¿Por qué México no es atractivo académicamente?

El conocimiento constituye el elemento más estratégico para el progreso, el desarrollo y la competitividad de la sociedad actual. En este contexto, las universidades juegan un papel crucial para la transferencia y generación de conocimiento para las exigencias de competitividad e innovación, de la compleja dinámica social en nuestros días.

Bajo estos términos, la movilidad estudiantil debe de impulsar la concepción de las universidades como un lugar de encuentro que articulen en redes la riqueza de la diversidad, esto se desprende del siguiente análisis realizado por  Universia México.

De acuerdo con el informe Education at Glance del 2009 de la OCDE, en el 2007, tres millones de estudiantes internacionales participaban en programas de movilidad en todo el mundo, de los cuales 2.5 millones (83.5%) estudiaban en los países de la OCDE.

Esos estudiantes provenían de Asia (48.2%), Europa (23.3%), África (11.6%), América del Sur (6.3%) y América del Norte (3.4%) y eligieron en primer lugar, como destinos académicos a Estados Unidos (20%), Reino Unido (12%), Alemania (9%), Francia (8%), Australia (7%), Canadá (4%) y Japón (4%). Estos siete países, cuyas universidades conquistaron una gran reputación internacional, acogían a casi 2/3 de toda la movilidad internacional.

Pero ¿por qué no figura México y los países iberoamericanos entre los países con mayor captación de movilidad universitaria?

Sabemos que nuestro país cuenta con grandes instituciones de educación superior, no sólo en el área metropolitana, sino también al interior de la República, ¿qué está fallando?

A pesar de que México atraviesa por un momento difícil debido a los altos niveles de inseguridad, uno de los grandes obstáculos para convertirnos en un país académicamente atractivo, es la falta de homogeneidad de créditos entre las instituciones y sus programas académicos. Esta dificultad, impacta de igual forma para la movilidad de estudiantes a nivel nacional y a los estudiantes que nos visitan desde otros países. En el caso de la movilidad de estudiantes internacionales, la titulación en nuestro país no les genera créditos y en el caso nacional, los estudiantes siempre padecen en el momento de conseguir la revalidación de sus materias y créditos ya cursados.

En palabras de Arturo Cherbowski, Director Ejecutivo de Santander Universidades y Director General de Universia México, “la movilidad estudiantil, a nivel nacional e internacional debe ser entendida con un valor estratégico, debido a que es una parte esencial de la capacidad formativa que el día de hoy tiene una Universidad, es a través de la movilidad que se genera el libre intercambio entre pares, intercambio que  fomenta el conocimiento y nos lleva a una confrontación enriquecedora con el otro”.

Por ello, la homologación de créditos académicos debe ser vista como una prioridad en la agenda pública de la educación superior en México, este hecho, apoyaría el desarrollo de la educación, estimularía la multidisciplinariedad, fomentaría el respeto a las diferencias multiétnicas y multiculturales a nivel nacional e internacional y, en el caso de la movilidad internacional, también generaría una derrama económica. 

La verdadera movilidad se dará mediante una transformación y despliegue de la dimensión institucional transcendiendo hacia el estudiantado y el profesorado con contenidos curriculares y co-curriculares, programas de doble titulación, procesos de planeación estratégica y esquemas de evaluación del quehacer universitario, impactando en las funciones adjetivas y sustantivas de las instituciones.

Europa avanzó rápidamente en la creación de un espacio común por medio del programa de educación e investigación ERASMUS (European Community Action Scheme for the Mobility of University Students), el cual ha  multiplicado las redes de la movilidad de estudiantes y profesores con el diseño de programas conjuntos con un reconocimiento de programas y títulos. Esta experiencia europea, puede ser referente para generar la conciencia de disponer de un México y una Iberoamérica vertebrada en torno al conocimiento.

Alcanzar este propósito requiere que las universidades, con el apoyo de la sociedad a la que se debe, gobiernos, instituciones, empresas y organizaciones tomen medidas concretas y absolutamente necesarias de desarrollo del espacio iberoamericano del conocimiento.