Los estados pobres y poco competitivos del país

CIUDAD DE MÉXICO, 15 de mayo.- Los estados con las tasas de informalidad más altas son también los menos competitivos de las 32 entidades federativas del país, según datos del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) disponibles hasta 2012.

El organismo que define competitividad como la capacidad para atraer y retener inversiones y talento, ubica a Guerrero, Chiapas y Oaxaca como los menos competitivos de la República Mexicana, en ese orden, mientras que son también, de acuerdo con el INEGI, los que tienen el mayor índice de informalidad, con 79.2, 78.1 y 80.5 por ciento, respectivamente.

De acuerdo con el organismo que preside el empresario Valentín Díez Morodo, esas entidades tienen los más bajos niveles de educación, inversión por trabajador e ingreso por persona.

El porcentaje promedio de la Población Económicamente Activa (PEA) con educación terciaria en esos estados es 17 por ciento, mientras que el de la inversión por trabajador de 22 mil 554 pesos y el del ingreso per cápita de 37 mil 474 pesos.

Dichos niveles son sustancialmente inferiores, en comparación con los de los tres estados más competitivos del país, que según el IMCO son el Distrito Federal, Nuevo León y Baja California Sur, en ese orden.

Cabe señalar que los tres estados clasificados por el IMCO como los más competitivos del país, tienen la décima, segunda y cuarta menor tasa de informalidad, respectivamente, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

En estas entidades el porcentaje promedio de la PEA con educación terciaria es de 35 por ciento, el de la inversión por trabajador de 100 mil 885 pesos y el del ingreso per cápita de 135 mil 174 pesos.

La diferencia entre los más y menos competitivos en el promedio del porcentaje de PEA con educación terciaria es de 17 puntos porcentuales, en el de inversión por trabajador de 78 mil 331 pesos y en el del ingreso per cápita de 97 mil 700 pesos.

Propuestas

El director general adjunto del IMCO, Manuel Molano, dijo que para reducir la informalidad hay que hacer barata la formalidad, para lo cual propuso seguir tres líneas de acción.

La primera, que el gobierno trabaje en bienes públicos que le sirvan a la población y a las empresas. De esa manera la gente y las unidades productivas pagarán impuestos con gusto, porque a cambio recibirán un conjunto de satisfactores y de bienes públicos que les ayudarán a resolver problemas.

Propuestas

La segunda línea de acción que propone el IMCO es desvincular la seguridad social del mercado laboral, porque muchas industrias, especialmente las de más bajo valor agregado, no generan excedentes económicos para pagar al IMSS, el cual está diseñado para una planta industrial de mercados cuasi monopólicos de los años 40 del siglo pasado.

“Si tú estás ahora en un mercado compitiendo con China y donde tu margen bruto es de 10 por ciento y de ahí vas a tener que pagar costos adicionales y te va a quedar un dos o tres por ciento, y no puedes pagar la seguridad social, pues le vas a buscar” evadirla, afirmó.

Y la tercera, que el paquete fiscal se diferencie por regiones e industrias, porque de esa manera, dijo, las manufacturas de más bajo valor agregado, como las de ropa e inyección de plástico, por citar sólo algunas, podrían florecer en las zonas más pobres del país.

“Yo creo que habría que diferenciar el paquete fiscal, de manera que en Oaxaca no tengan que pagar la bola de costos extra que implica el IMSS, como por ejemplo guarderías”, señaló.

Miedo a crecer

Molano explicó que la competitividad tiene mucho que ver con la productividad de las empresas informales, las cuales son menos productivas que las formales por una razón relativamente simple: todo su esfuerzo está enfocado a mantenerse así.

“Es algo que yo he llamado el síndrome de Peter Pan de las empresas mexicanas, las cuales deciden no crecer porque mantenerse chiquitas es mucho más fácil, así no tienen que enfrentarse al IMSS ni al SAT ni a un sindicato que les va a hacer la vida verdaderamente complicada”.

Efectos

1.- Las empresas informales evaden los pagos de seguridad social y otras prestaciones, lo que inhibe el mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes y su mayor competitividad.

2.- La baja escolaridad en Chiapas, Guerrero y Oaxaca propicia también menor competitividad, que a su vez redunda en bajos salarios e impulsa la informalidad.