David Páramo

Análisis superior

David Páramo

16 May, 2013

Mitos bancarios

Ayer se presentó a las comisiones unidas de la Comisión Permanente la iniciativa de reforma financiera y de cara al inicio formal de la discusión es necesario establecer algunos puntos que, seguramente harán mucho daño en el proceso legislativo puesto que la banca es  uno de los sectores de la economía que más sufre por los mitos y las ideas absurdas de una buena parte de la sociedad.

Se dice, por ejemplo, que es un sector poco competido de la economía. ¿En qué otro sector intensivo en capital hay cerca de 50 competidores?

Que está muy altamente concentrado porque, en algunos rubros, los cinco principales tienen una participación que ronda 70% del mercado. En telefonía fija y móvil Telmex y Telcel solos tienen participaciones superiores.

Que obtienen ganancias monumentales y se llevan el dinero masivamente al extranjero. Únicamente Bancomer, presidida por Luis Robles, está invirtiendo tres mil 500 millones de dólares en tres años. ¿Cuántas otras empresas en el país tienen proyectos de inversión tan elevados?

De cara a la reforma financiera que se deberá presentar lo más pronto posible han revivido algunos mitos francamente inverosímiles como que los bancos están en una zona de comodidad y que no les gusta prestar.

Préstamos

Hay líderes de iniciativa privada y legisladores que creen que a los bancos en México no les gusta prestar. Eso sería tanto como asegurar que a un equipo de futbol no le gusta ese deporte o que en un hospital no tienen interés en la salud de sus pacientes.

El corazón del negocio bancario es prestar. Captar dinero del público y prestarlo obteniendo rentabilidad no sólo para ellos sino para quienes les confían sus recursos.

A los bancos claro que les gustaría prestar mucho más, ahí obtienen una buena parte de sus utilidades, pero el límite que tienen es la convicción cierta de que podrán recuperar los créditos.

El estudio dado a conocer por el Banco de México sobre la competencia en las tarjetas de crédito establece que podría disminuir la tasa de interés que se cobra si hubiera mejores maneras de recuperar los créditos que no se pagan.

De hecho, si se hicieran cambios fundamentales en la forma en que un banco puede tener acceso a las garantías cuando hay un impago, los acreditados cumplidos podrían tener tasas mucho más bajas.

Si se quiere que se preste mucho más se tiene que trabajar muy arduamente en establecer reglas que permitan conocer mejor a los clientes y evitar los impagos.

Tristemente las experiencias no han sido las mejores. En su momento se creyó que la Ley de Concursos Mercantiles establecería plazos ciertos sobre los procesos de Concurso Mercantil lo que disminuiría el costo del crédito para las empresas.

Sin embargo, el lamentable trabajo de Griselda Nieblas en el Ifecom, de jueces como Felipe Consuelo o Edith Alarcón, así como de síndicos conciliadores ha hecho que el país no haya avanzado mucho desde los tiempos de la antigua ley de quiebras.

Se dice, sin ningún argumento, que el diferencial que cobran los bancos por los créditos y el que pagan a sus depositantes es incorrecto. Como hemos señalado hay empresarios que son oídos por algunos de los del Pacto por México, quieren que los bancos cobren intereses por debajo de costo como si eso fuera a reactivar a la economía.

Lo único que sucedería es que se generaría una burbuja de créditos que estallaría generando una crisis como la que hoy vive una buena parte del mundo y peor que la de 1995.

A quienes sostienen estas visiones es difícil recomendarles algún tipo de libro o el estudio sobre competencia de Banco de México, pero quizá sí puedan ver un par de películas que de algo les servirían. Wall Street 2 o Margin call. Si ponen un poquito de atención comprenderán lo que pasa si se presta irresponsablemente.

Solo

Ricardo del Valle se está quedando peligrosamente solo. El líder de ASSA y los radicales que le están apostando a una huelga en Aeroméxico (casi todos ellos sobrecargos de Mexicana de Aviación) cada vez tienen menos fuerza.

Ayer le informábamos que una buena parte de los sobrecargos de la línea aérea que dirige Andrés Conesa no quieren una huelga porque no quieren afectar su fuente de trabajo y porque intuyen, como hemos apuntado en este espacio, que podrían perder todo ya que el conflicto de naturaleza económica interpuesto por la empresa se vería altamente fortalecido lo que anularía todo el contrato colectivo de trabajo.

Sin embargo, ellos no son los únicos que se oponen. Líderes como Tomás del Toro, de los trabajadores de tierra, y Carlos Morineau, de los pilotos, saben que el estallido de una huelga a finales de este mes metería en gravísimos problemas a su fuente de trabajo.

De hecho, el propio secretario del Trabajo, Alfonso Navarrete Prida, ha estado haciendo observaciones serias en torno a la posición del sindicato de sobrecargos. Les está pidiendo que consideren la situación en la cual están poniendo no sólo a sus agremiados sino a su fuente de trabajo.

Habrá que seguir muy de cerca lo que sucede en los próximos días puesto que hoy por hoy los grandes perdedores serían los trabajadores, comenzando por los propios sobrecargos.

Precios

Si bien Banco de México, gobernado por Agustín Carstens, no está considerando modificar la política de tasas de interés porque sabe que eso no disminuiría ninguno de los precios que hoy presionan la inflación y que la tendencia generalizada es de estabilidad de precios, el gobierno hace bien en tomar medidas en varios frentes.

Por un lado establecer un cerco en contra de la especulación que se está dando con el precio del pollo y por el otro abriendo las cuotas de importación de limón y tomate verde que han tenido muy fluctuaciones de precios por cuestiones estacionales.

Las Secretarías de Hacienda y Economía, encabezadas respectivamente por Luis Videgaray e Ildefonso Guajardo, evitaron caer en la tentación de controles de precios y han hecho una apuesta seria por la corrección a través de una mayor oferta.