Crédito e informalidad en México

Una de las intenciones de la reforma financiera es otorgar a los bancos mayor certidumbre al momento de realizar un préstamo les será devuelto el préstamo
Economía -
La reforma financiera presentada por el actual gobierno tiene aspectos importantes y necesarios para aumentar el crédito en el país, pero no son suficientes, pues no puede olvidarse que existe un amplio sector en la informalidad. Foto: Cuartoscuro
La reforma financiera presentada por el actual gobierno tiene aspectos importantes y necesarios para aumentar el crédito en el país, pero no son suficientes, pues no puede olvidarse que existe un amplio sector en la informalidad. Foto: Cuartoscuro

CIUDAD DE MÉXICO.- A finales de junio se presentaron en Oslo, Noruega, el Premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, y la directora general de la Comisión Económica para América Latina, Alicia Bárcenas. El primero analizó la crisis financiera y destacó el problema del desempleo como un tema primordial a resolver. A su vez, resaltó la dificultad para encontrar la ruta de salida de esta crisis, así como la lucha de poderes que existe al momento de implementar regulaciones en el sistema.

En los últimos minutos de su ponencia, el economista preguntó: ¿Cuál es el tipo de economía que quiere Estados Unidos? Porque una de las empresas prototipo hoy en día en Estados Unidos es Apple y su capacidad para generar nuevos empleos es muy baja. Actualmente sólo cuenta con 49,000 empleos en el mundo, de los cuales 19,000 son muy mal pagados. Este hecho dejó a varios en el público pensando sobre si en realidad es deseable una economía donde sólo haya empresas como Apple, no sólo en Estados Unidos sino en el mundo en desarrollo.

Por su parte, Alicia Bárcenas insistió en la necesidad de resolver el tema de la desigualdad económica que persiste en América Latina. Abordó posibles soluciones y citó el caso de Brasil, en donde gracias al aumento del gasto social se logró sacaar de la pobreza a una parte importante de la población. Esto ensanchó las clases medias y, por ende, aumentó el consumo, producción, inversión e ingreso per cápita. Sin embargo, subrayó que esta propuesta de aplicarse debería ser temporal y, en consecuencia, serían las reformas de mayor calado las que deberían instrumentarse.  

Aunque la señora Bárcenas nunca mencionó a que reformas se refería, y retomando la ponencia de Stiglitz valdría la pena preguntarse ¿Qué tipo de economía se quiere en México y qué reformas es necesario hacer para alcanzarla? ¿Cómo se están llevando a cabo las reformas? Y ¿Cuál es su impacto en el abatimiento de la desigualdad económica?

Es en el sentido de estas preguntas que subrayo la reforma financiera que está a punto de discutirse en las cámaras. Si bien se encuentra aún en el umbral, su impacto en la economía mexicana no debe dejar de ser estudiado si es que se le busca mejorar.

Primero, una de las intenciones de la reforma financiera es otorgar a los bancos mayor certidumbre al momento de realizar un préstamo, o mejor dicho, proporcionar mayores garantías de que les será devuelto el préstamo ya realizado. Para ello, se definirán mejor los derechos de propiedad entre el prestamista y el prestatario. Esto surge, pues los prestatarios suelen no cumplir en tiempo y forma al momento de pagar, por ejemplo, se sirven de un amparo y con ello alargan el pago. Mientras esto sucede, el banco pierde dinero y para la otra ocasión se verá incentivado a cobrar tasas de interés más altas o garantías más grandes o más costosas para el que desea un préstamo.

Si se analiza desde un aspecto más objetivo, la lógica de los derechos de propiedad no suena para nada descabellada. El problema es cuando se piensa que esta es la única solución al problema de por qué los bancos no prestan en México. Pues esta reforma es sólo necesaria, mas no suficiente para aumentar el crédito a las empresas e incluso a los mismo hogares.

Veamos también la otra cara de la moneda. La Comisión Nacional Bancaria y de Valores hace más de un año publicó un estudio en el cual los bancos mencionan que una de las razones por las cuales no otorgan préstamos es porque no se les pide prestado. Sí, así de simple. Un banco no presta porque no hay una empresa que se le acerque a pedirle un préstamo, pues prefieren dirigirse hacia otras fuentes, por ejemplo, los proveedores. Entonces si no se fortalecen las empresas, o si no se busca aumentar la demanda agregada será muy difícil aumentar el crédito.

Es aquí cuando entra en escena la informalidad. Gran parte de las empresas en México son pequeñas y medianas y además absorben gran parte de la fuerza de trabajo. Dada su misma estructura pequeña y endeble se caracterizan por tener un periodo de vida en el mercado sumamente corto. Y como cereza del pastel son informales, es decir, no pagan impuestos, no otorgan seguridad social y caracen de las regulaciones gubernamentales existentes. Cabe señalar que las empresas informales son las que tienen los niveles más bajos de productividad debido a su estructura como a las condiciones en las que se encuentran.

La informalidad, en este caso, es un impedimento para que el banco pueda realizar un préstamo. Si, por ejemplo, el banco no cuenta con un estado de ingresos o con un historial de pago de impuestos le será aún más difícil prestar.

Entonces, ¿cómo resolver el tema de la informalidad? Aquí es donde puede encontrarse el principal problema. Si hay informalidad, la productividad es muy baja, no hay préstamos por parte de los bancos, el ingreso es bajo y la inversión tampoco aumenta. En lo que a este punto respecta, no he escuchado o leído a las autoridades presentar propuestas con el fin de solucionarlo. Tal vez porque es complicada la solución o porque no comparten el mismo punto de vista.

No lo sé de cierto, diría Jaime Sabines, pero podría simplemente dejarse a las fuerzas del mercado la solución. Que las grandes empresas sean las que absorban a las pequeñas,  al fin éstas son más productivas. O bien, el gobierno podría subsidiar a las empresas aunque sean pequeñas y medianas con el fin de que se fortalezcan y aumenten el salario que pagan, con esto el costo de oportunidad por no trabajar en el sector formal sería aún mayor. Otro caso podría ser el seguro de desempleo, aunque muy criticado, podría ser un buen incentivo para formalizarse : si no trabajas en el sector formal, no puedes acceder a este seguro en caso de quedar desempleado.

Por último, si no se quieren subsidios, entonces podría aumentarse el gasto en infraestructura. Mejores viviendas, transporte, caminos y hospitales podrían convertir un pueblo pobre en una ciudad más rica, completa y con un mejor nivel de vida con mayores aspiraciones en cuanto a su futuro, llevando a una mayor demanda de créditos. Cabe destacar que de no exisitir esta infraestructura, los bancos muy difícilmente se acercarán a poblaciones rurales a ofrecer créditos para dinamizar aún más la economía.

En suma, la reforma financiera presentada por el actual gobierno tiene aspectos importantes y necesarios para aumentar el crédito en el país, pero no son suficientes, pues no puede olvidarse que existe un amplio sector en la informalidad. No puede soslayarse que la formación de capital es importante también para aumentar la productividad y es en este caso donde el gobierno podría tener un mayor papel si en verdad desea «democratizar la productividad» y reducir la desigualdad en un país.  

Texto de Victor Hugo Vázquez Cortez

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