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Ana Luz Díaz lleva ya 12 años trabajando en la industria del mueble y no fue hasta el pasado 24 de marzo que decidió ser emprendedora junto con dos socios lanzaron la plataforma hechoyderecho.com, una plataforma de comercialización de muebles producidos de forma sustentable y con diseño basado en un esquema de crowdsourcing, es decir, de colaboración abierta.
En entrevista con Dinero en Imagen, Díaz quien es la directora general de este proyecto, aseguró que inició esta startup como una manera de ofrecer más oferta a los jóvenes que buscan creatividad, diseño vanguardista y buen precio en cuanto a muebles se refiere. “La industria del mueble está muy fraccionada y a pesar de que hay muchísima oferta no encontramos un producto que satisficiera la demanda del público joven con interés y gusto por el diseño” apuntó.
La fabricación de muebles en México representó 17,080 millones de pesos del Producto Interno Bruto (PIB) de nuestro país en 2011, según cifras del INEGI, sin embargo sólo un porcentaje menor proviene de pequeñas compañías.
Esta empresa de reciente creación, formada por Ana Luz Díaz y sus socios Jalil Al Akabani y Jordi Adame empezó cuando los dos primeros buscaban crear un proyecto de negocio.
El talento se encuentra en la multitud
“En México el diseño es mal pagado e incluso algunas de las personas me dicen que no diseñe para jóvenes porque no tienen dinero” señaló Díaz en torno a la situación del diseño de muebles en nuestro país, sin embargo, aseguran que mediante esta plataforma, se busca reducir costos además de encontrar las mejores opciones, aunque se trate de diseñadores consolidados o recién egresados de la universidad.
“Nuestro motor de innovación es estar generando constantemente diseños nuevos, pues invitamos a diseñadores a trabajar con nosotros, y escogemos lo más viable en cuanto a mercado y nos encargamos de vender a cambio de un esquema de regalías” aseguró la directora de este proyecto.
Otra de las alternativas que planea esta colaboración masiva, es la sustentabilidad. Hecho y Derecho trabaja cooperativa indígena en Oaxaca llamada Ixtlán de Juárez con 14 mil hectáreas de bosque certificado FCC con aserradero, bosques y fábrica. “No es un proceso artesanal, ya que tienen máquinas con mucha tecnología y de mucha calidad, sólo que les hace falta comercialización” aseguró Díaz.
A pesar de tener unas semanas de lanzamiento y no contar con financiamiento de fondos o inversionistas privados, para los creadores de esta iniciativa significa la apertura de más oportunidades tanto para diseñadores, consumidores e incluso, sólo curiosos.
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