David Páramo

Análisis superior

David Páramo

21 Mar, 2013

Programa de vivienda

Las acciones de las empresas de vivienda que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores se encuentran en un tobogán de precios en el que, los expertos exprés, dicen que todo se debe a los análisis de calificadoras y corredurías en los cuales se establece que el reordenamiento en la vivienda ordenado por el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, les causará muchos daños.

Sin embargo, la realidad es un tanto distinta, puesto que si bien el reordenamiento urbano que realiza la Sedatu, encabezada por José Carlos Ramírez Marín, implica que las empresas de vivienda cotizadas en bolsa tendrán que salir de sus grandes reservas territoriales en zonas alejadas de los centros urbanos, la realidad es que el paradigma de negocios cambió desde mucho antes.

Tras la crisis financiera internacional de 2008-09, más el brote de influenza que se dio en aquel año, el gobierno del entonces Presidente de la República, Felipe Calderón, tomó la decisión de mantener el ritmo que tenían la construcción de vivienda mediante el otorgamiento de subsidios.

El esquema generó que las empresas de vivienda pervirtieran en cierto sentido lo que era su actividad y el modelo de negocios comenzó a cambiar radicalmente, puesto que lo importante para las compañías era tener reservas territoriales en la zonas más baratas del país para tener acceso a los fondos públicos.

Hubo empresas que comprendieron que el esquema estaba terminándose y que tendrían que trabajar de una manera diferente. De hecho, hay una gran cantidad de desarrolladores de vivienda que han crecido bajo el cambio en las reglas que, sin lugar a dudas, generará un mayor y mejor desarrollo del país.

Bastaría señalar que en México hay unas 850 empresas dedicadas a la vivienda y una parte muy importante de ellas se ve beneficiada con las nuevas reglas. Quizá lo único que se está viviendo es el fin de las empresas que durante muchos años aprovecharon la situación; su única salvación sería comprender que cambiaron las reglas y adaptarse a una nueva realidad a favor del desarrollo ordenado del país.

Miedo

Uno de los problemas que tiene que la iniciativa de reforma a las telecomunicaciones es que se construyó con base en el miedo que tienen algunos de quienes la elaboraron sobre fantasmas que, en realidad, no existen.

En uno de sus tradicionales arranques de locura, la diputada del PRD Purificación Carpinteyro anda diciendo que el PRI (que impulsó la reforma) ahora la quiere frenar cuando en realidad se están tratando de solucionar problemas puntuales y no se ha vendido a ninguna conspiración.

De hecho, como hemos demostrado en este espacio, hay una gran cantidad de indefiniciones y errores de concepto que tienen que ver con la demagogia de algunos y la necesidad del gobierno de Enrique Peña Nieto de ceder en aras de mantener el Pacto por México.

Una gran cantidad de las reservas que se están discutiendo por los legisladores no tienen que ver con la supuesta presión de las empresas del sector sino porque tiene errores e imprecisiones que generarían más problema.

El propio jefe del Ejecutivo ha dejado muy claro que no se trata de presiones sino que la reforma a la ley de telecomunicaciones requiere ser afinada y precisada. Quienes creen que se trata de presiones simplemente querían perpetrar un acto autoritario.

Las prisas que se tienen resultan falsas. Creen que si la negociación se extiende podría detener una reforma en la que, curiosamente, casi todo el mundo está de acuerdo menos MVS, presidida por Joaquín Vargas, que está protegiendo la identidad de los verdaderos accionistas de Dish.

Seamos muy claros, todos quienes participan en el sector de las telecomunicaciones saben que esta propuesta es sustancialmente mejor de lo que se tiene en la actualidad y que se tiene que hacer.

Es necesario que algunos serenen sus ánimos y se logre una legislación bien hecha. El país está ante una gran oportunidad que debe ser aprovechada y, además, aprender la lección de que todas las iniciativas (hasta las que se hacen en el Pacto por México) son perfectibles.

Antes que una fecha fatal, el país requiere una legislación bien hecha en la que se consideren las reservas que muchos tienen y que, como ha señalado el subsecretario de SCT, Ignacio Peralta, asegura que se pueden salvar.

Reelección

Luis Téllez manda a festejar que será reelecto como presidente de la Bolsa Mexicana de Valores en lo que, sin lugar a dudas, se trata de un gran éxito personal, puesto que difícilmente podría conseguir un trabajo en el sector público donde sí tuvo buenos momentos; sin embargo, parecería que no es la mejor de las alternativas considerando los números para los accionistas del mercado mexicano.

Si se hace una comparación de los últimos años de Guillermo Prieto, quien supuestamente fue removido porque no estaba impulsando a la BMV de la manera debida, resulta que son sustancialmente mejores que los de su sucesor.

Exigencia

Mony de Swaan sigue siendo presidente de la Cofetel, una comisión que hasta que los legisladores no decidan otra cosa, sigue siendo la reguladora de las telecomunicaciones.

Este hombre se encuentra sondeando mediante declaraciones la posibilidad de ubicarse en el nuevo Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT).

Mony no habla a nombre de la Cofetel, puesto que no existe el cargo de vocero, y su opinión no es necesariamente compartida por el resto del pleno de este organismo. De hecho, es evidente que algunos de los comisionados no suscriben sus declaraciones.

La postura de algunos de ellos es muy institucional, pues saben que las reformas están en manos del Congreso.