José Yuste

Activo empresarial

José Yuste

17 May, 2013

Rescate a vivienderas… para otra ocasión

El gobierno federal no sale a rescatar las vivienderas, las desarrolladoras inmobiliarias que construyeron, principalmente, casas de interés social.

Es un mensaje claro que envía el secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), Jorge Carlos Ramírez Marín. El remitente cayó como balde de agua fría sobre Urbi, Homex, Geo y Sare, que por más grandes que sean, no gozarán de un rescate.

También es un mensaje para los bancos que tienen en la panza cartera de las constructoras, y por lo tanto, la van a tener que llevar a reservas o a cobranza.

Negocio, no era para siempre

La crisis de las vivienderas se veía venir. Le jugaron al no pasa nada y seguimos haciendo la máquina de dinero de siempre: comprar reserva territorial, y ahí, sin importar mucho la planeación urbana, seguir construyendo miles de casas.

Y cayó la planeación del gobierno impulsada por la Sedatu. Una planeación más vertical para evitar tanta mancha urbana. Y cayó la crisis financiera de 2008 que hasta la fecha persigue a algunas vivienderas.

Si bien la Secretaría de Hacienda, a cargo de Luis Videgaray, tampoco dejará quebrar tan fácilmente un sector, y más bien vigila que sí exista liquidez para sus pagos, lo cierto es que rescate como tal, es decir, de inyección de dinero público para saldar las deudas de las vivienderas, no va a existir.

Urbi, demanda tras demanda

Y vaya que la están pasando mal. Urbi, presidida por Cuauhtémoc Pérez Román, ha tenido un día sí y al otro también que es noticia por su difícil pago de deudas.

Deutsche Bank AG acaba de presentar una demanda en Nueva York en contra de Urbi. Le reclama un pago de 61 millones de dólares más accesorios (multas).

Banco del Bajío acaba de hacer algo similar en México. Demanda a Urbi por el pago de 75 millones de pesos más accesorios legales.

En la cola para cobrarle a Urbi también tenemos a Credit Suisse International y Barclays México. La demandaron por 22.4 millones de dólares. Bueno, hasta GE Capital demandó a la constructora por 99 millones de pesos.

Homex, menos inversión y más pequeña

En Homex la situación también es preocupante. Tuvo que vender su participación en centros penitenciarios de Morelos y Chiapas a las empresas Ideal e Inbursa de Carlos Slim, con lo cual obtuvo cuatro mil millones de pesos.

Y hace poco supimos que la familia de Eustaquio de Nicolás, presidente de Homex, bajó su tenencia accionaria de 33% a 19.23% para poder cumplir con garantías que habían dejado de créditos.

El futuro de Homex es incierto. En el mejor de los escenarios se hace más pequeña. En el peor se le hará complicado enfrentar sus deudas.

También siguen Sare y Geo, que tampoco pasan por buen momento.

Sin embargo, el sector de desarrollo de la vivienda disfrutó una década con el mismo modelo de negocio e incluso cuando había visos de que podía cambiar por una política de mejor planeación urbana, no le hicieron caso. Las consecuencias son visibles y la decisión gubernamental de no salvarlas es la correcta. Volvemos a lo mismo: las ganancias fueron privadas y no se vale que, ahora, las pérdidas sean públicas.

OCDE adelanta reforma hacendaria

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, la OCDE, al dar a conocer sus pronósticos para México, fue clara: quiere una reforma fiscal.

En este sentido, se le adelantó al Pacto por México y al gobierno para dar a conocer lo que espera.

Por un lado, quiere la eliminación del subsidio a la gasolina, lo cual está bien: es un subsidio regresivo, que ayuda más a los ricos, poseedores de automóviles, que a la población de menores ingresos.

También pide que en IVA se elimine la tasa cero para alimentos y medicinas, lo cual llevaría a homologar el impuesto al consumo.

Canasta básica 0 de IVA

Aquí debemos ver lo que han dicho los últimos secretarios de Hacienda: Desde Meade hasta Videgaray, o los planteamientos del legislador priista, Manlio Fabio Beltrones.

La homologación del IVA sólo es posible dejando una canasta de productos básicos en alimentos y medicinas que tenga tasa cero.

Sí a la homologación del IVA en todos los productos, pero con una canasta de consumo básico para la población de menores ingresos que se mantenga en tasa cero.

Sin duda, la OCDE plantea parte de lo que será la reforma fiscal. Pero recordemos, sólo saldrá adelante si la vemos como un problema de falta de ingresos, pero también en lo que queremos utilizar los ingresos para gastar.

El gasto público podrá reordenarse y jerarquizarse. De ahí que pueda ser una reforma hacendaria no sólo fiscal, una reforma más amplia y no sólo recaudatoria.