David Páramo

Análisis superior

David Páramo

22 May, 2013

¿Crisis de vivienda?

Quienes creen que todo el sector de la construcción son las empresas que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores, una de dos: o tienen graves problemas de cultura financiera o simple y sencillamente no saben de qué hablan.

Ciertamente estas empresas son las más grandes, sin embargo, están muy lejos de ser las únicas que construyen vivienda en el país, pues hay más de 850 empresas, algunas de ellas con cobertura nacional.

Urbi, Geo, Homex, ARA, Sare tienen en común que eligieron el mismo modelo de negocios. Aprovechando la fuerte actividad crediticia tanto del Infonavit como de las instituciones de crédito se dedicaron a una suerte de construcción masiva.

El principio era conseguir los terrenos más baratos posibles, que generalmente están en las zonas alejadas de los núcleos de población y con pocos servicios. Su valor se sustentaba en tener las mayores cantidades de reserva territorial.

Para mantener este tren de crecimiento no sólo se colocaron en la Bolsa Mexicana de Valores sino que emitieron deuda fuera de cualquier proporción lógica.

Tras la crisis de 2008 se vio la primera advertencia, pero no la tomaron en serio puesto que el gobierno decidió mantener un fuerte ritmo de crecimiento con subsidios. Así, la oferta de vivienda llegó a un punto de inflexión que llevó a un callejón sin salida a estas empresas.

Hay algunas otras como grupo Sadasi que eligieron otros esquemas que comenzaron su expansión justo cuando inició el declive de los tradicionalmente grandes.

Poco o nada tiene que ver las reformas que ordenó la Sedatu en el sector de vivienda, puesto que no van sobre el tema financiero sino el reordenamiento urbano.

Profeco

Lo menos que puede decirse del nombramiento del procurador Federal del Consumidor es que se trata de una buena estrategia.

El nombre de procuraduría puede hacer pensar en algo vinculado sólo con la ley, pero el trabajo de la Profeco tiene que ver con la conciliación y entregar información a los consumidores y que los prestadores de bienes y servicios cumplan las leyes que los rigen, por lo que resulta buena decisión que el Presidente de la República haya optado por uno de los hombres fuertes en la PGR.

Alfredo Castillo Cervantes tuvo, entre otras responsabilidades en el gobierno del Estado de México, la investigación y captura de un multihomicida apodado El Coqueto. Tras la explosión en uno de los edificios del complejo central de Pemex, este hombre tuvo un papel muy destacado explicando las causas de aquel siniestro.

Se trata de un hombre con buena capacidad de comunicación y con talento para hacer ver sus ideas.

Renuncia

Mientras Eduardo Pérez Motta sigue haciendo esfuerzos denodados por hacerse ver el paladín de la competencia y que sin él, el país prácticamente quedará en manos de las bandas monopólicas emitiendo comunicados en los cuales, nuevamente, dice que las regulaciones propuestas (las de reformas financieras) ya las habían propuesto eso.

Hay otros comisionados de la CFC que sí actúan con una gran clase. Rodrigo Morales Elcoro, quizá el único que no se dejó capturar por el protagonismo de Pérez Motta, y que siempre tuvo posiciones valiosas e independientes, así como aportó puntos en la reforma a las leyes de telecomunicaciones que tuvieron que ver con la comisión en la que participa anunció que de ninguna manera contenderá por un cargo en la nueva CFC.

Este hombre señala en una carta que “si bien no existe un impedimento legal explícito, me parece que presentar una solicitud para ser considerado como integrante de la nueva autoridad… va en contra del espíritu de la reforma constitucional que prohibe la reelección de los miembros de la nueva autoridad”.

Habrá que ver cómo toma esta decisión Pérez Motta, quien está más que anotado para seguir en la nueva CFC a pesar de que estaba a punto de terminar el periodo máximo posible del anterior organismo.

Desesperado

Ricardo del Valle y los radicales de ASSA, prácticamente todos de ellos de Mexicana de Aviación, están tomando medidas absurdas en contra de los sobrecargos de Aeroméxico que no quieren ir a la huelga.

El líder sindical está llegando al extremo de amenazar con sancionar a sobrecargos que en su uniforme porten otro pin (léase el de Aeroméxico) e incluso está llegando al extremo de enviar extrañamientos a miembros de su sindicato bajo la amenaza de correrlos bajo cargos de traición si se oponen a la huelga que está aferrado a realizar Del Valle como parte de una estrategia que tiene que ver con causar una crisis dentro de la aviación para tener una plataforma política o, dicen sus defensores, para hacer que las secretarías del Trabajo y Comunicaciones y Transportes volteen los ojos hacia Mexicana de Aviación.

Los cada vez más angustiados sobrecargos de lo que algunas vez fue CMA creen que el gobierno no les ha hecho caso y que debería entrar al rescate, cuando en realidad se trata de una maniobra bastante lerda.

Del Valle está impulsando una crisis en Aeroméxico de la que únicamente saldrán perdiendo los trabajadores puesto que incluso podrían perder prácticamente todo el contrato colectivo de trabajo mediante el conflicto de naturaleza económica. Es muy lamentable que el sindicato parezca el peor enemigo de los trabajadores.

Excelente

La semana pasada se anunció que el gobierno de Aguascalientes, la Sedatu y Bancomer habían firmado un acuerdo para dar créditos de vivienda a los miembros de la policía de aquella entidad. Hay dos factores sumamente importantes en este acuerdo.

Primero. La institución que preside Luis Robles Miaja demuestra el compromiso que tienen por México y la búsqueda no sólo de colocar créditos sino también darles un matiz de servicio social y de compromiso con un sector que, tradicionalmente, tiene muchas complicaciones para recibir créditos hipotecarios.

Segundo. José Carlos Ramírez Marín demuestra cuál es el nuevo esquema para dar créditos de vivienda de una manera más ordenada, puesto que junto con el banco establecieron una serie de lineamientos que tienen que ver con el mando único, exámenes de confianza y demás para quienes podrán ser acreditados.