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CIUDAD DE MÉXICO, 6 de febrero.- Renovarse o morir, reza el dicho. En 1984, desde un pequeño cuarto con el número 2713 de los dormitorios de la Universidad de Texas, en Austin, uno de los mayores emprendedores en la historia moderna de la tecnología de Estados Unidos iniciaba la construcción de computadoras, que años después daría vida a una de las marcas más emblemáticas de la industria: Dell.
Luego de varios años de éxitos, esta firma creada por Michael Dell, quien dejó las aulas y su carrera de médico ese mismo año para dedicarse de lleno a su negocio, que años más tarde lo convirtió en uno de los millonarios jóvenes de su país, hoy da un giro en su historia.
La tercera fabricante de computadoras en el mundo anunció ayer que se convertirá en una firma privada a partir de mediados de 2013, luego de que hace 12 años iniciara su cotización en la bolsa.
Tras varias semanas de especulaciones, la firma dio a conocer que para su privatización, destinó 24 mil 400 millones de dólares en una recompra de acciones a sus inversionistas, en los que no se incluye el propio Michael Dell, con el fin de reestructurar la empresa.
El financiamiento proviene principalmente de la combinación de efectivo y acciones propiedad de Michael Dell, el mayor accionista de la empresa con alrededor de 14% de títulos comunes, y los fondos aportados por Silver Lake, que algunos medios cifran en mil millones de dólares en efectivo.
Microsoft, muy interesada en la supervivencia de los fabricantes de computadoras que usan su Windows 8, prestará dos mil millones de dólares para la operación, en tanto que los bancos Merrill Lynch, Barclays, Credit Suisse y RBC Capital Markets financiarán deuda.
La compra –que podría ser la más grande desde que inició la recesión en Estados Unidos en 2008–, es una gran apuesta para Michael Dell, pues sumará una deuda de 15 mil millones de dólares a sus arcas, en medio de un cambio de la industria de la tecnología por la masificación de las tablets y smartphones, frente a una debacle de las computadoras, y la subvaloración de los negocios de la compañía.
“Dell ha hecho un sólido progreso en la ejecución de su estrategia a lo largo de los últimos cuatro años, pero reconocemos que necesitamos más tiempo, inversión y paciencia”, comentó Michael Dell, fundador y director de la empresa.
Se pagará a los accionistas 13.65 dólares por título, es decir, un bono de 35% sobre el precio promedio de cierre de los últimos 90 días previos al 11 de enero, y 25% al día de ayer.
“Estoy comprometido en esta travesía, y he puesto una parte sustancial de mi propio capital en riesgo, junto al de Silver Lake, un inversionista de clase mundial. Estamos comprometidos a ofrecer una experiencia inigualable al consumidor en este nuevo camino”, agregó Dell.
En cuanto al monto exacto que cada participante tendrá en la transacción, David Frink, vocero de Dell, comentó a Excélsior que esta información será revelada al término de los próximos 45 días, tiempo en el que la empresa estará en un proceso conocido como Go Shop, en el que aún buscará más inversionistas para recaudar el capital estimado de la transacción, aunque afirmó que el acuerdo es un hecho y la firma dejará de cotizar este año.
Sin embargo, algunas voces del sector advierten que durante estos próximos 45 días el paso de la empresa no será tranquilo, pues la participación mayoritaria del propio Michael Dell en el trato podría derivar en demandas de algunos inversionistas.
Tras la noticia, las acciones de Dell subieron 1.13%, cerrando en un precio por unidad de 13.42 dólares.
La era post PC
Si bien Dell comunicó que este cambio en su negocio le hará ganar tiempo y calma para repensar su estrategia, su compañía se convertirá en privada en un entorno en la era post PC, uno en el que la venta de computadoras –mercado que representa 70% de las ganancias de la empresa– va en declive.
Mientras en 2000 Dell lograba ventas de 40 millones de dólares en un solo día, durante el cuarto trimestre de 2012 sus ventas cayeron 20.8 por ciento.
“Dell se dio cuenta que tiene que redirigir la compañía, y no lo logrará mientras esté sujeto a las metas de los reportes trimestrales, el flujo financiero de las compañías públicas, las regulaciones y el escrutinio público. Creo que la empresa aún tiene oportunidades de regresar al mercado”, comentó a Excélsior David Johnson, analista senior de Adquisiciones y Tecnología de Forrester.
HP dice que les beneficia
A la par del anuncio de la privatización de Dell, los comentarios de sus competidores, como Hewlett Packard, no se hicieron esperar.
“Dell tiene una ruta muy complicada por delante. La compañía afronta un periodo de incertidumbre y esta transición no será buena para sus consumidores”, comentó HP en un comunicado, horas después del anuncio de la privatización.
La empresa que hoy dirige Meg Whitman, y que ha estado en constante competencia con Dell desde 2004 cuando ésta última se abrió paso en el negocio de soluciones para negocios, dejó ver sus intenciones de adueñarse de los clientes de Dell.
“Creemos que los consumidores de Dell ahora tendrán ganas de explorar nuevas alternativas, y en HP tomaremos ventaja de esta oportunidad”.
Sin embargo cabe destacar que HP tampoco ha estado en su mejor posición en los últimos meses. En 2012 el precio de las acciones de la empresa cayeron 43%, además de haberse visto envuelta en un fraude con Autonomy, una de sus adquisiciones, luego que esta firma abultara sus ganancias para parecer una compra más redituable.
IBM y Lenovo, son otro par de empresas que también han estado en constante lucha con Dell. Sin embargo, no emitieron comentarios al respecto.
Lenovo le quitó el puesto a Dell como la fabricante número uno de computadoras hace unos años.
Actualmente, de acuerdo con la firma de análisis IDC, la repartición del mercado de cómputo –en el que Dell aún espera jugar– se disputa entre HP, Lenovo y Dell, mercado del que esta última obtuvo 10.6 por ciento al cierre de 2012 mientras que la participación más generosa de 42 por ciento se encuentra repartido en varios competidores.
