David Páramo

Análisis superior

David Páramo

11 Mar, 2013

Lecciones venezolanas

A fuerza de repetir frases vacías, grandes capas de la población (desgraciadamente no sólo los menos informados) las creen como si se tratara de verdades que no se cuestionan.

Se dice, por ejemplo, que la izquierda prioriza a los que menos tienen y que la derecha, a la que se le carga epítetos como la oligarquía, los poderes fácticos, los de siempre, los de arriba y demás, están en contra de la población.

Que las medidas de austeridad como sólo gastar lo que se tiene o cobrar impuestos van en contra de la población. En México, partidos como el PRD y el PT están a favor de los subsidios generalizados, gasolina e IVA, que terminan beneficiando a los ricos y quitando recursos a los que menos tienen.

Cuando se ven los funerales de Hugo Chávez se pensaría que los populistas de izquierda son el camino correcto, puesto que una buena parte de la población los idolatra al paroxismo y hasta mandatarios de otros países como Evo Morales parecen huérfanos.

Independientemente de que es la iniciativa privada la que genera progreso y bienestar para las personas a través del movimiento de la economía, la realidad es que los populistas de izquierda son una suerte de droga que, si bien durante un tiempo, siempre excesivamente corto, parece que traen bienestar, los costos son superiores.

Ejercicio

En realidad no existen políticas económicas de izquierda y de derecha. Hay correctas e incorrectas.

Sin embargo, suponiendo sin conceder que los gobiernos populistas tienen como prioridad a los pobres y los de derecha (conocidos en la década de los noventa como neoliberales, capitalistas y demás) sólo sus intereses, pues habría que quedarse con los segundos.

En México la inflación es de 3.5% anual. Venezuela reconoce 20% anual. En México existe una gran cantidad de productos y servicios, en Venezuela sólo pocos productos con calidades inferiores.

En Venezuela se han realizado cinco devaluaciones en los tiempos recientes, un tipo de cambio controlado y un mercado negro que tiene una cotización más de ocho bolívares de los 10.8 bolívares por dólar que ofrece el gobierno. En México hay un tipo de cambio libre que no se ajusta por capricho de
ningún gobernante.

En México las empresas crecen y florecen libremente en un marco de libertad de expresión. En Venezuela, la expropiación y la inoperancia de las empresas confiscadas fue una constante durante los años del chavismo.

Mientras Venezuela se aferra al petróleo como única vía para mantener un tren de vida que no corresponde a la realidad, el Banco de México puede disminuir 50 puntos base la tasa de interés que cobra a las instituciones de crédito, como una medida que se da con base en el control de la inflación y para promover el crecimiento de la economía.

En México hay una clase empresarial fuerte y sólida. En la nación sudamericana se perdió prácticamente toda la clase empresarial.

A la luz de estos hechos habría que cuestionar seriamente qué tipos de gobiernos sí están preocupados por sus gobernados y quiénes sólo hacen discursos ridículos, al tiempo que promueven la anulación de la capacidad emprendedora de las personas.

Ingenuos

Desde el viernes los iluminados del rencor están francamente aterrados por la intervención de Miguel Ángel Osorio Chong y Luis Videgaray en el proceso de elaboración de la iniciativa, dentro del Pacto por México, de reforma a la Ley Federal de Telecomunicaciones.

Aseguran a sus voceros que los dos hombres más cercanos al Presidente de la República presentaron una posición que disminuiría, según ellos, el alcance de la reforma constitucional y una larga lista de leyes que lo mismo tienen que ver con las telecomunicaciones como con la competencia.

¿Realmente son tan ingenuos o están tan equivocados que creían que la administración de Enrique Peña Nieto les permitiría hacer lo que les viniera en gana con uno de los sectores más importantes de la economía y con mayor potencial de crecimiento?

Como hemos señalado desde que, enloquecidos como Javier Corral, Purificación Carpinteyro, Juan Molinar Horcasitas, Gustavo Madero y otros nefastos, creían que su cónclave iba a generar un tsunami que matara a los gladiadores en el circo romano o algo tan enredado como lo que escribió hace unas semanas la
diputada por el PRD.

La realidad, como hemos sostenido, es muy diferente. Basta hacer una lectura de las acciones del gobierno de Peña Nieto para tener claro que se trata de una administración mucho más vertical que las últimas dos, el gobierno no sólo está tomando las atribuciones que se fueron perdiendo con el tiempo, sino reforzando las que ya se tienen.

Basta ver la forma en que se realizó la reforma constitucional a la educación, en la cual había un consenso muy grande; y el programa de reordenamiento urbano a través de la Sedatu, que encabeza Jorge Carlos Ramírez Marín.

Los iluminados del rencor creían que las zalamerías al Presidente, que de una manera traidora ha prodigado Madero, engañarían al jefe del Ejecutivo y les regalaría un sector fundamental de la economía. Sin embargo, ellos también se la han pasado diciendo que ya viene la iniciativa, que ya casi está lista, que se retrasó por los funerales de Hugo Chávez y quién sabe cuántas
cosas más.

Desde el primer momento indicamos en esta columna que la iniciativa presentada en el Pacto por México tendría una gran participación de la administración de Peña Nieto a través de sus dos hombres más cercanos.

De entrada, los iluminados del rencor tendrán que aceptar que no se creará el instituto de las telecomunicaciones que imaginaron, porque el gobierno de ninguna manera entregará a la dizque sociedad civil un órgano de gobierno.

Por el contrario, lo establecido por los secretarios de Gobernación y Hacienda va mucho más hacia generar una competencia efectiva en el sector, sin que el gobierno tenga que ceder para complacer a nadie, herramientas que deben ser reservadas para ellos.