Maricarmen Cortés

Desde el piso de remates

Maricarmen Cortés

9 May, 2013

Reformas, el diablo está en los detalles

En términos generales, el sector bancario está a favor de la reforma financiera, como lo manifestó claramente Javier Arrigunaga en su discurso de toma de posesión como presidente de la Asociación de Bancos de México, y lo reiteró ayer la ABM en un comunicado.

El objetivo común de los bancos, del gobierno y de los partidos políticos agrupados en el Pacto por México es fomentar un mayor crecimiento de la economía con la reactivación del crédito a las pymes a menores tasas de interés aprovechando la gran estabilidad financiera que se vive hoy día en el país y el bajo costo del dinero.

Lo que pretende la reforma es que bajen las tasas fomentando una mayor competencia en la banca, reactivando a la banca de desarrollo al flexibilizar su esquema de operación, y facilitando la labor de cobranza y ejecución de garantías de los bancos para que disminuya el riesgo y puedan prestar más barato.

Para los bancos lo más importante es que esta reforma financiera, que abarca cambios a 34 leyes, no contempla medidas de corte populista que siempre salen contraproducentes, como sería pretender obligar a los bancos a prestar a través de los llamados cajones crediticios, ni mucho menos para bajar las tasas de interés por decreto.

Sin embargo, la preocupación reside tanto en los cambios que puedan hacer, primero, en la Cámara de Diputados, y después, en el Senado, y no será una tarea sencilla. De hecho, no hay certeza de que pueda ser aprobada en un periodo extraordinario en agosto, porque primero tiene que dictaminarse en comisiones, que sí siguen sesionando, pero estamos hablando de 13 iniciativas que abarcan cambios a 34 leyes.

Les preocupa también a los bancos la regulación secundaria, porque en efecto el diablo está en los detalles y si bien no hay una obligación legal de incrementar los créditos, sí se fortalecerá a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores y, es un hecho que habrá una estricta supervisión de la cartera crediticia y presiones a los bancos que no bajen sus tasas e incrementen sus créditos.

AMIS, temor de excesiva regulación

Y tan son importantes los detalles, que en el caso de la reforma a la Ley de Seguros y Fianzas, que ya entró en vigor, se estableció un plazo de dos años, que vencen en abril de 2015, para que la CNSF, que preside Juan Manuel Aguilera, concluya la regulación secundaria.

Fernando Aportela, subsecretario de Hacienda, informó que ya se formaron equipos de trabajo con la AMIS y la CNSF para analizar el tema que más preocupa al sector asegurador, que son los requerimientos de capital, Solvencia II, que como en el caso de la reglas para la banca, Basilea III, se aplicarán en México antes que en la mayoría de los países desarrollados, aunque en Suiza y Australia se tienen avances.

Al respecto, Recaredo Arias, director general de la AMIS, subrayó que una preocupación del sector es que las reglas de Solvencia II sean tan estrictas que encarezcan el costo de capital y crecimiento y muchas empresas se vean obligadas a fusionarse.

Sin embargo, Manuel Aguilera asegura que una de las grandes ventajas de las nuevas reglas es que los requerimientos de capital serán como trajes a la medida de cada aseguradora en función, no sólo de su perfil de riesgo, sino de su eficiente administración y tendrán menores requerimientos las que tengan una mejor administración de su riesgo. Lo que se negocia con la AMIS, dijo, es que los requerimientos de capital no se conviertan en una carga excesiva y ya se están realizado pruebas de estrés, estudio del impacto cualitativo que tendrán las nuevas fórmulas con Solvencia II.

Resaltó que la meta con las reformas financiera y hacendaria será avanzar en la inclusión financiera y en una mayor penetración del sector asegurador, y es tan optimista que pronostica que en 2030 podría avanzar la penetración del sector, de 2% del PIB en que se encuentra actualmente, a 5.5%, pero se requerirá necesariamente que las empresas estén listas para enfrentar este crecimiento con mayor capitalización.

Televisa, bonos a pesos a 30 años

Dos muestras más del optimismo que existe sobre la recuperación económica de México es, por un lado, que Fitch subió la calificación de la deuda de México a largo plazo en moneda extranjera de BBB a BBB+, porque la reanudación del Pacto por México genera expectativas de que se aprueben no sólo la reforma financiera, sino la hacendaria, y la energética que se presentarán en septiembre próximo

Y por otro lado, hay que resaltar que Televisa lanzó su oferta de colocación de bonos en pesos, con vencimiento en 2043.

Hace menos de una década hubiera sido imposible que una empresa mexicana se pudiera financiar en pesos y a un plazo de 30 años.