Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

5 Ago, 2013

SAT: ¡no necesita vejigas para nadar!

Usted sabe que se han suscrito varios acuerdos de colaboración fiscal con Estados Unidos y algunos países de Europa para combatir de manera conjunta la evasión fiscal de corporativos globales y operaciones de comercio exterior, pero en el caso del jefe del Sistema de Administración Tributaria (SAT), Aristóteles Núñez, avanza en todos los frentes, al grado de que frente a la caída de ingresos fiscales, la recaudación fiscal aumentó más de cinco por ciento por el entero y cumplimiento voluntario que propició la campaña de “anmistía”, “¡Ponte al Día y Cumple!”

Habiendo sonreído e invitado a cumplir, toca paso a la estrategia de emprender agresivas acciones de fiscalización contra empresas que utilizan agresivos esquemas de evasión y alusión fiscal.

De lo contrario, ¿con qué cara se presentaría el presidente Enrique Peña Nieto y su secretario de Hacienda, Luis Videgaray, o toda la bancada del PRI en el Congreso si se plantea una reforma fiscal que no cierre las lagunas que tienen todos los ordenamientos fiscales (ISR, IVA, ISPT, Código Fiscal, Derechos, etcétera)”.

Empezando por el pie firme que interpuso frente a los ex accionistas de Grupo Modelo, encabezados por don Carlos Fernández, que les obligaron a pagar a mediados de julio poco más de 600 millones de dólares por la venta de la empresa  a través del mercado de valores —algo que siempre se había cuestionado—, esta semana inicia con una acción que será crucial para combatir el fraude fiscal con facturas apócrifas y sellos digitales, tanto para quien los emite como para quien los recibe.

Esta semana inicia una estrategia combinada que incluye intervención sobre despachos que emiten facturas falsas y empresas que las descuentan de su pago de impuestos y, al mismo tiempo, y esto es lo más extraordinario, las empresas y personas físicas que reciben facturas, tendrán que corroborar en la base de datos del SAT si la factura emitida es “fiscalmente” legal o falsa.

Y de antemano le aseguro que los fiscalistas o contadores colegiados, agrupados en organismos como el Colegio de Contadores de México, que preside José Besil Bardawil, o el ilustre y nacional Colegio de Abogados, que preside el licenciado, Rafael Ramírez Moreno Santamarina, y su comité fiscal y financiero que encabeza el maestro Guillermo Castorena Álvarez, o la Barra Mexicana de Abogados que preside el licenciado Gabriel Ortiz Gómez, han comprobado que las acciones que se toman están “fundadas y motivadas en derecho”, como para que el amparismo no sea la causa que dé al traste con la fiscalización.

El SAT ha avanzado de forma importante en el “Data Mining” y, así como algunas empresas dan facturas falsas para amparar operaciones simuladas, contratar empleados, exportar o importar mercancía sin pago de impuestos y jinetean la retención o subfacturan y subenteran el pago de impuestos al trabajo, la semana pasada actuaron sobre 11 empresas que deducen operaciones simuladas y cuatro despachos (dos en Aguascalientes, uno en Oaxaca y uno en Mérida) que emiten facturas falsas y lo hicieron porque cuentan con las bases de datos que permiten demostrar la simulación de esas operaciones y proceder contra los que se benefician del uso de esas facturas.

El SAT cobra impuestos, no es ni bueno ni malo, pero es la herramienta del Estado para poder ejercer la política de distribución de ingresos desde el gasto público. Por ello, Artistóteles Núñez y su equipo, apoyados en el procurador fiscal, Javier Laynez, usan lo que está en Ley, en Código Fiscal, para asegurar el cobro de impuestos, como la reciente obligación de los contribuyentes con ingresos anuales superiores a 250 mil pesos de migrar hacia la factura electrónica y los criterios normativos sobre la práctica indebida bajo el esquema del outsorcing.

Hay muchos contribuyentes, con ingresos superiores a 2.5 millones de pesos anuales, según las facturas que han entregado y los montos de operaciones que reducen del pago como gasto de operación, que no coinciden con la cuenta, por lo que este lunes amanecerán con una gran sorpresa.

Mire usted: para emitir facturas electrónicas, los contribuyentes sólo requieren tramitar un certificado de sello digital con su FIEL y contratar a un proveedor del documento o utilizar la herramienta gratuita ofrecida por el SAT.

El certificado digital es uno de los requisitos que establece el Código Fiscal de la Federación para que una factura sea válida, por lo que a partir de esta semana, además de que se emitirá una interpretación miscelánea para que, con base en lo autorizado por el Código Fiscal, todos sepamos a qué nos atenemos y por qué puede hacerlo el SAT, el fiscalizador pondrá en marcha un servicio, en su portal de internet, a través del cual el contribuyente puede verificar la validez de las facturas que recibe y emite.

Esta aplicación permite revisar si el número de folio que corresponde al comprobante fiscal fue autorizado y si al momento de su emisión el certificado que ampare el sello digital se encontraba vigente y registrado en el SAT. El que acepte un folio no falso no podrá deducir el gasto operativo fiscalmente, so riesgo de “apechugar la pérdida” en toda la extensión de la palabra.

Aristóteles Núñez, jefe del SAT, en un foro sobre factura electrónica que se llevó a cabo a principios de junio, dio a conocer que próximamente se anunciaría la cancelación de certificados de sellos digitales.

Yo supongo que por los pasos dados la semana pasada, en ésta se aplicará la medida, porque sería la de control de mayor magnitud en materia de fiscalización en México, si se considera el impacto que tiene en el combate frontal a la evasión y el incumplimiento de obligaciones fiscales.

La cancelación de certificados a aquellos contribuyentes que tengan pendientes con la autoridad fiscal, los dejará imposibilitados para generar facturas hasta que corrijan su situación. Con ello, viene un escenario de afectación generalizada, debido a que al no poder emitir factura, sus operaciones como proveedor o prestador de un servicio, quedarán acotadas.

Y, bueno, cuando muchos nos quejamos de por qué no le cobran a los evasores en lugar de pensar en aumentar la tasa de ISR a 35 por ciento o más, a través de acciones como ésta, se equilibra la balanza en la que se facilita a los contribuyentes cumplidos, pero se endurecen las formas con los incumplidos, demanda social histórica, ¿no cree usted?