José Yuste

Activo empresarial

José Yuste

21 Mar, 2013

Cancha pareja y transparencia para todos

Hoy se votan partes clave de la reforma de telecomunicaciones, como son las obligaciones de las televisoras, pero también la necesidad de que el IFT exija transparencia en los operadores. Esperemos que pasen ambas.

Must carry y must offer a todos

Por un lado están las figuras obligatorias para las televisoras del must carry y el must offer, las cuales deben ir en la reforma de telecomunicaciones. Se trata de que las televisoras abiertas sí presten sus contenidos a las televisoras de señal restringida, sean cableras o satelitales, y lo hagan al mismo precio.

MVS externó su preocupación de que no hubiera un trato similar para Dish, su operador satelital, y lo dejen fuera de las señales de televisión abierta. No es, ni debe ser, así: la reforma dice que las señales de televisoras abiertas, léase Televisa y TV Azteca, deben ser para todos: cableros y operadores satelitales.

Incluso, desde que salió la reforma en telecomunicaciones, los comunicados corporativos de Televisa fueron a favor de la reforma que traía ambas figuras, el must carry y el must offer.

Transparencia entre operadores, también en todos

También el punto clave es el IFT, el nuevo Instituto Federal de Telecomunicaciones que sustituirá a la Cofetel.

El IFT debe tener la fuerza necesaria para investigar a todos los concesionarios y su relación entre operadores.

Aquí Televisa ha dicho que MVS, al operar en televisión satelital (DTH) con Dish, en realidad trae detrás el apoyo de Telmex, que quiere entrar a ofrecer servicios de televisión.

Telmex ha negado tal afirmación. Insiste en que sólo es una alianza de cobranza, tal y como la tiene con otras empresas.

Lo cierto: en la reforma viene que se regulará de manera asimétrica al operador dominante, que tenga 50% de los usuarios. Y como tal, de entrada sería Telmex, y esto posiblemente podría llegar a afectar su alianza con MVS.

Como sea, lo mejor será que IFT tenga la fuerza necesaria para transparentar todo tipo de alianzas y relaciones en el sector.

En lo dicho: la reforma de telecomunicaciones debe traer cancha pareja para todos, como el must carry y must offer, pero también la fuerza al nuevo regulador, el IFT, para transparentar todo tipo de alianzas. Y ahora sí que todos compitan con reglas claras.

Comisionados, expresión, comité, los temas a debate

Más bien lo debatible de la reforma de telecomunicaciones puede ser en temas extraños que trae como la libertad de expresión, la cual no debe traer ningún calificativo. La libertad de expresión es tal cual, una libertad.

O está el tema también debatible de por qué deben ser Banxico, INEGI y el nuevo Instituto de Evaluación de Educación, el primer filtro, cuando desconocen del tema de telecomunicaciones.

O bien, el debate de cómo garantizar que los nuevos comisionados no sean “captura” por un regulado. Allí las decisiones públicas deberán ser transparentes, no como hoy que no sabemos cuál es el razonamiento de los comisionados pertenecientes a la Cofetel.

Al respecto, dicen, que se puede llegar al extremo de que un comisionado al estar junto a un regulado en un avión, elevador, o fiesta, se salga. Esto es inocente: el objetivo es que las posturas de los comisionados sean públicas para que se sepa el porqué de sus resoluciones, y sí evitar cualquier “captura”.

Peso récord… ¿hasta dónde?

En México cayó bien la declaración de la Reserva Federal de mantener su estímulo monetario a la economía estadunidense. De inmediato el peso mexicano, que de por sí ha venido ganando terreno por la posibilidad de reformas, terminó de fortalecerse.

La moneda mexicana cerró en 12.34 pesos por dólar.

Hasta el momento Hacienda ha dicho que no va a frenar la fortaleza del peso. Todavía no se llega a tener una sobrevaluación que pese en la economía. Por lo tanto, parece que Hacienda y Banxico todavía van a esperar, ya que tampoco quieren un peso tan fuerte que pueda originar problemas de competitividad en las exportaciones mexicanas al encarecerlas.

Pero de que hay confianza en el país, hay confianza, por lo menos en el corto plazo y frente a expectativas de reformas.