David Páramo

Análisis superior

David Páramo

7 Mar, 2013

Por una Cofetel fuerte

Los iluminados por el rencor quieren descubrir el hilo negro y al agua tibia con un manoseo a la Cofetel que, reiteramos, no pasará no sólo por absurdo, sino porque va en contra de las mejores prácticas internacionales y el propio interés del gobierno de Enrique Peña Nieto.

Son las mismas voces trasnochadas que creen que la manera de “fortalecer” la regulación en las telecomunicaciones es convirtiéndola en una mala copia del IFE en el cual los partidos políticos se repartan botines de poder supuestamente con un organismo ciudadano o bolivariano, que para el caso es lo mismo.

Pretenden, como ya sucedió en 2006, cambiar a todos los comisionados como si mágicamente los problemas se solucionaran o como si los nuevos tuvieran todas las respuestas.

Cofetel es un organismo que debe ser reforzado. Su historia siempre ha estado marcada por una suerte de vergüenza y politiquería que, en lugar de dar mejores telecomunicaciones para la población, ha sido un vehículo para retrasar la toma de decisiones.

Historia

La Cofetel nació por la puerta de atrás. El anuncio de su creación se dio en un artículo transitorio de la Ley Federal de Telecomunicaciones y entró en operación prácticamente un año después.

A diferencia del resto de las comisiones (Bancaria y de Valores, Seguros y Fianzas, Energía y Competencia Económica) no existe un articulado mínimo en la ley sobre sus atribuciones y facultades.

Durante más de una década esta comisión tuvo que enfrentar a los regulados, algunos de los más poderosos agentes económicos del país, sin tener un estamento legal adecuado. De ahí una gran parte de la gran cantidad de litigios que ha enfrentado el sector.

Sin embargo, las buenas condiciones internas en las que operó permitieron materializar la apertura del sector, normar la interconexión de redes públicas y licitar frecuencias del espectro radioeléctrico que, entre otras cosas, han permitido conformar el actual mercado de telefonía fija y móvil.

En aquellos tiempos la Cofetel estaba integrada por personas técnicamente muy bien dotadas que no veían a la comisión como un botín personal, un trampolín político o un cementerio de lujo. Peor aún, en aquellos tiempos nadie imaginaba que alguien lo querría ver como un botín político.

Ley

En 2006 se reformó nuevamente la LFT y se dotó a la Cofetel de atribuciones reales. El legislador en aquel momento actuó de una manera adecuada, puesto que concentró todas las facultades de regulación del espectro radioeléctrico en esa comisión.

Sin embargo, tuvo que enfrentar una gran cantidad de litigios constitucionales que, contrariamente a lo que pudiera pensarse, fueron interpuestos por minorías legislativas que sólo buscaban descarrilar el proceso por rencor, estupidez y fantasías personales.

La SCJN validó en todos los procesos las atribuciones plenas para ejercer sus facultades y determinó, fuera de toda duda, que se trata de un organismo técnico y autónomo con capacidad para regular al sector.

Así las cosas, bien vale la pena preguntarse ¿qué persiguen los iluminados por el rencor al tratar de desaparecer una institución del Estado que ha demostrado su validez jurídica y técnica? Como hemos reiterado en este espacio, los mueve el rencor, la iluminación y las ganas de reinventar el mundo del modo que ellos tomen una cuota de poder.

Vía

Desde que comenzaron a surgir versiones en torno a la posibilidad de reformar la LFT, que se confirmaron como un compromiso del Pacto por México, he señalado en esta columna que el camino planteado por personajes nefastos como Purificación Carpinteyro, Javier Corral y Juan Molinar Horcasitas de hacer a la Cofetel rehén de los partidos políticos.

Lo que se tiene que hacer es fortalecer realmente a la Cofetel, con su actual alineación, para que pueda tomar medidas determinadas a favor de los mexicanos. Un organismo movido por intereses políticos como el que plantean los iluminados por el rencor tendría menos capacidades reales que el actual, con todo y sus defectos.

De hecho, se tienen que dar más atribuciones a la Cofetel entre la que deben estar que el pleno opere de una forma similar a la SCJN. Que la especialidad de los comisionados sea determinante en la forma en que se abordan los temas.

Que exista un director general que se encargue de la administración y estas áreas para que todos los comisionados se concentren en los temas que son torales.

Misiones

Para que el gobierno mexicano pueda cumplir con lo estipulado en la Constitución es necesario que la Cofetel tenga herramientas verdaderas para luchar en contra de los monopolios que hay en el sector.

Que tenga facultades para ordenar la división de activos y castigar con una gran seriedad prácticas que se dan en contra de los títulos de concesión y/o de los usuarios del sector radioeléctrico.

Se tienen que establecer vínculos más serios con la Comisión Federal de Competencia, que los iluminados del rencor también quieren convertir en una versión todavía peor que el IFE, para poder establecer normas claras como las que se aplican en prácticamente todo el mundo en contra de los monopolios.

En esta columna hemos sostenido que se tienen que aplicar esquemas similares al que usó el gobierno de Estados Unidos para ordenar la división de ATT en tres empresas e impedir, que bajo cualquier concepto, un agente económico pueda detentar más de 40% de participación de un mercado.

Estos principios únicamente pueden cumplirse con un órgano regulador fuerte, prestigiado y que tenga las facultades técnicas. Lo que proponen los iluminados del rencor es justamente lo contrario, un sector de las telecomunicaciones en el cual los monopolios siga impidiendo un avance real a favor de los mexicanos.

Tienen una visión sumamente miope; sin embargo, debe reconocerse su discurso engaña bobos suena bien entre quienes tratan de juzgar temas fundamentales para el desarrollo del país, desde sus prejuicios y no desde la visión de los consumidores que, sin duda, deben ser el centro de cualquier acción de gobierno.