Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

11 Ene, 2013

Tenencia vehicular, un ejemplo de antipolítica

Los resultados obtenidos por la industria agrupada en la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz, que preside Eduardo Solís, son espectaculares en materia de producción y exportación, pero en materia de ventas internas son mediocres por falta de visión y voluntad política para cambiarlos.

Se producen dos mil 884 millones de vehículos (un millón más que antes de la crisis de 2007) y se exportan dos mil 355 millones de automotores, pero en México, aunque la venta interna creció 9% en el último año, para situarse en 987 millones de autos apenas se está ubicando en los niveles que tenía en 2003.

Varios factores lo explican, pero se expresan en un solo efecto. El parque vehicular tiene 17 años y no diez, como los países de ingresos medios como Brasil o Argentina, o 10-13 años como Estados Unidos, 6-7 de Japón o Europa. En China mismael parque es muy joven y se renueva rapidísimo. Pero en México, la política fiscal, federal y subnacional premia el auto viejo, el consumo de combustible fósil y condiciones físico-mecánicas vehiculares ineficientes.

En los 23 estados donde se cobra tenencia estatal, pero se subsidia una parte de la misma, se exenta del pago a los tenedores de vehículos más viejos. En el caso de Nuevo León, que gobierna Rodrigo Medina, con cinco años de antigüedad el vehículo no paga tenencia, a pesar de que consuma más gasolina.

En el Estado de México, con Eruviel Ávila, sucede lo mismo, y se la pasan discutiendo si el DF tiene un sistema diferente, pero no consideran que la eliminación de la tenencia al auto viejo es contraria a la necesidad de incentivar la renovación del parque vehicular para contar con autos más nuevos y de menor consumo de combustible.

En Europa y en Estados Unidos se cobran impuestos más altos conforme aumenta la edad del vehículo, el cilindraje y potencia y, por ende, el consumo de combustible. En México es todo lo contrario, con el argumento de que los autos viejos los compran los pobres, cuando en realidad las carcachas desestimulan la mejora y masividad del transporte colectivo, donde radicaría la solución a la movilidad intra e interurbana y hasta rural.

Sólo un dato para efectos de planeación económica y fiscal. Si tan sólo la Secretaría de Hacienda, que encabeza Luis Videgaray; la de Economía, de Ildefonso Guajardo, la SCT, de Gerardo Ruiz Esparza; la Sener, de Pedro Joaquín Coldwell, y la Semarnat, de Juan José Guerra, se sentaran a revisar el impacto que tendría para la economía propiciar un cambio en la política fiscal de condiciones físico-mecánicas, de emisión y de consumo de combustible tal vez se plantearía una política integral en materia automotriz que pudiera inclusive resolver un gran problema a las finanzas subnacionales.

Hoy se dirimen en si restablecen la tenencia porque eso les dejaba 25 mil millones de pesos, porque los únicos estados que cobran tenencia sin subsidio son Baja California Sur y Nayarit, otros siete no tienen tenencia, aunque su situación financiera es precaria en casos como Jalisco, Chiapas, Puebla, Morelos, Guanajuato Chihuahua y Sonora, pero los restantes aplican un incentivo perverso porque premian al auto viejo, ineficiente y contaminante. Ése es el México optimista que quisiéramos ver convertido en realista y, mire, este estado de distorsión no tiene matrícula política o ideológica.

A lo mejor si invitan a los secres a asistir a Detroit y no a Davos podrían aprender tantito de lo que representaría ese cambio para el país, pues las divisas que le deja la industria automotriz al país se acercan a los 36 mil millones de dólares, más que el petróleo y que el turismo, pero en términos económicos si México eleva las 1.4 millones de unidades vendidas se traduciría en 312 mil empleos del sector manufacturero, que a su vez multiplican por tres al tocar las 40 ramas económicas que confluyen en él. Podría reducirse a la mitad el consumo interno de gasolina y por subir la recaudación por productividad económica no por ineficiencia recaudatoria. Yo sueño… ¿y usted?

De Fondos a Fondo

El presidente Enrique Peña firmará el decreto de creación del Instituto Nacional Emprendedor que se mantendrá sectorizado en la Secretaría de Economía, que encabeza Ildefonso Guajardo.

El Instituto será dirigido por Enrique Jacob y, tras llevarse la estructura y recursos de la subsecretaría Pyme y el Fondo Pyme, con siete mil 400 millones de pesos que le asignaron para el rubro a la Secretaría para 2013 y quedará formalizado administrativamente en febrero.

Las nuevas reglas del Fondo Pyme se darán a conocer en ese momento y lo interesante es que si bien no se eliminan los fondos para empresas de capacitación y asesoría, se exigirán resultados en materia de sobrevivencia de negocios para que los intermediarios de los fondos puedan permanecer en el registro. Resultado es la clave del cambio.

Las nuevas reglas de operación del fondo y la concentración de recursos también se darán a conocer, pues Jacob, conocedor de la estructura estatal en materia de desarrollo económico, está planteando una coordinación efectiva entre el Instituto y las contrapartes estatales y municipales para que los programas de despliegue empresarial no se dispersen y tengan una coordinación efectiva.

Fíjese que para reorganizar el ecosistema pyme lo que se hizo fue contactar con los integrantes del mismo para validar los programas, tomar opinión de ideas y realizar la transformación, pues el objetivo es impulsar la creación de empresas sostenibles y apoyar la expansión de las actuales. El enfoque inicial será apoyar a las empresas en áreas críticas
e intensivas en empleo.