David Páramo

Análisis superior

David Páramo

14 Jun, 2013

Sólo Alexis

Como era de esperarse, el presidente de la Cofetel no reconoció que él era el principal responsable del fracaso del apagón analógico en Tijuana. De hecho, Mony de Swaan insistió en que la ciudad estaba lista, que la metodología se hizo bien.

Sin embargo, lo hizo solo. Con diferentes grados de intensidad (desde la muy light de José Luis Peralta, que aspira a quedarse, la institucional de Gonzalo Martínez Pous, hasta la muy determinada de Alexis Milo) los comisionados de Cofetel dejaron claro que ellos no habían sido parte de ese fracaso.

Quizá algunos pongan énfasis en las locuras del senador panista Javier Corral o las ofensas que recibió el también senador Gerardo Flores por parte del presidente de la Cofetel, pero la realidad es que son simples anécdotas que esconden el fondo.

La posición de Milo, sin lugar a ninguna duda, fue la más destacada, puesto que hizo evidente lo que conocen a fondo quienes han seguido la historia del apagón analógico. Los comisionados no tuvieron información suficiente por parte del presidente del organismo quien, además, no tomó en cuenta las alternativas que se presentaron, que eran mucho más eficientes.

El comisionado Milo planteó dos temas puntuales: Primero. Que nunca se discutieron alternativas de programas de subsidio en el pleno de Cofetel, puesto que eso lo decidió sólo De Swaan. Lo único que se hizo fue hacer informes parciales y unilaterales que no representan consultas al pleno. Segundo. Este hombre, que tiene una gran experiencia en materia económica desde su formación en Banco de México, sostuvo que hay esquemas alternativos que han demostrado su éxito en otros países, los cuales no fueron considerados por el presidente de la Cofetel como parte de la estrategia.

Parece que la molestia que causó esta posición ya tuvo consecuencias. El presidente de la Cofetel estaría escamoteándole a Milo permiso para acudir a una reunión de reguladores en Estocolmo, lo invitaron para hablar sobre los beneficios de la reforma a las telecomunicaciones recién promulgada.

La realidad es que los nuevos reguladores del IFT tendrán que considerar otros esquemas, como los planteados por Milo, pues el hecho concreto es que se equivocaron en Tijuana, y como puntualizó Martínez Pous, es imposible que se cumpla con los programas piloto de las siguientes seis ciudades.

Regalazo

Con voto de calidad del presidente de la Cofetel, Teléfonos de México recibió uno de los regalos más grandes de despedida de ese organismo, se le dieron 24 meses para la consolidación de Áreas de Servicio Local, en detrimento de los usuarios de telefonía fija. Las ASL son los núcleos de población en los cuales una llamada se considera local. Afuera de ellas es larga distancia. El paso del tiempo y el crecimiento de las áreas urbanas hace que las ASL tengan que ser más grandes, pues si no el costo para los usuarios de telefonía es más elevado.

El programa original señalaba que Telmex tendría seis meses para comenzar la consolidación de ASL y debería terminar en 18 meses. En la votación los comisionados Alexis Milo y José Luis Peralta se opusieron a la ampliación del plazo; sin embargo, José Luis Peralta y Mony de Swaan votaron por dar un plazo de hasta 24 meses a la principal telefónica del país.

Como la votación se encontraba empatada se usó el voto de calidad que tiene el presidente de la Cofetel, con lo cual Telmex podrá seguir cobrando durante dos años llamadas de larga distancia que, en realidad, deberían ser locales.

Curiosamente el comunicado oficial habla del aumento de sólo seis meses en el plazo, pero en realidad no es así. La empresa tenía que comenzar en seis meses e ir haciendo las consolidaciones progresivamente hasta terminar en 18 meses a partir de la decisión. Ahora tienen dos años para hacer la consolidación en un solo hecho.

Lo que no se explica suficientemente es cuáles fueron los argumentos para detener una medida que, a todas luces, perjudica a los usuarios que durante 24 meses tendrán que seguir pagando llamadas de larga distancia cuando deberían ser locales.

Tribunales

Un conflicto diplomático podría estallar en el corto plazo entre México y Venezuela. El gobierno de Nicolás Maduro, que ha continuado con las medidas populistas de Hugo Chávez, ha entrado en un camino de colisión con las empresas mexicanas.

A principios de esta semana, Gruma informó que recurrirían a los tribunales internacionales, que ya desconoció Venezuela, para tratar de que les sea liquidada la inversión que tenían en una planta en el país sudamericano y que les fue expropiada. Curiosamente, esa división de Gruma tiene su domicilio fiscal en España, porque consideraban, equivocadamente, que este gobierno populista no se atrevería a enfrentarse al europeo.

No es la única afrenta a las empresas mexicanas, puesto que Coca-Cola FEMSA sigue pasando graves problemas derivados de las acciones populistas de un gobierno que sólo busca distracciones, afectando sus áreas de producción con ese principio de que la refresquera representa al imperialismo yanqui cuando en realidad es una compañía de control mexicano.

Extraño

Algo raro ocurrió dentro de Volaris. Más tardaron en anunciar su intención de colocar en los mercados internacionales que se dio una salida muy extraña en el equipo de Enrique Beltranena. Anunciaron que el número dos de la organización, José Calderoni, dejaría su puesto como director de Ventas y Mercadotecnia, lo que plantea una gran cantidad de especulaciones en una empresa que perdió 64 millones de pesos durante los primeros tres meses del año. Las razones atrás de esta historia pueden generar cualquier especulación; sin embargo, lo que sí es un hecho es que la inercia de esta compañía (quizá el principal competidor de Aeroméxico) podría verse afectada.

Ironías

¿El poder se acaba? No en algunos casos. Basta ver a Alejandra Sota Mirafuentes, la poderosísima ex vocera presidencial durante la administración de Felipe Calderón. Y es que para ella el sexenio no terminó, sino que fue una dulcísima prolongación. Hoy queda claro que los esfuerzos que hizo desde entonces para madurar su futuro pasaron necesariamente por un trabajo de ingeniería que le permitiría venderse, reinventarse como la mujer que tuvo acceso a información reservada, de primerísimo nivel. La mujer que conocía, desde las entrañas mismas del poder, todos los entresijos. Su abierto y desenfrenado gusto por lo chic, por el glamour, tampoco son nuevos, aunque quizá ahora más sofisticados. A juzgar por lo que se cuenta de ella, ya no hace falta fingir. Alejandra ahora se muestra como una mujer fuerte, decidida, arrebatadora… segura. Esa seguridad que sólo consigue mostrándose con joyas y relojes finos, con bolsas caras y accesorios de lujo, con trajecitos sastre de marca al estilo Hillary Clinton. Quizá de ahí le viene también su gusto porque se registre cada uno de sus movimientos, porque se noten. Ahora sus desplazamientos los hace con grandes despliegues. Su vehículo, por supuesto de alta gama, está rodeado siempre de escoltas, incluidos motociclistas. Lo que nadie alcanza hasta ahora a entender es de dónde salieron esos lujos, quién cubre sus caprichitos, quiénes la financian, quién paga la altísima renta de su despacho, los sueldos de sus numerosos empleados, la logísitica de seguridad que marca cada uno de sus pasos. Para la consultora de algunos gobiernos priistas, a juzgar por lo visto, el sexenio no acabó. Apenas empieza. Pero, ¿qué pensará hoy el marido, modesto integrante de la Función Pública, esa dependencia encargada durante los gobiernos panistas de perseguir a políticos corruptos y negocios oscuros?