Manuel Somoza

Inversión inteligente

Manuel Somoza

14 Mar, 2013

Banxico bajó las tasas

Tal y como lo habíamos dicho hace dos semanas en esta columna, Banco de México tomó la decisión de bajar la tasa de interés de referencia de 4.5 a 4.0 por ciento. No cabe la menor duda que fue a todas luces una buena decisión, apoyada tanto en un control efectivo de la inflación —la cual esperamos en 3.5 por ciento este año— como en el hecho de que, aunque no es su función principal, tratar de dar aliento al crecimiento económico de México.

Esta decisión del banco central debió haber afectado, cuando menos un poco, el tipo de cambio y provocar quizá un desliz de 10 o 15 centavos frente al dólar; sin embargo, el día de la noticia el peso se revaluó y el lunes llegó a tocar 12.52 por dólar, ayer cerró en 12.42.

Es interesante analizar qué fue lo que pasó: desde mi óptica, la mejora importante en la tasa de desempleo de Estados Unidos infundió confianza a los inversionistas en relación al futuro de la economía norteamericana; esta buena noticia aunada a todas las anteriores, hicieron que el peso se fortaleciera. Sin embargo el efecto más influyente fue la decisión de Standard & Poor’s de cambiar la perspectiva de México, de estable a positiva; esto, quizá haya sido producto de la presentación de la reforma al sector de telecomunicación, anunciada el lunes pasado.

Algunos críticos de Banxico dicen que el haber bajado la tasa no va a abonar prácticamente nada al crecimiento económico nacional ya que el peso se revaluó; la contestación a esta crítica absurda es que de no haberse tomado dicha medida seguramente el peso podría haber llegado a tocar los 12.20 pesos por dólar, y si bien es cierto que la baja a las tasas de interés por los motivos antes expuestos aparentemente no es suficiente para imprimir dinamismo a nuestra economía, cuando menos podemos decir que el no permitir una revaluación mayor actuó como freno para evitar una paridad inconveniente.

La pregunta que mucha gente se hace es cuánto tiempo podremos mantener una tasa  de referencia tan baja;  cuestionamiento que es más difícil de contestar. A pesar de la mejora que hubo en la tasa de desempleo de EU, todavía ese 7.7% está muy lejos de 6.5% que el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, se ha fijado para mover la tasa de referencia de ese país, la cual actualmente es de 0 a 0.25%; además, la inflación programada para EU este año se estima en 1.6%, lejos de 2% que también fijó la Reserva Federal como objetivo para poder empezar a subir la tasa de interés.

A lo anterior lo que tenemos que agregar es que la tasa de interés, de mediano y largo plazos que se mide por el rendimiento de los bonos que emite el gobierno norteamericano a 10 años de plazo y que no está sujeta a la decisión de esa institución, es probable que paulatinamente vaya buscando 2.5% (actualmente se encuentra en 2.02%) en la medida en que la economía norteamericana siga mostrando fuerza.

Yo pienso que la tasa mexicana de 4% permanecerá en ese nivel cuando menos lo que resta de 2013. El crecimiento económico de México para este año está previsto sea 3.5%, provocado fundamentalmente porque un sector importante del contexto nacional que es la industria de la construcción, muy concretamente la de vivienda, está pasando por muy mal momento restándole fuerza al potencial que tiene México.

Lo que no sabemos es qué impacto sicológico tendrán algunas de las reformas aprobadas o por autorizarse; es importante mencionar que de salir bien la reforma a las telecomunicaciones, la hacendaria y la energética, si son de fondo, cambiarán para bien la fachada de nuestro país y tendríamos que rehacer nuestras proyecciones con el fin de mejorarlas.

Como corolario me atrevo a felicitar al banco central por su decisión, pues estoy seguro que sin perder la disciplina del control de la inflación, coadyuvará a que México tenga un mejor crecimiento económico.

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