La otra falta de liquidez; escasez de agua, riesgo para refresqueras

Una falla en la disponibilidad del insumo pondría en jaque a la industria de las bebidas carbonatadas por lo que ya tiene mecanismos de ahorro
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La Comisión Nacional del Agua (Conagua), que encabeza David Korenfeld Federman, es quien vigila el consumo del líquido en las empresas refresqueras. Foto: Karina Tejada
La Comisión Nacional del Agua (Conagua), que encabeza David Korenfeld Federman, es quien vigila el consumo del líquido en las empresas refresqueras. Foto: Karina Tejada

CIUDAD DE MÉXICO, 6 de junio.- Todos los días los mexicanos consumimos, en promedio, dos latas de ocho onzas de refresco, y las embotelladoras de agua recomiendan consumir hasta dos litros del líquido al día como una manera de conservar nuestra salud. Mientras la sed por algunos de estos productos con gas y azucar crece hasta en más de 10 por ciento al año, no se descarta que en algún momento la escasez de agua impacte en el negocio.

“En el mediano y largo plazo comenzará a haber problemas de agua potable en diversas partes del mundo. En un caso muy severo, este conflicto podría afectar a las fabricantes de bebidas”, comentó Gregorio Vidal, especialista en negocios de la UAM.

El problema está a la vuelta de la esquina, pues según el Servicio Meteorológico Nacional hubo un déficit de hasta 40 por ciento en el promedio nacional de lluvia para los meses de marzo, abril y mayo, periodo en que las refresqueras esperan con ansias tener agua, pues ellas mismas reconocen que es en esta temporada de calor cuando más bebidas se consumen.

También el Banco Mundial ha hablado sobre el problema. Según la institución, en 1995, en 29 países, cuya población total sumaba 436 millones de habitantes, vivieron algún tipo de escasez de agua. La cifra, que aumentará a 48 países en 2025, subirá la cantidad de personas afectadas a más de mil 400 millones.

Según las estimaciones, tres mil millones de personas vivirán en países con problemas de agua en 2035.

Negocio líquido

Sin embargo, mientras eso no suceda, las empresas de bebidas pagan una concesión por la extracción de agua, que puede alcanzar un máximo de 20.50 pesos por metro cúbico del líquido, es decir por mil litros.

Pese a lo barato que puede resultar este conteo, si se considera que un litro de agua en la tienda puede costar entre 10 y 12 pesos, lo cierto es que, ante una sequía, el abasto no está garantizado y el negocio, tampoco.

“Los títulos de concesión o asignación de agua no garantizan la existencia o invariabilidad de los volúmenes que amparan. Es decir que, ante sequías u otros fenómenos, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) no puede asegurar la existencia o invariabilidad de los volúmenes amparados en las concesiones otorgadas, ya que estos son procesos en los que rige la naturaleza”, afirmó a Excélsior personal de la subdirección General de Administración del Agua.

Para empresas como Coca-Cola, el no tener agua es no tener negocio, por lo que la empresa explicó que la fuente de líquido que utiliza depende de la región del país donde opere y lo que determinen las autoridades.

“Actualmente la mayoría de las plantas del sistema Coca-Cola en México tienen su abasto de pozos autorizados por la Conagua, pero en algunos territorios, por disposición de las mismas autoridades, el abasto proviene de la red municipal”, expusieron en la subdirección.

Consumos

Según la Conagua, aunque un consumidor tome dos litros de agua diarios y los compre a alguna de las embotelladoras del país, el uso que hacen del líquido dichas empresas es bajo.

“Para fines prácticos, los usos del agua se han clasificado en cinco grandes grupos: agrícola, abastecimiento público, industria autoabastecida, termoeléctricas e hidroeléctricas. En la industria autoabastecida se consideran los rubros, agroindustrial, servicios y comercio, razón por la cual a este rubro pertenece al sector de las bebidas”, según personal de la Subdirección General de Administración del Agua.

¿En qué gastan?

Pero las embotelladoras están conscientes de que sin el líquido su negocio se seca, por lo que han invertido en transformar sus plantas, e incluso el asunto se ha sofisticado al grado de crear fondos de agua.

Estos funcionan mediante inversiones voluntarias de los sectores público y privado, los cuales se reúnen en un fondo para luego invertirse. Sin embargo, los intereses y ganancias generados por esta parte de la empresa se distribuyen en proyectos de conservación.

FEMSA, la principal embotelladora del sistema Coca-Cola en el mundo, por ejemplo, ha apostado por el esquema, en conjunto con The Nature Conservancy, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Fondo Mundial para el Medio Ambiente, que participan en la Alianza Latinoamericana de Fondos de Agua.

En cinco años, la alianza tiene previsto implementar al menos 32 fondos de agua en toda América Latina, con inversiones de más de 27 millones de dólares.

Los ingresos generados por estas inversiones preservan las cuencas clave agua arriba que filtran y regulan el suministro del líquido de algunas de las ciudades más importantes de la región.

PepsiCo, por su parte, tiene un plan para hacer más eficiente el uso del líquido, y con apoyo de la tecnología implementó la herramienta ReCon (Resourced Conservation), con ésta audita el gasto de agua que se genera en sus fábricas.

El líquido embotellado sí aumenta

En México, el negocio del agua es de los más redituables del mundo para firmas como Danone, Coca-Cola y Pepsi.

Según datos de la industria, nuestro país es el segundo consumidor más importante de agua embotellada en el planeta, después de Estados Unidos, pues cada mexicano consume anualmente 170 litros, aproximadamente.

Si se trata de competidores, el mercado está claramente definido: la marca que se adueñó de los anaqueles es Bonafont, la cual tiene 24.3 por ciento de los clientes. Le sigue muy de cerca Ciel, de Coca-Cola, con 21.7 por ciento de participación.

En tercer puesto… no está PepsiCo como muchos hubieran pensado, está la marca Levité, también de Danone, con 7.2 por ciento de participación.

Después de que estas tres grandes marcas que cuentan con 53.2% del mercado del agua en México. El restante 46.8% se lo reparten otras jugadoras, donde ya compite PepsiCo y sus sellos Electropura y ePura, con pesos inferiores a 7%.

Datos de la empresa Euromonitor exponen que el valor de mercado se incrementó 51.6 por ciento en tan sólo cinco años. En total, el negocio de las embotelladoras valía nueve mil 17.9 millones de dólares en 2012, contra cinco mil 950 millones de dólares en 2007.

Sólo como ejemplo, durante el primer semestre de 2012 las ventas de la división de agua de Danone, que embotella Bonafont, representaron dos mil 495 millones de dólares, cantidad 9.6% superior a la de 2011 y que se obtuvo gracias a un incremento de 5.2% en el volumen de ventas.

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