David Páramo

Análisis superior

David Páramo

12 Jun, 2013

¿Neta, dividirán activos?

El subsecretario de la SCT, Ignacio Peralta, hizo una de esas declaraciones que generan grandes expectativas al señalar que “se demolerá y reconstruirá piedra por piedra el sector de las telecomunicaciones”.

Una primera lectura, la más obvia, diría que se tiene que hacer una análisis de lo que sí funciona y cambiar lo que no está bien; sin embargo, se tiene que entender es el sentido y contexto en el cual se dieron estas afirmaciones.

De entrada, el funcionario público estaba planteando algunos de los puntos fundamentales de la reforma a las telecomunicaciones que tienen que ver con generar una mayor y mejor competencia a favor de los consumidores.

Establece que el nuevo IFT podrá ordenar la venta de activos y hasta dividir compañías es un mensaje claro en el sentido de que América Móvil y Televisa deberán vender activos.

Adelanta que se podrá utilizar un sistema similar al que empleó el gobierno de Estados Unidos para fragmentar a AT&T en la década de los setenta y que fue seguido por muchos otros países en el mundo que tenían el problema de una sola empresa con una participación del mercado superior a 70 por ciento.

No se trata de las inversiones que haya realizado el concesionario, las cuales se han compensado con rentabilidad, sino crear un terreno en el cual la competencia sea una constante, puesto que hoy por hoy el tamaño de las empresas dominantes hace prácticamente imposible el ingreso de nuevos participantes o el desarrollo de quienes ya están.

Es importante precisar que mientras Televisa ha perdido a través de los años cerca de un tercio de participación de mercado, lo mismo no ha sucedido con Telmex y Telcel que tienen un tamaño que las llevará, a no dudar, a ser divididas por un acto de autoridad.

Acordeón

La intención de Mony de Swaan en la comparecencia que tendrá junto con los comisionados de la Cofetel (Alexis Milo, Gonzalo Martínez Pous y José Luis Peralta) es que sus pares jerárquicos avalen todas las decisiones administrativas que tomó en el fracasado programa piloto de apagón analógico en Tijuana.

Más aún, la intención que muestra con el acordeón, es que parezca que todas las decisiones fueron avaladas por el pleno y que, en el menos malo de los casos, el no es el único incapaz.

Confiado, como es él, cree que el formato no permitirá ser enfrentado con sus pares jerárquicos y saldrá bien librado.

No será así. De entrada la comisión de comunicaciones y transportes del Senado de la República tiene una larga lista de cuestionamientos, observaciones y denuncias en contra del presidente de la Cofetel. No debe olvidarse que el presidente de la comisión es el panista Javier Lozano, quien, sin lugar a dudas, es uno de los más grandes expertos en el sector y quien como funcionario público tuvo a su cargo proceso exitosos como el que llama paga o el aumento de los dígitos en la marcación telefónica.

En segundo término, los comisionados serán congruentes con sus acciones y responsabilidades, es decir, no permitirán que se les implique en errores que ellos no cometieron y que cuestionaron durante los plenos.

Más allá, es fácil suponer que estos comisionados no cargarán con errores ajenos y lo más importante tendrán una gran oportunidad para verse como una buena opción para integrarse al IFT.

Billón

En la entrega anterior de esta columna señalamos que había una propensión del gobierno por otorgar muchos créditos y “a tasas bajas”. Ayer mismo el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, opinó que este año podrían darse un billón de créditos directos o inducidos por el gobierno federal.

Es fácil comprender cuál es la intención. Que por la vía del financiamiento se logre la prosperidad para amplios sectores de la población toda vez que el crédito es una de las mejores maneras de impulsar el crecimiento económico.

Sin embargo, hay una frontera muy delgada y difícil de ver desde ciertos sectores del gobierno entre colocar crédito y cobrarlo.

Dar crédito es verdaderamente fácil. Sólo se requiere poner oficinas, hacer promoción y tener una buena base de recursos para aguantar, así se pueden dar mucho más de un billón de créditos durante este año.

Sin embargo, eso es sentar las bases de una crisis que termina causando muchos más problemas y atraso económico del que se plantea evitar. Es claro que una crisis financiera, termina en una crisis social que, a su vez, genera un aumento de la pobreza.

Un crédito bien dado, incluido por una institución de fomento, es aquel que tiene muy elevadas probabilidades de ser recuperado. No sólo por la salud financiera del otorgante sino porque un crédito que es pagado generó prosperidad y sienta las bases para la colocación de más recursos.

La única manera de lograr que un crédito tenga buena probabilidades de ser cobrado es que se origine bien. Que se realice una buena medición entre el riesgo y la rentabilidad; las posibilidades financieras de la empresa y la calidad de su proyecto. Que se conozca la solvencia e historia de la compañía o persona.

En los casos de créditos semilla o para arrancar negocios ciertamente se tienen que considerar otros factores pero, de ninguna manera, que los recursos se pierdan.

Lo importante no es cuántos créditos se dan sino cuánta prosperidad generan.

Es indispensable que se consideren estos aspectos en la colocación de crédito no sólo por instancias como Banco de México cuyo gobernador, Agustín Carstens, no dudará en tomara acciones determinadas si considera que se está perdiendo la disciplina en el sector bancario. Siempre ha dicho que no habrá una crisis bancaria bajo su guardia.

Sería deseable que funcionarios de la Secretaría de Hacienda y, en particular, de la CNBV, que preside Jaime González Aguadé, inicien una campaña de conciencia entre algunos miembros del gobierno.

Feria

La promulgación de la reforma a las telecomunicaciones ha iniciado con una feria de nombres de quienes podrían ocupar las comisiones dentro del IFT y la CFCE. Especialmente en el nuevo instituto hay una serie de tribus que debe ser analizada con muchísimo cuidado.