Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

10 Jul, 2013

¡Se acabó la discrecionalidad en Fondo Pyme!

El cambio en las reglas de operación del Fondo Pyme y en particular, la decisión que tomó el Inadem, que dirige Enrique Jacob Rocha, de separar el proceso de asignación de recursos del de evaluación de proyectos, provocó la ruptura de las redes de corrupción que parecían intocables en la estructura de atención pyme.

Desde el sexenio pasado, Bruno Ferrari intentó mover las reglas y se topó con una serie de resistencias enormes, más cuando los diagnósticos efectuados por la OCDE, el Banco Mundial, el BID y el IFC mostraban que eran inoperantes las reglas e ineficiente la asignación de los recursos.

Pues ahora, con diez convocatorias terminadas, se tienen registrados mil 940 proyectos de pequeñas y medianas empresas (pymes) que en su conjunto están demandando tres mil 300 millones de pesos.

El monto ofrecido en convocatorias es de 895 millones de pesos, por lo que la demanda por los proyectos es tres veces mayor a lo ofrecido.

Faltan nueve convocatorias que se realizarán en el curso de las siguientes dos a tres semanas, y si el registro de proyectos aumenta, evidentemente se pondrá a prueba el mecanismo de evaluación que ha sido rediseñado.

Ahora, los proyectos competirán paramétricamente, y los que obtengan el más alto puntaje serán seleccionados, pero lo más importante es que las direcciones generales ya no tendrán contacto con los evaluadores ni tampoco con las empresas que presenten el proyecto y de esa forma se evitan “relaciones sospechosas”.

Además, entre el lanzamiento de la convocatoria y el registro se permite abrir un periodo de tiempo para promover el proyecto y, una vez que evalúa la Coordinación de Planeación, Evaluación y Seguimiento de acuerdo con criterios paramétricos, el “dueño” del proyecto sabe si el recurso se le asignó y recibe la ministración, y no como ocurría antes, que se registraba ante la dirección general, se asignaba una cédula, la misma dirección asignaba el recurso a quien consideraba “el bueno” y, pese a ello y con todo y cédula, el proyecto podía ejecutarse y nunca recibir un quinto del Fondo Pyme.

Justo esto fue lo que se atacó en el cambio de reglas, que se garantice una evaluación justa, que haya competencia y se seleccione a los mejores proyectos y que se evite la discrecionalidad en la asignación del Fondo Pyme tiene siete mil 300 millones de pesos en recursos, tres mil millones en garantías y el resto, son recursos concurrentes, esto es, donde participan gobiernos estatales, particulares o asociaciones privadas o sociales.

Por lo pronto, al cierre de esta semana, el Inadem ya había cerrado la mitad de los recursos presupuestados, y si la demanda crece y la selección muestra muchos proyectos viables, podría proponerse mayor presupuesto o coordinación a través de la red de emprendimiento, para la asignación del recursos que no deja de ser escasa, considerando la demanda que hasta hoy se ha presentado de tres a uno.

De Fondos a Fondo

A partir de mañana, el Sindicato de Sobrecargos de Ricardo del Valle tendrá tres días para responder, lo que a su derecho convenga, sobre los argumentos esgrimidos en el conflicto colectivo de naturaleza económica que interpuso Aeroméxico. De ahí van a tener diversas audiencias separadas por espacios de tres días, antes de que conozca cada parte el contenido del peritaje y, pues es evidente que teniendo mano firme, pero dando el espacio suficiente para la defensa legítima, este caso que lleva la JFCA y que revisa de forma puntual el secretario del Trabajo, Alfonso Navarrete Prida, tendrá solución definitiva en un par de semanas.

Parece que existen posibilidades de que no se llegue a laudo, sino a un acuerdo negociado similar al que negoció la representación de Lizette Clavel y que concluyó el año pasado, sólo que sin temporalidades y sin empate de condiciones laborales entre vieja planta y nueva planta.

Imagine si no es prioritario el asunto de Aeroméxico de Andrés Conesa, pues un paro o amenaza de huelga en plena época vacacional y cuando la secretaria de Turismo, Claudia Ruiz Massieu, acaba de anunciar que los esfuerzos de conectividad están resultando tan bien que al cierre del primer semestre de 2013, la ocupación hotelera en el país registró un crecimiento de 6.7%, en comparación con el mismo periodo del año pasado, y 14.8%, en relación con 2011.

Tan sólo el promedio de cuartos de hotel ocupados, en 70 principales destinos turísticos, ascendió a 194 mil 38, mientras que en el mismo lapso de 2012 fue de 181 mil 787, y de 169 mil 88, en 2011.

Y sigue la mata dando con la historia de la Rana-sapo. Como están en la desesperada para restablecer la venta y explotación de los productos que tienen la marca del Sr Frog’s, Grupo Anderson’s de Eucario González y Grupo Serigráfico de Guillermo Rodríguez Macouzet, pese a que tienen un amparo interpuesto, buscan recursos intermedios que son apelables, y dicen que el IMPI de Miguel Ángel Margáin se pronunció desde octubre del año pasado en el sentido de que el contrato de licencia que otorgó Grupo Anderson’s a Operadora Anderson’s de David Krouham, no está vigente.

Pues justamente el documento y la respuesta judicial que el 25 de enero de este 2013 realizó el IMPI a través de la Dirección Divisional de Marcas, le respondieron que de acuerdo con el Marca Net, el contrato firmado el 28 de febrero de 2002 entre Grupo y Operadora, con todas sus cláusulas y obligaciones para con las partes, está vigente y es válido.

Evidentemente por eso, en abril pasado, la instancia judicial previa determinó que el laudo arbitral no es válido y por eso es que Los “Grupos” Anderson’s y Serigráfico se fueron al amparo.

La situación está clarísima: Serigráfico y Grupo Anderson’s apostaron todo al laudo arbitral. Perdieron esa jugada.

Hoy están amparados precisamente porque esa nulidad del laudo representa el más duro golpe jurídico a la serie de irregularidades que han cometido juntos: desde explotar marcas fuera de la ley, hasta violar medidas cautelares de un juez, pues recuerde que desde la sentencia firme la del 22 de junio de 2010, que determinó la rescisión del contrato de licencia entre Grupo Anderson’s y Grupo Serigráfico, así como su addendum.