José Yuste

Activo empresarial

José Yuste

25 Jul, 2013

Seguro de desempleo, ¿quién lo pagará?

Viene la propuesta del seguro de desempleo en México. El presidente Peña Nieto la pone sobre la mesa como parte de la seguridad social universal, donde el trabajador formal tenga servicios médicos, pensiones y seguro de desempleo. El gran reto será cómo financiarlo.

Radicales: acostumbrarían a población a no trabajar

Dentro del sindicato patronal, la Coparmex, existen voces que señalan inoportuno el seguro de desempleo. Por ejemplo: Eduardo Kasis, dirigente de la patronal en San Luis Potosí, argumenta que el seguro de desempleo originaría malos hábitos. “Si se autoriza a las personas únicamente trabajarían por temporadas o unos cuantos meses para recibir este seguro, lo cual sin duda malacostumbraría a toda la población”.

Ese argumento no se sostiene por ningún lado. De ser así, ninguno de los países más industrializados tendría un seguro de desempleo. Además, los seguros de desempleo se deben amarrar a incentivos y esfuerzos para volver a trabajar.

¿Reducir costos laborales?...Coparmex

Siguiendo la lógica del dirigente local de la Coparmex, entonces el trabajador siempre es flojo y en México más, y por eso no quiere trabajar. Es una salida facilona a un debate más complejo y a la necesidad de tomar compromisos para generar empleos.

La patronal debe empezar a ser más propositiva en este tema. Juan Pablo Castañón, presidente de Coparmex, todavía sostiene que deben reducirse los costos laborales, cuando, para reducirlos se hizo toda una reforma laboral.

Hoy en día, sin duda, a una empresa puede salirle más barata la contratación y hasta el despido de un empleado.

Lozano: difundir cambios a las pymes

El ex secretario del Trabajo y hoy senador del PAN, Javier Lozano, ponía sobre la mesa un punto y con toda la razón: no podemos seguir pensando en bajar más el costo laboral, porque precisamente para eso se hizo la reforma laboral.

Más bien debemos difundir mucho mejor las nuevas modalidades de la reforma laboral, sobre todo para la pequeña y mediana empresas. Ahí sí están quedando a deber las cámaras y confederaciones empresariales, o la misma confederación patronal, en avisar y comunicar a sus agremiados las nuevas facilidades laborales.

Ahí existen nuevas formas de generar trabajos sin mayores costos para las empresas. Por ejemplo: los nuevos contratos a prueba, las capacitaciones iniciales, limitar los salarios caídos a un año, etcétera. Hay un nuevo arsenal de facilidades para poder dar empleos a los trabajadores sin que la empresa resulte con costos elevados por hacerlo.

Equilibrio con reforma laboral

La discusión es oportuna porque viene el gran reto de cómo financiar el seguro de desempleo.

En primer lugar, el seguro de desempleo es atractivo para atraer a todos los trabajadores que se encuentran en la informalidad: buscarían cómo ser formales para, en caso de ser necesario, acceder a dicho seguro.

En segundo lugar, el seguro de desempleo es el equilibrio de la reforma laboral, la cual flexibiliza el mercado de los puestos de trabajo permitiendo la movilidad y hasta los despidos, pero a cambio se necesita un mecanismo para proteger al trabajador mientras consigue un nuevo empleo.

Navarrete, el seguro va aún sin cambio fiscal

El secretario del Trabajo, Alfonso Navarrete Prida, asegura que el seguro de desempleo iría aun cuando no fuera la reforma fiscal.

El gobierno de Peña Nieto buscaría recursos fiscales por alrededor de 30 mil millones de pesos anuales, con los cuales podría brindar el seguro a los 575 mil trabajadores formales que perdieran su trabajo.

Navarrete Prida trae un punto importante: el seguro de desempleo deberá poder medir de alguna manera la intención de volver a trabajar.

Financiarlo, vía tripartita o recursos fiscales

Pero el gran reto será cómo financiarlo. El seguro de desempleo podría financiarse vía tripartita, tal y como se hace hoy en día con el Seguro Social. La cuota la podrían pagar el trabajador, el empleador y el gobierno.

Sólo que, como alertan algunas voces, ahí deberemos tener mucho cuidado porque, de primera instancia, sí puede existir un mayor costo laboral.

La otra solución es hacerlo costear con los nuevos ingresos que vendrían de la reforma fiscal. De esta manera todos ganarían: el gobierno con más recursos fiscales, los trabajadores con seguro de desempleo, y la sociedad con un mercado interno fortalecido que garantiza un consumo constante.