Una reciente investigación de un equipo de la Universidad de Liverpool, reveló que la prosa de grandes autores estimula al cerebro humano más que sus versiones simplificadas. La obra de William Shakespeare, Wordsworth y T.S. Eliot sirvió para realizar una prueba de actividad cerebral que reveló momentos de auto reflexión que no ocurrieron al estar expuestos a literatura moderna.
Por medio de scanners, el equipo de investigación monitoreó la actividad de sus voluntarios mientras leían literatura en lengua inglesa en su versión original y luego en traducción moderna. La prosa más antigua y la poesía generaron mayor actividad eléctrica. La actividad daba destellos cuando los lectores se topaban con palabras inusuales “frases sorprendentes o estructuras difíciles” de acuerdo al reporte del medio británico Daily Telegraph. Estas reacciones duraban más tiempo cada vez, fomentando continuar leyendo.
T.S. Eliot en lugar de libros de autoayuda
La investigación reveló que la poesía en particular incrementó la actividad en el hemisferio derecho del cerebro, el área encargada de la memoria autobiográfica. Es decir, los lectores reevaluaron y reflexionaron sobre sí mismos y sus experiencias a medida que leían.
Esto llevó a la segunda parte de la investigación. Se utilizó el trabajo de poetas como Wordsworth, Henry Vaughan, John Donne, Elizabeth Barrett Browning, Eliot, Philip Larkin y Ted Hughes, igual que con la prosa, primero en su versión original y luego en una simplificada.
Durante la prueba se iluminó el área mencionada del cerebro por periodos cada vez más largos.
El Profesor Davis, líder del proyecto dijo al respecto: “la poesía no es un asunto de estilo, es un asunto de versiones profundas de experiencia que suman lo emocional y biográfico a lo cognitivo.”
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