales que utilizan, así como malas técnicas de construcción.

Abuso

Aprovechando la necesidad de las personas de contar con una vivienda, GEO utiliza técnicas muy agresivas de venta entre las que están las llamadas telefónicas, donde bien podría haber espacio para sospechar compra de bases de datos, presencia en empresas y plazas comerciales donde se engancha a la gente con productos como GEO Fácil, que suelen ser un dolor de muelas para las personas.

Los derechohabientes del Infonavit y del Fovissste son los principales objetivos de estas tácticas comerciales. Se les ofrecen “asesores”, que en la práctica actúan como coyotes para supuestamente llevar los trámites frente a los organismos de vivienda y la banca cuando, en la mayoría de los casos, se trata de ganchos comerciales donde se piden enganches.

Si existe cualquier problema de registro o de papeles que supuestamente el “asesor” de GEO se compromete a resolver cuando está pidiendo el anticipo, pues simplemente desaparece y el cliente tiene que recurrir a muy complicados procesos para recuperar su dinero y sus papeles.

Otro problema típico es que se le promete a la gente entregas en tiempos que no suelen cumplirse, lo que hace que el acreditado tenga dos opciones: aguantarse o recurrir ante la Profeco que, como costo de oportunidad, es muy caro para una persona física y para una empresa como GEO tiene un costo muy bajo.

Una vez entregada la casa es muy común que comience otro calvario para el cliente, que empresas como GEO tienen toda una estructura para capotear. Se trata de los vicios ocultos o, llanamente, la mala calidad de las obras.

Consumidores

Es común que los dueños de la vivienda pretendan que sea quien le otorgó el crédito quien se haga responsable de este tipo de fallas, cuando son obligación de la constructora que suele desaparecerse.

El cliente tiene que pasar un verdadero calvario, que en no pocas ocasiones termina pagando de su bolsa los arreglos que, por ley, deberían ser atendidos por la constructora. Habrá quienes digan que GEO acumula una buena cantidad de quejas ante Profeco y una mala reputación porque son muy grandes; sin embargo, la realidad es que parece que tienen un sistema plenamente diseñado para maximizar las ganancias dañando a sus clientes.

Mientras no exista un mecanismo claro para que organismos de rendición de cuentas, la invitación es para que los clientes tengan mucho cuidado del tipo de empresas que hoy están desarrollando vivienda y su reputación comercial.

Cuidado

Desde finales del sexenio pasado diversos funcionarios han hablado insistentemente de una política de cielos abiertos, como una manera de aumentar la competencia en el sector aeronáutico.

Se trata, desde la teoría, de convenios bilaterales o multilaterales que permiten a empresas extranjeras realizar operaciones de cabotaje (es decir, subir y bajar pasajeros en el territorio de otro país).

Se cree que esta medida permitiría aumentar la competencia, el número de destinos y lo más importante, disminuir los precios finales para los usuarios.

Sin embargo, hay que tener mucha preocupación sobre las consecuencias que podría tener una medida de este tipo.

Toda la flota mexicana es menor a la de una sola empresa de Estados Unidos. El riesgo, como ha ocurrido en otras naciones de América Latina, es que entren las empresas extranjeras, acaben a las nacionales y luego establezcan tarifas muy elevadas.

La diferencia de capacidad haría que las empresas mexicanas tuvieran muy poca posibilidad de aguantar un ataque en materia de tarifas. Evidentemente no podrían aprovechar la posibilidad de volar en territorios como Estados Unidos por la falta de equipos y eso terminaría acabándolos.

Abrir los cielos podría parecer una medida rápida para aumentar la competencia; sin embargo, los costos podrían ser mucho mayores en el largo plazo, puesto que se corre el riesgo fundado de perder todo un sector industrial.

Antes de pensar en soluciones mágicas como los cielos abiertos, el país tiene que contar con una política industrial.

Hoy por hoy no se sabe hacia dónde quiere llevar este sector el gobierno.

En las administraciones del PAN fue un debate ridículo y es momento que Gerardo Ruiz Esparza y la SCT muestren el rumbo hacia donde quieren ir en materia de aviación.

Vacaciones

El autor de Personajes de Renombre tomará vacaciones con motivo de la Navidad y el fin de año. Volverá a publicarse el martes 8 de enero. Ojalá que 2013 sea el año más próspero que usted y su familia hayan vivido hasta el momento.