David Páramo

Análisis superior

David Páramo

30 Ago, 2013

GEO, la traición

Luis Orvañanos y los principales directivos de GEO (entre los que están Roberto Orvañanos, Íñigo Orvañanos, Saúl Escarpulli, Luis Abdeljalek) durante mucho tiempo se vendían como si fueran una suerte de ejemplo no sólo en el sector vivienda sino también en su comportamiento empresarial.

Gran parte de su buena reputación se derivaba de una fuerte campaña en medios de comunicación y que es razonablemente fácil esconder las debilidades cuando se tiene una de las tres empresas más grandes de un sector económico e incluso parte del Índice de Precios y Cotizaciones de la Bolsa Mexicana de Valores, lo que es un aval para poder colocar papel entre el público inversionista.

No debe olvidarse que hay fondos de inversión que únicamente compran papel emitido por empresas que forman parte del principal indicador del mercado de valores.

Sin embargo, la crisis que afecta al sector de la vivienda y, en particular, a GEO, Urbi y Homex comienza a mostrar la peor parte del qué hacer empresarial de Orvañanos, quien es presidente y director general de Geo, en algo que desde hace tiempo no puede considerarse como una buena práctica corporativa.

Cuando una empresa entra en problemas, sus administradores tienen una disyuntiva: enfrentan el problema manteniéndose dentro de la ética y legalidad o tratar de evadir la realidad acercándose peligrosamente a la frontera del delito mediante el engaño al público inversionista que invirtió de buena fe.

Uno de los síntomas de la rapidez con la que se está deteriorando la situación financiera de GEO y con ello sus prácticas empresariales es la forma en la que tratan de mezclar dos asuntos de naturaleza y características totalmente diferentes.

O se está muy desinformado en creer que el proceso de reestructura de los créditos tiene alguna relación con los tenedores de bonos o se está actuando de muy mala fe para tratar de dañar no sólo a quienes compraron papel por cuenta propia sino de sus clientes.

GEO tiene colocados en el mercado de valores unos mil millones de pesos en bonos y, a juzgar por las señales que ha mandado la empresa, comenzarán a incumplir, puesto que, como le informamos ayer, están escondiendo la información y, peor aún, falseando los datos que están haciendo públicos.

Crisis

Para evitar una crisis sistémica en el sector vivienda, el secretario de Hacienda convenció a los bancos que detuvieran hasta septiembre las acciones judiciales de cobranza en contra de GEO y las otras dos grandes del sector.

Luis Videgaray y su equipo sabían que los procesos judiciales en contra de la empresa de Orvañanos provocarían una mayor retracción del crédito bancario y la posibilidad de una crisis sistémica en el sector vivienda que, hoy por hoy, ya presenta un desplome en el empleo temporal en la industria de la construcción.

La administración de GEO aseguraba que, antes del final de septiembre, tendrían una reestructuración con sus principales acreedores; sin embargo, parece muy difícil porque la empresa sigue perdiendo viabilidad a pasos agigantados.

Hay quienes han tratado de hacer creer que existe un forcejeo entre los acreedores bancarios, entre los que destacan Banorte y HSBC, por la forma en que cobrarán y, equivocadamente, incluyen en esta lista a otras instituciones que no son acreedores bancarios, como es el caso de Multiva.

Tratan de hacer creer que no hay unidad en los bancos acreedores que tienen un fin común: recuperar a favor de sus depositantes todo o la mayoría de lo que prestaron.

Es evidente que Orvañanos no puede ni debe seguir como presidente y director general. La pérdida de confianza es tan evidente que el exsecretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, renunció al Comité de Auditoría tal y como lo informamos ayer en este espacio.

Bursatilización

Independientemente de los problemas que tienen con sus acreedores bancarios, también tienen que enfrentar una situación muy complicada por las tres emisiones que realizaron de bonos por aproximadamente mil millones de pesos con los que bursatilizaron sus derechos de cobro.

GEO recibió, líquido y por anticipado, lo que iría cobrando por la venta de viviendas a través de estas colocaciones.

Como informamos ayer, Nacional Financiera, dirigida por Jacques Rogozinski, no ha recibido en el fideicomiso los recursos de la cobranza, es decir, ya hay indicios claros de que estarían “clavándose” los recursos con los que tienen que pagar esas emisiones. Ya los tenedores de estos títulos han solicitado al Infonavit, dirigido por Alejandro Murat, que les informe sobre la cobranza de GEO y hacer una línea con lo que no ha entrado al fideicomiso.

Si, como apuntan todos los indicios, Orvañanos y sus directivos están falseando información financiera y no entregando los recursos al fideicomiso constituido en Nacional Financiera, estarían configurando un fraude no sólo en contra de los tenedores de bonos sino también del mercado de valores.

De hecho, hay otras señales preocupantes. Orvañanos y sus principales directivos parecerían determinados a incluir dentro de la masa de la reestructuración estas bursatilizaciones, lo que significa un fraude que debe ser investigado hoy mismo por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.

Se debe tener claro que una cosa son las deudas bancarias y otra “robarle” a los tenedores de bonos que compraron el papel con la garantía de que se trataba de derechos de cobro.

Tratar de que se incluyan los bonos en la masa de la reestructuración y lo que parece será un concurso mercantil, con todas las implicaciones que tiene, se trata de una canallada en contra del mercado de valores y de los inversionistas que alguna vez creyeron en GEO.

Tristemente la familia Orvañanos y los principales directivos de GEO están cayendo en el peor de los agujeros negros. Por no poder cumplir con las deudas bancarias están convirtiéndose en delincuentes al “robar” a los tenedores de bonos garantizados cuyos vencimientos comienzan el 25 de octubre.

Todavía están a tiempo la Secretaría de Hacienda y la CNBV de evitar que se consume este fraude a los inversionistas en el mercado de valores o que se haga más grande.

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