Lo que tienes que saber sobre la identificación electrónica

Permanecer anónimo en línea es fácil. Esta es una bendición para los nobles, como disidentes y delatores, y también para los innobles, entre ellos estafadores, rastreros, alimañas y terroristas.

Para el aburridamente respetable usuario de Internet y para quienes necesitan identificarlo, es difícil probar que uno es quien dice ser. Con toda razón, los gobiernos quieren corregir esto. Las identificaciones en línea adecuadas frenarían el fraude, mantendrían a los muy jóvenes alejados de sitios destinados para adultos, impulsarían el comercio electrónico, especialmente a través de las fronteras, y reducirían el costo de la administración pública poniendo en línea servicios gubernamentales.

También facilitarían la vida a todos. En vez de tener que recordar muchos nombres de usuario y contraseñas diferentes, uno sólo necesitaría unos cuantos. Sus credenciales autenticarían su identidad, nacionalidad, edad, domicilio o cualquier otra cosa que se requiera, sin tener que entregar los datos reales. Por ejemplo, uno podría llamar a su proveedor de identidad para probar ante un sitio de relacionamiento social que uno tiene más de 13 años.

Ese sistema mejoraría la seguridad al reducir el riesgo de que las personas confiaran su información personal a muchos sitios, algunos de ellos mal protegidos. Si se ofrece una fotocopia de un documento físico como un pasaporte se entrega mucha información, y pudiera ser irrecuperable. Un sistema en línea ofrece o verifica sólo los datos solicitados, y por ello se vuelve más seguro.

En lugares que van desde los bien dirigidos países nórdicos como Estonia y Finlandia hasta grandes y pobres como India, los gobiernos han establecido sistemas que a menudo funcionan bien. Esta no es la única manera de hacerlo, sin embargo. Una alternativa es permitir que firmas privadas compitan por ofrecer identidades digitales seguras, y que el Estado confíe en ellas para sus tratos en línea con sus ciudadanos.

Muchas personas confían a su banco o proveedor de seguros detalles más confidenciales que a su gobierno. Los bancos comúnmente emiten lectores de tarjetas o generadores de claves a los clientes, o requieren que sus transacciones sean validadas usando códigos enviados vía mensajes de texto. Operados adecuadamente, estos son procedimientos bastante seguros para los tratos con las autoridades estatales también. Las operadoras de telefonía móvil y los supermercados también están acostumbrados a manejar sus grandes bases de datos de manera segura; en realidad, sus negocios dependen de ello.

Un sistema que permita a las compañías ofrecer identificaciones en línea lo bastante seguras para que los Estados confíen ya está en proceso. El gobierno británico está pagando a proveedores privados para manejar su verificación de usuarios en sus sitios de Internet. Estados Unidos está reuniendo a cientos de compañías en torno a estándares comunes y apoyando proyectos piloto. Canadá y algunos países nórdicos ya aceptan las credenciales bancarias en tratos con agencias estatales.

Algunas personas se sienten incómodas ante la idea de algún sistema de identificación electrónica, ya sea público o privado, y quizá duden especialmente de los privados. El escepticismo sobre la moralidad de los bancos podría hacer que las personas estuvieran poco dispuestas a entregarles el control de sus identidades. Señalan la debilidad de las redes sociales y los proveedores de correo electrónico que son los actuales proveedores de pasaportes electrónicos informales. Hackers robaron recientemente 250,000 contraseñas de Twitter. Sus credenciales de usuario, como las de Facebook y Google, a menudo pueden ser usadas en otros sitios.

Actualmente, sin embargo, estos proveedores ofrecen sólo conveniencia, no autenticación. Su interés principal no es la seguridad, sino extraer los datos de los usuarios para actividades de mercadotecnia. Si ellos o cualquier otro proveedor privado quisiera ofrecer identificaciones lo bastante seguras para ser usadas por agencias estatales, tendrían que crear sistemas mucho más rigurosos.

Usar al sector privado tiene muchas ventajas. Muchas personas lo prefieren, puesto que ya están dispuestos a entregar mucha información a compañías. También podrían sentir que el Estado ya sabe demasiado sobre ellos. Además, los proyectos de tecnología de la información del sector privado tienden a ser mejor operador, y más innovadores, que los del sector público. La experiencia en la identificación comercial ahorraría al gobierno  dinero en el desarrollo de sus propias verificaciones de identificaciones. Además, los clientes pueden retirar sus datos de proveedores privados que resulten fáciles de penetrar, mientras que no pueden huir de las bases de datos estatales que tienen filtraciones.

Como un gran cliente potencial y garante de la seguridad de sus ciudadanos, el Estado tiene un papel en la provisión de identificaciones. Debería establecer los estándares y establecer reglas claras sobre quién paga cuando las cosas salgan mal. Sin embargo, no debería monopolizar la actividad. Debería haber más de una forma de probar que uno no es un perro.