IMCO califica iniciativas de reforma

“México no puede permanecer ajeno a la revolución energética internacional pero afortunadamente hay consenso en que es necesario cambiar el modelo”, consideró Monserrat Ramiro, directora de proyectos energéticos del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).

En entrevista con Excélsior calificó como positivo que las diferentes fuerzas políticas pongan a debate sus proyectos de reforma. “Las propuestas nos benefician a todos porque podemos evaluar cómo cambiar un modelo de sector anacrónico, que le impide al país atraer la inversión, la tecnología y el conocimiento necesarios para explotar sus oportunidades”.

La representante del centro de investigación aplicada que presentó una agenda de reformas prioritarias al sector de hidrocarburos enfocada a maximizar el valor de la renta petrolera, garantizar la seguridad energética y fortalecer la competitividad, convertir al sector en una palanca de desarrollo industrial y tecnológico así como invertir la renta petrolera en el bienestar de largo plazo de los mexicanos evaluó las iniciativas.

La de Peña Nieto: Positiva.

La iniciativa de reforma energética enviada por el presidente Enrique Peña Nieto al Congreso es positiva porque permite la participación privada en toda la cadena de valor del sector pero su punto débil es que carece de la figura de concesiones para atraer mayores inversiones.

“El que no exista la figura de concesión va a disminuir el flujo de inversión, pues evidentemente no atraerá tantos inversionistas como si se hubiera propuesto este esquema de participación privada”, señaló Ramiro.

De acuerdo con la especialista existen tres mecanismos de participación de la iniciativa privada en empresas petroleras: concesiones, contratos de servicio y contratos de utilidades compartidas.

“Cuando se limitan las posibilidades de la inversión privada, como en este caso se hace al carecer de una alternativa, la atracción de capitales se limita.”

Calificó como acertado que se proponga la modificación de los artículos 27 y 28 de la Constitución Política. “Cambios a estos apartados eran necesarios desde hace años, y por ello celebramos propuestas que consideran esta transformación de fondo para el país.”

La del PAN: Ambiciosa

De acuerdo con el IMCO, el proyecto de reforma puesto a debate por el Partido Acción Nacional (PAN) es ambicioso porque incluye el esquema de concesiones así como de los contratos en toda la cadena de valor de hidrocarburos con el objetivo de dinamizar el sector.

“Esta propuesta es la más ambiciosa. Propone hacer uso de todos los mecanismos disponibles para poder detonar no sólo las inversiones y la generación de empleo sino también la renta petrolera.”

Puntualizó que la modificación de los artículos 27 y 28 constitucionales son una condición para lograr una reforma profunda, la cual no implica ceder la propiedad de los hidrocarburos ni sobre la renta derivada de ellos.

“Es hora de aceptar que ni Pemex ni ninguna otra empresa estatal puede explotar, por sí sola y sin la posibilidad de asociarse con otros operadores, las oportunidades de recursos convencionales y no convencionales con que cuenta el país.”

La del PRD: Limitada

La propuesta energética del Partido de la Revolución Democrática (PRD) limita la posibilidad de cambiar el sector. La especialista consideró que al no proponer cambios constitucionales condena a la industria a seguir el mismo modelo anacrónico.

“Esta propuesta sólo se concentra en Pemex, lo cual es insuficiente para dinamizar a todo el sector de hidrocarburos, pero incluso la propuesta de autonomía de gestión e independencia presupuestal no cambia la situación de fondo.”

De acuerdo con la experta esta es la propuesta menos acertada debido a que no aborda la necesidad de atraer inversión. “Para explotar sus reservas probadas y probables de crudo, México requiere invertir alrededor de 300 mil millones de dólares en exploración y desarrollo de campos nuevos y existentes. Bajo el modelo actual del sector, esta cifra es exorbitante: equivale a 11.5 veces la inversión total de Pemex en 2013.”

Indicó que con esta reforma no podrán tomarse decisiones de largo plazo. “Es difícil pensar que esos cambios van a tener resultados en la eficiencia operativa de la empresa. Se queda tan corta como la de 2008.”

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