David Páramo

Análisis superior

David Páramo

28 Jun, 2013

Avanza la quiebra

Si alguno de los líderes sindicales de Mexicana de Aviación (Miguel Ángel Yúdico, Carlos Morineau y Ricardo del Valle) esperaban un mensaje diferente del gobierno, o pecan de ingenuos o son francamente tontos.

Es obvio que el secretario de Comunicaciones y Transportes les diría que en el marco de sus atribuciones, el gobierno buscaría la manera de apoyar a los trabajadores. Creían, acaso, que Gerardo Ruiz Esparza les diría que tiene instrucciones del presidente de la República de dañarlos. Creer eso es tan absurdo como creer, como suponen algunos, que el gobierno rescatará a la línea aérea. Quien diga eso o es francamente lerdo o es un mentiroso compulsivo.

Hay temas de fondo que no tienen solución. No sólo está el hecho de que la empresa no tiene activos reales, pues el nombre es propiedad del grupo de Gastón Azcárraga (a quien poco le faltó para llevarse hasta los cacahuates) y la base de mantenimiento MRO tampoco es activo de la empresa. Que los pasivos laborales son monumentalmente elevados y que hacen inviable la entrada de cualquier inversionista. De ahí que ningún inversionista serio se haya acercado salvo, muy al principio, un grupo de inversionistas vinculado a IXE que decidió no seguir adelante cuando tuvo contacto con los números.

Fideicomisos

Uno de los temas que hasta el momento no han sido muy seguidos son los fideicomisos de garantía. Uno que está constituido en HSBC a favor de Banorte y otro en Nafin a favor de Bancomext.

Estos fideicomisos se crearon para respaldar las deudas que se tenían por la venta de boletos con tarjetas de crédito y de las agencias de viajes. Ambos fideicomisos funcionaron hasta el día en que la línea aérea dejó de operar.

Como le hemos informado en esta columna, la institución dirigida por Alejandro Valenzuela ronda los 480 millones de pesos y unos 80 millones de pesos en Bancomext.

Ambas instituciones ya tomaron acciones jurídicas para quedarse con estos fondos y los fideicomisos se encuentran total y absolutamente vacíos. Es importante destacar que una parte muy importante de los recursos en estos fideicomisos son impuestos como IVA o derechos como el TUA, los cuales se integran en el precio del boleto y deben ser enterados al SAT. Hecho que no ha ocurrido hasta el momento.

Este asunto está por estallar como un fuerte escándalo legal, puesto que algunas agencias de viajes y otros acreedores consideran que HSBC y Nafin fueron omisos en proteger estos fondos y plantean iniciar una serie de acciones legales en su contra.

De hecho, algunos apuntan sus baterías hacia una serie de acciones legales que implicarían no sólo a los dos bancos de fomento sino a las dos instituciones de crédito. Lo cierto es que algunos acreedores consideran que los bancos actuaron de mala manera en contra del patrimonio de lo
que será el proceso de quiebra.

Sea como sea, la realidad es que todo lo que tiene que ver con Mexicana de Aviación tiene un olor cada día peor.

Mezcolanza

Quienes han acudido a las oficinas del INEGI para registrarse como candidatos a ser comisionados del Instituto Federal de Telecomunicaciones y de la Comisión Federal de Competencia Económica reportan que se han encontrado básicamente con dos perfiles diferentes.

Con muy buen humor están los que dicen que se han presentado dos tribus urbanas.

La primera de ellas está compuesta por empleados y ex empleados tanto de la Cofetel y de la CFC. Dicen que algunos de los aspirantes son buenos tipos, pero que quizá no tengan alcances suficientes para comisionados. Eso estará por verse.

La segunda tribu está integrada por los académicos. Usted lo sabe son tan fáciles de distinguir como los hipsters o los Godínez. Parecería que muchos de los académicos se sintieron tentados por los elevados sueldos que se prometen aunque muchos de ellos se enfrentarán al problema de que para seguir avanzando se tiene que tener un reconocimiento público notorio o sobresaliente. El magisterio y la academia nunca han gozado de un gran reconocimiento público.

Quizás desde este momento ya es posible hacer un pronóstico. Es prácticamente imposible que personas poco conocidas o que pudieran ser definidas como sorpresa pudieran llegar a ocupar estos 14 puestos.

Pospuestas

Quienes quieren hacer creer que la Bolsa Mexicana de Valores vive un gran momento de bonanza a pesar del entorno internacional y los profundos cuestionamientos que debe haber sobre su presidente y director general, Luis Téllez, presumieron ayer las colocaciones de Vesta y de Inbursa.

La primera no estuvo realmente relacionada con la situación internacional y se trata de un proceso que ya estaba muy avanzado y la segunda no tiene que ver con el momento de los mercados sino, por el contrario, con la desinversión de La Caixa en el grupo financiero de Carlos Slim. Los recursos de esta colocación serán usados para enfrentar los problemas que tiene esa institución española ante la crisis financiera de su país.

Ahora bien, por estas dos colocaciones también hay otras que ya se suspendieron o, en el menos malo de los casos, se pospusieron.

La primera es la de Volaris, encabezada por Enrique Beltranena, así como OMA, de José Luis Guerrero. Sin embargo, para las dos empresas la realidad es diferente.

Volaris tiene serias presiones por capital para poder enfrentar la situación financiera complicada, puesto que cada vez tiene márgenes más reducidos de utilidad y las cosas no le han venido bien ante las autoridades aeronáuticas de Estados Unidos. OMA simplemente está esperando mejores condiciones.

Algo similar sucede con Sadasi. Si bien es una de las constructoras que mejor han aprovechado la situación que se vive en su sector, donde la mayoría de los grandes se han desfondado, también es un hecho que no están de acuerdo con lo que sucede en el mercado de valores.

Hasta donde se sabe, había mucho apetito por sus títulos ya que no sólo es una de las empresas con presente sino con futuro ante las nuevas realidades del sector inmobiliario; sin embargo, sus administradores simplemente decidieron que no era el momento para la BMV, puesto que no tiene las mejores condiciones.