Operador estatal

El gobierno mexicano ya no quiere dejar solas a las empresas en el sector de telecomunicaciones. Acaba de obtener la concesión como red pública para su empresa Telecom, para dar servicios satelitales a zonas rurales. Y vuelve a llamar la atención lo buscado en la banda de 700 Mhz, por la cual hemos visto verdaderas batallas campales para ofrecer internet inalámbrico de banda ancha. Ahí el Estado buscará desplegar una red cuya inversión consistirá en la friolera de diez mil 750 millones de dólares.

Gobierno con la banda de 700 MHz

En la SCT hablan de crear una Red Troncal. Por un lado se utilizará el llamado dividendo digital. Es la banda que dejará la televisión analógica al pasar a digital. El dividendo digital también está disponible en varias zonas donde no existía ese tipo de televisión.

Es la famosa banda de 700 MHz, la que puede ofrecer el nuevo servicio que viene: internet inalámbrico.

Por este tipo de señales hemos visto al sector privado, como la empresa MVS, batirse en tribunales y en medios de comunicación.

En la SCT, tanto Gerardo Ruiz Esparza, como su subsecretario Ignacio Peralta, ponen énfasis en un proyecto ambicioso: que el gobierno sea parte del consorcio de uno de los llamados carrier de carriers, para poder arrendar a otras empresas la red y que puedan ofrecer servicios de internet de banda ancha.

También van con fibra de CFE

El gobierno planea que su “red troncal” no sólo sea inalámbrica, sino también alámbrica.

Está integrando en el proyecto el cableado de la Comisión Federal de Electricidad, hoy a cargo de Francisco Rojas.

Se trata de “iluminar” la “fibra oscura” de la CFE, es decir, utilizar la red de alta tensión de la CFE para ofrecer servicios de internet.

Se trata de desplegar la red de 35 mil kilómetros de tendido de cable. Tendría 972 almacenes de tráfico.

El reto: ¿cómo financiarlo?

El reto de este megaproyecto es de dónde saldrán los recursos. En desplegar la banda de 700 Mhz se invertirán diez mil millones de dólares.

En “iluminar” la red de la Comisión Federal de Electricidad se invertirán otros 750 millones de dólares.

En total, el monto a meterle a la nueva “red troncal” será de 10 mil 750 millones de dólares.

No es para jugadores pequeños

El secretario Ruiz Esparza y su equipo hablan de fórmulas de inversión como las APP, las Asociaciones Público-Privadas.

Aun así, se trata de levantar diez mil millones de dólares.

No va a ser fácil. Sólo pensemos lo que invierte Carlos Slim en Telcel-Telmex cada año, que es mayor a los mil millones de dólares. O lo que invirtieron Emilio Azcárraga y Televisa para entrar a telecomunicaciones al adquirir Iusacell (más de mil 600 millones de dólares). Telefónica, presidida por Francisco Gil, y dirigida por Juan Abellán, ha invertido 13 mil millones de dólares en la última década.

Reconozcámoslo: el sector de telecomunicaciones es intensivo en capital. No es para jugadores pequeños. Ahí es donde el Estado quiere participar. Se entiende el objetivo del gobierno de Peña Nieto: llevar internet de banda ancha a toda la población. El objetivo es loable, por donde se le vea. El reto va a ser financiero.

Días contados en la Cofetel y la CFC

Los días están contados para los comisionados de la Cofetel y de la Comisión Federal de Competencia.

Al aprobarse la Ley Federal de Telecomunciaciones, la Cofetel dará paso al IFT, y con ello, a nuevos comisionados.

En el caso de la Comisión Federal de Competencia, al tener nuevas facultades, también se dará paso a nuevos comisionados.

En Cofetel están Mony de Swaan, Gonzalo Martínez Pous, Alexis Milo y José Luis Peralta. Algunos se podrán postular para repetir.

En el caso de la Comisión Federal de Competencia se encuentra Eduardo Pérez Motta, que ha sido su presidente por años. Ahí está la duda: Quizás Pérez Motta prefiera irse al sector privado en lugar de mantenerse como comisionado de competencia, sobre todo porque ha hecho los cambios y ha solicitado las modificaciones a la ley.

Pero también están Miguel Flores, siempre activo. Cristina Massa, Rodrigo Morales y Luis Alberto Ibarra. Algunos de ellos posiblemente busquen seguir siendo comisionados, dada su experiencia.