David Páramo

Análisis superior

David Páramo

22 Mar, 2013

¿Por qué Instituto?

Muchas dudas despierta la intención de crear al Instituto Federal de Telecomunicaciones, puesto que de entrada habría que preguntarse qué recibe o espera recibir el gobierno de Enrique Peña Nieto por ceder herramientas que le son esenciales para lograr transformaciones fundamentales en algo que supuestamente es ciudadano.

Eso de dizque hacer ciudadano un instrumento del gobierno tiene su origen en la creencia de que los gobernantes son corruptos, trabajan para ellos y están en contra de la sociedad. Esto, de entrada, atenta en contra de los principios democráticos bajo los que está construido el país y, en el menos malo de los casos, con una visión hacia el pasado.

Como hemos sostenido en esta columna, la reforma a la ley de telecomunicaciones es indispensable, e incluso que, a pesar de sus defectos, es mejor que el régimen actual; sin embargo, es un error conformarse con algo malhecho o no evitar problemas en el futuro.

Así las cosas, es relevante preguntarse cuáles podrían ser las motivaciones de crear un instituto que sustituya a una comisión. De entrada, este columnista no encontró ningún criterio jurídico, económico, de mejores prácticas internacionales o etimológico que justifique un cambio que, parece, es otra ocurrencia demagógica que debería ser expurgada para lograr una ley de telecomunicaciones como la que merecen los mexicanos.

El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define a una comisión como “conjunto de personas encargadas por ley o por una corporación o autoridad, de ejercer determinadas competencias permanentes o entender un asunto específico”.

Esta definición es mucho más acorde con lo que se pretende hacer con el regulador de temas de telecomunicaciones, radiodifusión e incluso competencia económica.

Un instituto, según el mismo diccionario, es “un organismo oficial que se ocupa de un asunto concreto”.

Confusión

Ifetel es un nombre tan poco afortunado en todos los sentidos, que incluso antes de nacer es claro que resultará mucho más apropiado denominarlo IFT. El usado actualmente es el mismo que utiliza el Instituto Federal Electoral para su línea telefónica.

Estudios realizados por algunas instancias señalan que a pesar de haber sido creada en 1996, poca gente tiene claro precisamente qué es Cofetel.

Hay quienes se cuestionan si vale la pena tirar a la basura 16 años de conocimiento del nombre de una institución del Estado. Sólo para hacer una comparación la FCC se creó en 1934 y es muy ampliamente conocida no sólo por los ciudadanos de aquel país sino por el mundo.

En los foros internacionales Cofetel ha logrado reconocimiento como institución y si bien no se trata de un asunto toral, qué necesidad habría de cambiarle el nombre.

Mucho más allá de la semántica que en casos como “libre acceso a la banda ancha” genera graves dudas, es necesario analizar el fondo.

En las mejores prácticas internacionales los reguladores de telecomunicaciones y de competencia económica son siempre órganos ya sea del poder Ejecutivo o Legislativo. En los sistemas parlamentarios es muy común ver que dependan del Congreso. En ninguno de los 193 países que integran la Unión Internacional de Telecomunicaciones el regulador es un organismo constitucional autónomo. México sería el primero.

Exótico

De hecho, sólo hay un antecedente que data de 1995. La Comisión (ojo con el nombre) Nacional de Televisión de Colombia tenía por objeto regular los servicios de televisión. El control político de la CNTV era responsabilidad del Congreso de la República de aquel país.

Esta comisión está formada por cinco miembros. Dos designados por el gobierno nacional; otro, por los representantes legales de los canales de televisión; uno más, por representantes de asociaciones patronales y sindicales. El quinto provenía de las ligas de padres de familia, asociaciones de televidentes y de comunicación social de las universidades.

El experimento fracasó en 2011 por problemas como favores a operadores de televisión restringida, la falta de licitación de una tercera cadena nacional y la incapacidad para la puesta en marcha de TDT. Algo similar a lo que pasa hoy en México. Hace poco menos de un año desapareció esta comisión y se creó un nuevo regulador que depende del ministro de Tecnología y de la Información.

Esta historia no es casual, porque el panista de izquierda Javier Corral y los del PRD aseguran que se inspiraron en la CNTV de Colombia. Curioso copiar un modelo que no funcionó y ya no existe.

Sin lugar a dudas, el modelo más exitoso en el mundo es el de la FCC de Estados Unidos y se asegura que los economistas y abogados que crearon la Cofetel se inspiraron en esa comisión; sin embargo, no lo hicieron bien ni completo.

De ahí que sea necesario considerar si realmente se requiere un instituto igual a lo que fracasó en Colombia o darle un verdadero poder a una herramienta del gobierno.

Comprensión

Alfonso Navarrete Prida está totalmente claro de cuál es la problemática de Mexicana de Aviación: no hay inversionistas con recursos que estén interesados en rescatar a una línea que prácticamente no tiene activos, ya que la marca y la base de mantenimiento MRO están fuera de la masa del concurso mercantil.

El gobierno de Enrique Peña Nieto tiene claro desde el equipo de transición que simple y sencillamente la línea aérea no tiene viabilidad y de ahí que el secretario del Trabajo, preocupado por el interés de los trabajadores como es su responsabilidad, esté pidiendo a quienes llevan el concurso mercantil que tomen las acciones debidas, es decir, la quiebra que en esta columna hemos recomendado desde hace ya muchos meses.

Seguir dizque evaluando las garantías de los presuntos inversionistas como hace la juez Edith Alarcón o esconderse en palabras inútiles y culpando a otros como la presidenta del Ifecom, Griselda Nieblas, dañan a los acreedores que comienzan por los trabajadores y benefician al interés de Gastón Azcárraga.

Vacaciones

Este columnista tomará vacaciones con motivo de la Semana Santa, por lo que Personajes de Renombre volverá a publicarse el martes 2 de abril.