Venden más autos en…desaceleración

Las ventas de automóviles en México suben por primera vez para llegar al nivel de 2008. Por fin en 2013 se romperá la maldición que trae de cabeza a los distribuidores de vehículos: verán superar las ventas de un millón 140 mil unidades, siendo la primera vez que se tiene un mercado por encima del logrado en 2008, cuando nos pegó la crisis internacional. El contexto es interesante. En plena desaceleración las ventas automotrices van en aumento.

Crédito y garantías de Nafin, AMDA quiere

Sin duda se quitó uno de los frenos del desplazamiento de vehículos. Se trata del crédito para comprar un automóvil o camioneta. La mayoría de las unidades en México se venden mediante financiamiento, y ahora la Secretaría de Economía mantuvo con Nafin el programa de garantías para los intermediarios que ofrecen crédito automotriz.

El monto de las garantías otorgadas por Nafin-Economía a intermediarios no fue elevado. Se trató de 80 millones de pesos, cuando el monto de financiamiento automotriz es mucho mayor, de tres mil millones de pesos. Pero sí se nota que va en la dirección correcta. La AMDA (Asociación Mexicana de Distribuidores Automotores) solicita a Economía (Ildefonso Guajardo) y a Nafin (Jacques Rogozinski) mantener el programa de garantías para el próximo año.

Y, desde luego, también están expectantes de que pase la reforma financiera, pues ayudaría a elevar el nivel de préstamos para las ventas del sector.

Importación chatarra, dolor de cabeza

El otro gran dolor de cabeza de los distribuidores automotrices es la importación desleal de vehículos usados, que sólo terminan chatarrizando más al país y, desde luego, guardando muy poco las normas técnicas y ambientales.

Para la consultora AT Kearney, la venta de vehículos podría ser en México de un millón 800 mil unidades por año, pero la importación crea una sobreoferta de autos usados que terminan chatarrizando el parque vehicular.

Para Guillermo Rosales, director y vocero de la AMDA, las buenas ventas del mercado, como la del millón de unidades de este año, se ven disminuidas por acciones de estados como el de Chihuahua, en donde se legaliza lo ilegal. Es decir, en Chihuahua se legalizan los famosos autos chocolate o chuecos. Ahí hay libertad para importar cualquier chatarra de EU y, desde luego, legalizarla hasta el 31 de diciembre. Es el cuento de nunca acabar.

Subcompactos, ganan Nissan, GM, VW

Debemos decirlo: la venta automotriz en México es de vehículos de bajo precio, lo cual también muestra el bajo poder adquisitivo del consumidor nacional.

Los subcompactos y compactos siguen siendo los reyes de las ventas. Ocupan 62% del mercado.

Ahí Nissan tiene el liderazgo (sobre todo con Tsuru).

Nissan, la automotriz japonesa, tiene en México 25% del mercado de estos vehículos ligeros. Le sigue en segundo lugar la General Motors con 19 por ciento. El tercer sitio es ocupado por Volkswagen con 15% del mercado.

Todas venden vehículos subcompactos o compactos que son los característicos del mercado mexicano que, sin duda, todavía tiene un problema fuerte de chatarrización.

Menos competitividad por educación

México cayó en competitividad por faltas en la educación básica, así como por la corrupción. En el Informe Global de Competitividad del Foro Económico Mundial, México bajó del lugar 53 de competencia para irse al 55, alejándose un poco de lo que se había ganado.

Llama la atención: De las 12 categorías que revisa el Foro, en educación superior y capacitación nuestro país ocupó uno de los peores lugares, el 85 de 148 países.

Sólo para normar criterios sobre la reforma educativa que discute el Senado.

El peso pierde

El peso mexicano ha perdido fuerza en las últimas jornadas. Por un lado, se tiene la aversión al riesgo derivada de la posible intervención en Siria y, por lo tanto, los mercados están nerviosos.

Por el otro lado está, curiosamente, una mejoría del índice manufacturero de Estados Unidos (el ISM manufacturero). Si la economía estadunidense mejora, entonces la Reserva Federal dejará de comprar bonos y, por lo tanto, se teme una menor liquidez. La consecuencia: un alza en las tasas de interés.

Esta situación llevó al peso mexicano a cotizar en 13.40 pesos a la venta (al mayoreo) y en 13.63 pesos por dólar (al menudeo, en ventanilla).