David Páramo

Análisis superior

David Páramo

26 Jul, 2013

Palabras grandes

La clase política mexicana se haría un favor si antes de usar palabras que les suenan bien y que en no pocos casos generan expectativas que no se cumplen, revisaran en cualquier diccionario su significado o, como está de moda, aunque sea que las googlearan.

Ante la necesidad de reformas estructurales, que se ha repetido a lo largo de muchísimos años, los políticos encontraron la fórmula para tratar de hacer creer a la opinión pública que las están haciendo cuando, en realidad, se trata de cambios de muy poco impacto y en no pocas ocasiones hasta cosméticos.

Reformar es dar una nueva forma y se ha preguntado cuántas de las “reformas” que han sido aprobadas en los últimos gobiernos han modificado la forma de cualquier sector de la economía, política o sociedad. En realidad, ninguna.

Piense cuántas veces se han hecho reformas hacendarias y todo mundo sigue pidiendo otra y otra más, puesto que simple y sencillamente no se le ha dado una nueva forma a la realidad fiscal del país.

Cuando los políticos promueven sus “reformas” aseguran que cambiará radicalmente un sector y se le cuelgan bondades que bien podrían ser calificadas como publicidad engañosa.

En algunos casos la “reforma” ni siquiera ha sido aprobada y sus supuestas bondades ya desaparecieron. Cuando se presentó el paquete conocido como “reforma financiera”, se aseguró que tendría como objetivo “más crédito y más barato”.

Muy pronto quienes no se tragan cuentos y hasta algunos legisladores se dieron cuenta que tener como objetivo bajar las tasas de interés y, por ley, obligar a dar créditos es la receta casi perfecta para una crisis financiera. El crédito debe aumentar por la vía de la demanda real, no inducida ni por gobierno ni por particulares, y las tasas deben bajar a través de una sana competencia.

Laboral

Hay otras que son vendidas, incluida la publicidad oficial, como grandes éxitos de la democracia y que cambiarán radicalmente un sector.

Las felicitaciones y los halagos en boca de los propios autores parecería que sí habían cumplido con una meta fundamental del país.

Desde que inició la fase final para la aprobación de la llamada “reforma” laboral se dijo que sería un detonador para el empleo formal, que el país entraría en grandes etapas de bonanza.

Tristemente los datos desmienten el triunfalismo de la clase política. Mayo y junio han sido los dos peores meses en materia de empleo de la última década y el propio gobierno a través de la Secretaría del Trabajo lanzó un programa para llevar a la economía formal a por lo menos 200 mil trabajadores que están en empresas legales, pero que no tienen prestaciones.

¿No se suponía que era una de las finalidades de la “reforma” laboral? Peor aún, el anuncio de Alfonso Navarrete Prida, que está lejos de ser un programa viable, ha sido muy severamente criticado.

Tan sólo la Coparmex, encabezada por Juan Pablo Castañón, estableció que mucho más que este tipo de programas se requiere que se disminuyan los costos laborales. ¿No se suponía que según los promotores de la “reforma” laboral las nuevas formas de contratación aprobadas permitirían disminuir el costo de tener trabajadores dentro de la formalidad?

Habrá quienes digan que el problema está en que los patrones y trabajadores no han entendido las bondades de las nuevas formas de contratación o algo similar.

Otro de los supuestos éxitos de la clase política fue la “reforma” educativa. Bien valdría la pena preguntar qué ha cambiado. No se ve un solo síntoma de mejoramiento en la educación en México.

Siguen siendo los mismos maestros, agrupados en sus añejos e improductivos sindicatos, siguen los plantones y, en el fondo, parecería que lo único que pasó fue algo accesorio como la detención de Elba Esther Gordillo. Vamos, 240 mil alumnos de tres estados se quedaron esperando laptops porque la SEP no pudo hacer una buena licitación.

Energética

Los iluminados que empujaron la “reforma” a las telecomunicaciones desde el Pacto por México han reconocido que el reto estará en las leyes secundarias, pues en una de esas parecería que lo único que pasó es que desaparecerá la Cofetel y 14 personas fueron puestas a un lado, de mala manera, del sector público.

En las últimas semanas se ha insistido de muy diversas maneras que están por presentarse las “reformas” energética y hacendaria.

El gran reto para la clase política será demostrar que tiene la estatura política para llenar el tamaño de sus palabras y la grandilocuencia de éstas. De lo contrario el país no irá sólo de decepción en decepción, sino que esperando que el país esté a la altura que se requiere.

Colocación

Mientras que algunos políticos siguen creyendo que por decreto o por obra y gracia de sus declaraciones aumentará el crédito a pequeñas y medianas empresas, la banca avanza a una velocidad digna de reconocimiento.

Un ejemplo es HSBC. La institución encabezada por Luis Peña lanzó, junto con Bancomext, un fondo global por 13  mil millones de pesos a las tasas más bajas de la historia para este sector que van del 8 al 11% en pesos y entre 5 y 8% en dólares.

Seamos claros, las empresas privadas necesitan muchos menos discursos por parte de los políticos y que los dejen en paz para que puedan cumplir con sus obligaciones.

Turbulencias

Hace unos meses parecía, al menos en la opinión de los fanáticos del escándalo, que el problema que se presentó en un avión Dreamliner 787 sería un gran golpe demoledor para Boeing.

Sin embargo, los hechos son diferentes. Al cierre del segundo trimestre tuvo mil 90 millones de dólares y aumentó su estimación de ingreso de una manera sustancial. Gran parte de los buenos resultados se debieron a la confianza de sus clientes que no suspendieron pedidos. De hecho, Aeroméxico recibirá el primero de estos aviones a mediados del mes próximo.

Duda

¿Cómo le hace Alejandra Sota para estudiar la maestría en Harvard si no sólo no tiene licenciatura, sino que además no cumple con el perfil establecido por esta universidad? Un caso, sin duda, raro.