Emprender, un dolor de cabeza

CIUDAD DE MÉXICO, 23 de febrero.- Tras 32 días en campaña, Daniel y Antonio, parecen salir del campo de batalla del emprendedurismo tecnológico, cansados, pero con un trofeo de 77 mil dos dólares en las manos, los integrantes de Machina lograron colocarse como los primeros mexicanos en completar una meta de fondeo a través de Kickstarter, un dolor de cabeza necesario para proyectos tecnológicos, que buscan un lugar en el mercado internacional.

“La oportunidad que da Kickstarter para emprendedores es enorme y te ayuda conseguir capital y contactos que no conseguirías de otra manera, pero en el proceso, dejas todo de lado; estamos en ese proceso de recoger todo lo que dejamos y cumplir con lo que prometimos”, mencionó Daniel Fernández de Córdova Shore, cofundador de Machina.

El 16 de enero pasado, Daniel y Antonio, fundadores de Machina, iniciaron su proceso de fondeo en Kickstarter, una plataforma dedicada a impulsar proyectos emprendedores siguiendo el modelo de crowdfunding o fondeo en masa.

Para Machina, hasta el 18 de febrero la meta era conseguir que la gente invirtiera 70 mil dólares para producir una serie de chamarras integradas con tecnología para producir música y tocar en vivo, y aunque lo consiguieron y rebasaron su meta por siete mil dos dólares, Daniel relata el agridulce proceso, aunque dice que valió la pena.

“No sólo consiste en enamorar inversionistas de una idea, tienes que volverte un gran vendedor y planear todo meticulosamente, además de seguir varios requisitos”, recordó Fernández.

Para que Kickstarter suba un plan a su plataforma, que desde 2009 ha impulsado 83 mil 575, deben de estar perfeccionados.

La cuesta hacia la meta

Aunque hoy se colocan como el único proyecto mexicano que ha logrado conseguir la meta de la fondeadora, Daniel confesó que nunca estuvieron seguros de conseguirla, pues el plan era muy ambicioso.

“Pusimos la meta demasiado alta y eso nos puso a parir chayotes; la pusimos así porque es lo necesario para hacer una buena producción; la gente es muy escéptica si ve que no avanza”, explicó.

“En nuestro caso vimos que al principio se consiguió mucho de gente que conocemos, que fondearon como 30 por ciento, pero después nos tuvimos que mover con medios, ofreciendo recompensas”, explicó.

Daniel cuenta que durante un mes el equipo se transformó de creadores a vendedores y publirrelacionistas para posicionar su propia marca.

Ya con el capital, tras conseguir clientes en España, Singapur, Estados Unidos y China, para Machina, los planes a corto plazo son producir lo que se vendió a los inversionistas a más tardar en noviembre, comenzar a licenciar su tecnología a otras marcas y colocar sus chamarras en al menos cinco concept stores.