Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

17 Abr, 2013

¡Balcanización regulatoria!.. ¿y los héroes?

WASHINGTON.– En el contexto de la reunión de primavera del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), que reúne en paralelo al G20 financiero, además de los representantes del Financial Stability Board, Tim Adams, presidente y CEO que sustituyó en el IIF a Charles Dallara, envió una puntual misiva en la que asegura que la falta de coordinación entre las distintas instancias de autoridades regulatoria nacionales e internacionales ha provocado un serio riesgo de “balcanización” del sistema financiero global, que lejos de mejorar el flujo de financiamiento intra y trans froterizo podría provocar el efecto contrario y por ende lastrar la incipiente y aún frágil recuperación.

Parece “exagerado”, pero no. Lo que llama la atención es que la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, no tiene en mente ese riesgo, porque todo el trabajo de evaluación que se le pidió al G20 desde la presidencia de México, de evaluar con puntualidad el impacto que puede tener tal efecto de descoordinación, ha tenido resultados bastante magros.

Ayer en un foro que evaluaba al organismo: “Repensando las Políticas Macro II: primeros pasos y lecciones aprendidas”, Christine Lagarde dijo que los héroes de la solución a la crisis que ha dejado la Gran Depresión, son justamente los banqueros centrales, ya que ni los secretarios de Finanzas o del Tesoro ni los políticos han sido capaces de acordar planes de acción puntuales y creíbles de corto y mediano alcance, para impulsar el crecimiento de las economías.

Es cierto, pero nunca comentó que también reguladores de las economías avanzadas, incluyendo los banqueros centrales como la Reserva Federal, que preside Ben Bernanke, no creen en el trabajo de arquitectura financiera que ha ido integrando el FSB y, están emitiendo regulación nacional que se aparta del compromiso de coordinación global.

Por ejemplo, la recomendación regulatoria que ha integrado el FSB para facilitar la resolución de las instituciones financieras globales, y que se supone se integrará en el caso de México a la reforma financiera que mandará al Congreso el presidente Enrique Peña Nieto y que ha anticipado el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, supone que las economías más importantes y entre ellas, Estados Unidos, han asumido la coordinación internacional como un compromiso ineludible.

¡Pero no! Supongo que Jaime González Aguadé, presidente de la CNBV, y el subsecretario Fernando Aportela, junto con el director de la Unidad de Banca y Ahorro, el ex White & Case, Narciso Campos, habrán conocido la propuesta del Federal Reserve Board para aumentar la supervisión de las Instituciones Financieras Internacionales (US Federal Reserve Board’s proposal for enhanced supervision of Foreign Banking Operations, conocidas por sus siglas como FBOs), que procurará como la ley Dodd Frank o la Iniciativa Fatca, de establecer su propio ring fence, dado que en EU se asume, como también en Gran Bretaña, que la coordinación entre autoridades financieras fracasará durante una crisis, por lo que se han enfocado a hacerse de medios para realizar la resolución dentro de sus jurisdicciones e independientemente de lo que ocurra en la del vecino.

Esto a México le es de estratégica importancia, pues habrá notado que de las 44 instituciones financieras que tiene el sistema mexicano, cinco son sistémicamente y globalmente relevantes, y otras seis son sistémicamente relevantes para mercados corporativos y financieros como el de derivados.

La regulación mencionada establece requerimientos de capital y liquidez adicionales a la exigencia incluida en la recomendación del FSB, y en opinión de los bancos globales, esto tendrá un efecto importante sobre los flujos de financiamiento bancario transfronterizo, porque reduce la capacidad de distribución o consolidación del capital y recursos de liquidez entre sus filiales y, dicen que podría hacer menos resistente al sistema financiero al fragmentarlo.

De Fondos a Fondo

De cara a la discusión de una reforma energética integral, la Asociación Mexicana de la Industria del Petróleo (Amipe), que preside Erik Legorreta, propone considerar algunos elementos que harían más eficiente a Pemex, que dirige Emilio Lozoya y, que darían mayor certeza a las aproximadamente 50 mil empresas proveedoras de esta industria.

La agenda de la Amipe aborda sin tapujos los cuellos de botella que finalmente inciden en las eficiencias de la paraestatal, pues una de las propuestas de Legorreta es que se fomente un esquema de coinversión entre empresas extranjeras –quienes hoy por hoy entrarían con la ventaja del crédito y la capitalización– y empresas mexicanas, en aras de generar verdaderas cadenas de valor y cuidar, que no es sinónimo de proteger, a la planta productiva nacional.

Paralelamente, se propone evitar que las empresas extranjeras o grandes ganen las licitaciones subcontratando nacionales y, salvo que el esquema de pago para las subcontratadas sea directamente asumido por Pemex. Bajo el sistema actual de subcontratación, los grandes consorcios internacionales se libran de responsabilidades jurídicas, cobran todo y pagan poco, lo que propicia la descapitalización y desaparición de las empresas especializadas de servicios en todas las ramas de especialidad de Pemex.

Amipe sostiene que lo anterior se complementa con la idea de incluir y fomentar los proyectos que integren productos de origen nacional (Brasil exige 60% al inversionista extranjero), lo que genera otro tipo de cadenas de valor al detonar el desarrollo de industrias nacionales que fabricarán productos especializados para esta industria. A lo mejor eso explica que en una década, ese país triplicó su tasa de crecimiento y México apenas lo estará duplicando en un par de años.

Por otra parte, la Amipe está empujando algo que parece sencillo, pero que podría cambiar el statu quo de la administración de proyectos en Pemex: la participación de los organismos especializados y representativos en los comités de adquisiciones, con el fin de dar una opinión sobre viabilidad y factibilidad, a tono con la Ley de Cámaras. Esto propiciaría que las decisiones que se tomen consideren a la industria para que haya una adecuada coordinación en el sector.

Por último, la Amipe estará participando en la OTC (Offshore Technology Conference) 2013 a celebrarse en Houston del 6 al 9 de mayo, donde todos los ojos estarán puestos sobre las perspectivas del sector energético en México; y no sólo me refiero a las eventuales modificaciones constitucionales, sino en los detalles de la operación de Pemex, como los que Amipe pone sobre la mesa.