David Páramo

Análisis superior

David Páramo

13 Feb, 2013

La soberbia nacional

Quienes gobiernan o han gobernado este país pecan de soberbios al creer que sus decisiones son total y absolutamente infalibles, que si alguien se opone a ellas es porque persigue intereses mezquinos o netamente personales.

Obviamente gobernantes y legisladores creen que ellos son depositarios de la verdad absoluta y que ellos, sólo ellos, conocen las necesidades de todos los mexicanos.

Esta soberbia genera, entre otras cosas, una gran miopía que les impide tener empatía y les hace legislar de acuerdo con las ocurrencias del momento, puesto que creen que únicamente ellos pueden arreglar los problemas.

La Ley de Amparo es un ejemplo típico. Manlio Fabio Beltrones afirmó que no puede entender por qué los representantes de la iniciativa privada se oponían a esta ley que, según él, les dará seguridad jurídica.

Ojo, sólo se oponían a dos fracciones del artículo 129 que a todas luces resultarán inconstitucionales, puesto que generarán un trato desigual entre iguales. Habrá ahora actividades de primera y de segunda clase; mexicanos que tengan derechos al amparo y protección de la justicia.

La CIRT, presidida por Tristán Canales, anunció que no se confrontará con el gobierno, pero que se opondrán a esta ley por los causes legales. Esta es la primera agrupación de la iniciativa privada que anuncia estas acciones que serán comunes.

Desde su posición resulta imposible ver que las empresas que tienen que ver con concesiones representan una parte fundamental del PIB, por lo tanto del empleo. Así, no puede entender lo indefensos que han quedado ante un acto de autoridad arbitrario.

El negar la suspensión generaría, de entrada, que muchos negocios quebraran, aun cuando al final del día recibieran el amparo y protección de la justicia.

El gobierno adquirió una de las armas de los populistas. La posibilidad de quitar una concesión como venganza política argumentando el interés de la nación o la adecuada regulación de este sector.

Por supuesto, los gobernantes no pueden aceptar su capacidad de cometer errores, ya que se sienten infalibles y omnipresentes. También se sienten eternos, puesto que dejan esta herramienta para el siguiente gobierno que podría ser uno de los engendros inspirados en Fidel Castro y Hugo Chávez.

Otra prueba de la soberbia es que los panistas impulsaron esta iniciativa y se quedó congelada 16 meses en el Congreso de la Unión. Ahora la aprueban y hasta pretenden que se les den las gracias.

Más allá, la soberbia los convierte en arrogantes. Justifican los cambios a la Ley de Amparo porque según ellos se había “abusado” de la figura. Reiteramos lo que indicamos en la entrega previa de esta columna ¿Se puede abusar de un derecho?

Mal camina un país en el cual se le van quitando libertades a favor del gobernante. Así inician los regímenes totalitarios.

Supongamos sin conceder que se había abusado de esta figura. ¿Quién abusa?, ¿el ciudadano que la pide o el juez que la otorga? No puede decir que alguien abusa de un derecho que tiene que solicitar ante el Poder Judicial.

Otros

Sin embargo, no son los únicos casos en los cuales esta actitud soberbia termina causando más daño del que se pretende evitar.

Los jueces que han estado a cargo del concurso mercantil de Mexicana de Aviación, Felipe Consuelo y Edith Alarcón, creen que por dejar correr el plazo aparecerán inversionistas con dinero suficiente para rescatar a la línea aérea, siendo que la realidad se encarga de desmentirlo en todo momento.

La pregunta que deberían hacerse es por qué sólo grupos de vividores sin dinero se han acercado supuestamente para capitalizar a la aerolínea; simple y sencillamente porque su valor es ínfimo y no vale la pena invertir 100 millones de dólares de entrada a un negocio que tiene más pasivos que activos.

Inversionistas serios sí hay en el sector de la aviación. Ayer mismo se oficializó que Eduardo Tricio y Valentín Díez Morodo habían adquirido aproximadamente 20% de las acciones de Aeroméxico con una inversión que supera los 170 millones de dólares.

De hecho, el también presidente del Consejo de Administración de Grupo Lala tomará la presidencia de la línea aérea que seguirá siendo dirigida por Andrés Conesa. Con esta transacción Tricio y Banamex son los dos únicos inversionistas que tienen más de 10% de las acciones de la línea aérea.

Si faltaba algún dato para declarar la quiebra debe ser éste. Ya basta de seguir dañando a los trabajadores supuestamente con la intención de preservar la fuente de empleo. Ha llegado el momento de que cobren su liquidación y los acreedores entren en una nueva fase.

Riesgo

Otro ejemplo de esta soberbia de los ex gobernantes son las imputaciones que hacen los opositores a la candidatura de Luis Peña como presidente de la ABM.

A raíz de los problemas de lavado de dinero que tuvo esa institución en el mundo quedaron suspendidas denuncias penales, luego del arreglo económico que se dio. Para algunos esto significa un gravísimo riesgo reputacional para el gremio bancario, puesto que si hay reincidencia podrían ejercerse acciones en contra del banco en el que trabajaría el presidente del gremio.

Se trata de una exageración (que incluso han platicado en foros internacionales) que ciertamente existe, pero que parece que oculta otras intenciones; sin embargo, también se presenta para cualquier institución financiera.

Nadie puede asegurar que no habrá otra operación como Casa Blanca o quien quiera que sea el presidente de los banqueros pudiera verse en problemas de cualquier tipo.

A pesar de que la inmensa mayoría de los bancos está a favor de Peña hay quienes consideran que la única alternativa sería Javier Arrigunaga, quien ciertamente tiene mayor preocupación por la cuenta de resultados de grupo financiero Banamex que por modificar lo que ha sido su esquema en la banca, es decir, el bajo perfil.

Por lo pronto, la votación que estaba planteada para hoy ha sido cambiada hasta nueva fecha, lo que habla de la presión que están ejerciendo con esta visión particular, a pesar de que es clara la posición de la mayoría.