Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

16 Abr, 2013

Nestlé-Pfizer: segunda parte

El caso Nestlé-Pfizer muestra que en México, la ley y la comisión antimonopolios funciona porque previene y no sólo remedia. Esto lo prueba el condicionamiento que impuso el pleno de Comisión Federal de Competencia, que preside Eduardo Pérez Motta, para que se concretara la fusión.

Ahora se tendrá que conducir un proceso de venta de la planta y de las marcas de Pfizer.

Dada la naturaleza global de la transacción, Nestlé de Marcelo Melchior, ofreció la venta de la planta de Vallejo que tanto le he comentado, en la que se producen anualmente 20 millones de latas de leche para bebé de cero a 36 meses.

Se dice que el que ya está más que apuntado para adquirir esta fábrica son los franceses de Danone, que encabeza Franck Riboud, y en México Marina Menu, aunque yo no estoy muy segura, porque ellos son el segundo competidor mundial en fórmulas infantiles, pero en edades de uno a tres años.

Habrá que recordar que este segmento en nuestro país se divide en fórmulas de rutina etapas uno y dos, fórmulas de rutina etapa tres y fórmulas de especialidad. Y existe un monto de importaciones que es muy reducido, por ello este mercado es de productos nacionales, porque no existe competencia desde el exterior.

No descarte que esta planta y las marcas a licenciar tienen más de tres tiradores en este mercado, sobre todo porque además de México tiene el potencial de exportar hacia América Latina y Estados Unidos, considerando los acuerdos con la Organización Mundial de la Salud, la Organización Panamericana de la Salud, la FDA de Estados Unidos y, lo que ha avanzado la Cofepris de Mikel Arriola en eso de las equivalencias de procedimientos de investigación.

El mecanismo propuesto, aceptado por el pleno de la Comisión, consiste en la venta a un tercero, sin relación con Pfizer o Nestlé, de todos los activos necesarios (todo el negocio de fórmulas infantiles, incluyendo las licencias exclusivas en México por un lapso de diez años) para mantener la presencia en el mercado nacional de las marcas de Pfizer como un competidor viable e independiente. No es posible fijar meses para una venta así, pero puede rondar el año.

Puede ser menos o más, pero usted entiende que no estarían vendiendo cacahuates.

La única marca que mantendrá Nestlé es “Materna” (un suplemento de leche para mamás para mejorar la calidad de la leche materna), que no compite con ninguna categoría de las leches de Nestlé.

Ahora, se trata de dar licencia por diez años, pero Nestlé no podrá operar las marcas sino hasta después de 20 años de haber otorgado la licencia, plazo razonable para que el nuevo competidor que compre los activos, se consolide y desarrolle sus propias marcas. Si fuera Danone, como dicen, tardaría –supongo– menos, pero igual para Mead Johnson, la número tres; Abbott, Sanfer y Bayer.

Por lo que sabemos, la firma de Melchior no consideraba a México como la joya de la corona, porque para ellos, la fusión global de Pfizer Nutrition le abrió el mercado de Asia. En fin, buen acuerdo y, no lo dude, también habrá leche Nan para rato.

De Fondos a Fondo

¡Más que una reforma fiscal! Por más que buscaba entender eso de que el diputado del PRI Sergio Torres había introducido un cambio a la Ley del IMSS (reforma el art. 27 y deroga el artículo 32) implicaba un incremento en las cuotas patronales del IMSS, no me sonaba lógico. Lo único que hace es acabar con la simulación fiscal, porque si se cruza y homologa la base de cálculo del ISR, con la de la cuota del IMSS, le puedo asegurar que México ganaría muchos puntos en materia de recaudación.

¡Actualmente, lo que hacen algunos patrones para pagar menores cuotas al IMSS, es declarar salarios inferiores de sus trabajadores y, por el contrario, frente al SAT sobre declarar su nómina para reducir sus impuestos!

A la segunda le cuentan el reparto de utilidades, productividad y a la segunda le declaran con tres o cuatro salarios aunque la percepción real sea de diez salarios o más.

Yo le recordaría a mis amigos José Antonio González del IMSS y a Aristóteles Núñez del SAT, que le pidan a Miguel Messmacher de Ingresos de la SHCP, que también obligue a cruzar la base de créditos bancarios, pues se sorprenderían de cuántas personas asalariadas, alcanzan crédito hipotecario residencial con tres salarios registrados en el IMSS.

¿Cómo ve? Realmente el público podría sorprenderse de la valuación o impacto económico que tiene cada una de las peticiones de modificación de 26 cláusulas al contrato colectivo de Trabajo de la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASSA), que encabeza Ricardo del Valle. Uno de los chicos sobrecargos me envió a Excélsior la valuación que llegó a cada casillero y, la verdad, entiendo por qué todo aquel que la ve sólo mueve la cabeza en señal de ¿qué parte no aprendieron?

Y en respuesta, el comité ejecutivo, emitió un comunicado el viernes, que subió hasta ayer a su página, en el que dice que “la empresa pretende amedrentarnos con estos recursos legales”.

Por lo que resulta “indignante que de manera sorpresiva se presente un reclamo tendiente a abaratar el costo de la mano de obra con la excusa de que en otras compañías ganan mucho menos, también buscan que en un futuro los trabajadores perciban menos que los actuales”.

Yo más bien creo que no han entendido que dejaron de depender del presupuesto público que siempre tiene forma de encontrar camino a la negociación gubernamental.

Por último dice el comunicado: que el comité ejecutivo “no ve condiciones para modificar o aceptar un contrato diferente al existente” y hace un “llamado a la Empresa (Aeroméxico) para evitar actos sorpresivos inaceptables en el espíritu de buena fe y equilibrio de la relación laboral”. Creo que tendrán que sentarse a justificar el porqué de cada petición en una mesa de negociación.